—Me importa un bledo lo que hicieron. La respuesta es no.– Gregory se negó ante la propuesta de Jesús para que nos quedemos en el lugar.
—No voy a echar a una embarazada que nos ayudó de este lugar.– Se opuso el de cabello largo cruzándose de brazos.— Astrid tampoco se irá.
—¡¿Quién demonios es Astrid?!– Maggie me detuvo antes de que yo le arroje un objeto a la cara.— Tú no estás a cargo, Jesús. Yo sí. Yo soy el que debe velar por este sitio.– El hombre se sentó en su horrible sillón.— ¿Estás diciéndome que quieres las riendas después de todo éste tiempo? ¿Después de todo mi esfuerzo?
Jesús volteó a mirarlo después de que dijera eso, Gregory solo quedó boquiabierto.
—Dímelo, y ya está. La puerta rota, los Salvadores, la gente... Todo esto puede ser tuyo.– Volvió a hablar el viejo.— Pero tendrías que quedarte más de cinco minutos. Deberías integrarte en éste lugar.
—Oye...
—Le pedí a la señorita Caitlin que les traiga su reserva de ruibarbo.– Interrumpió a Maggie.— Por habernos ayudado anoche. Pueden llevársela con ustedes, ya deben irse. Los Salvadores podrían regresar.– Alzó su copa y se encogió de hombros.
—Yo me voy, pero deje que ella se quede.– Intenté convencer a Gregory de que Maggie pueda quedarse en Hilltop.— Estaríamos a mano por lo de anoche.
—No hay trato. Adiós, fue un placer.– Dijo con rapidez.
—¿Qué podemos hacer para quedarnos?– Pregunté completamente irritada.
—Creo que deberíamos reunirnos a solas, ya sabes, para sopesar...
—¡¿Qué mierda le sucede?!– Lo interrumpí asqueada por su repugnante actitud.
—Váyase al diablo.– Dijo Maggie entre dientes.
—¿Está insinuando...?
—No me sorprendería. La primera vez que vinimos quiso intentar seducirla.– Volví a interrumpirlo con rabia. Apreté mi puño con enfado, clavando mis uñas sobre la palma de mi mano para evitar darle un puñetazo.
—¿Saben qué? Lo siento. Se van ahora mismo.– Nos echó de inmediato. Hasta que se levantó al oír un ruido de afuera. Los Salvadores estaban aquí.— Me asesinarán si las encuentran aquí. Jesús, llévalas al armario.
—Gregory...
—No hablen, no se muevan, y tal vez salgan vivas.– Interrumpió a mi hermana nuevamente y nos empujó a los tres hacia atrás.
Caminamos hacia un clóset en el cual Jesús nos indicó que nos escondiéramos.
(. . .)
No sé cuánto tiempo pasó desde que nos habíamos metido en el armario, pero al parecer los Salvadores ya se habían ido.
Jesús nos abrió la puerta y ambas salimos de inmediato, él estaba feliz pero... Gregory no tanto.—¡Debías llevarlas al armario del pasillo!– Gritó enfadado.
—No especificaste qué armario.– Dijo el de cabello largo y se encogió de hombros.
—Esta es mi habitación.– Reclamó el hombre con enojo.— ¿Y si entraban antes de que...?
—¿De que pudiera delatarnos?– Pregunté y reí sarcástica al saber lo que había intentado hacer.
—Lo habrían matado antes.– Murmuró Maggie cruzada de brazos.
—Cariño, estoy hablando con Jesús.– Le contestó en un tono de superioridad.
ESTÁS LEYENDO
𝗪𝗼𝗻𝗱𝗲𝗿𝘄𝗮𝗹𝗹 ;; 𝘊𝘢𝘳𝘭 𝘎𝘳𝘪𝘮𝘦𝘴.
Fanfiction" 𝐓𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐚𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐲 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠𝐬 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐈 𝐰𝐨𝐮𝐥𝐝 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐭𝐨 𝐬𝐚𝐲 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮, 𝒃𝒖𝒕 𝑰 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒉𝒐𝒘. 𝐁𝐞𝐜𝐚𝐮𝐬𝐞 𝐦𝐚𝐲𝐛𝐞 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒈𝒐𝒏𝒏𝒂 𝒃𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒆 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒔𝒂𝒗𝒆𝒔 𝒎𝒆. 𝐀𝐧𝐝 𝐚𝐟𝐭𝐞𝐫 �...