⁴⁰; ɢᴏᴏᴅ ᴅᴀʏs ᴀʀᴇ ɢᴏɴᴇ.

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Carl y yo tomamos una siesta, al despertar, me quedé observando sus pequeñas pecas que adornaban su pacífico rostro.

—Sé que me estás mirando.– Me murmuró para después sonreír aún con los ojos cerrados.

Reí bajito y él tomó mi cintura, atrayendo mi cuerpo hacia el suyo. De un movimiento rápido, me colocó sobre él, abrió los ojos y volvió a sonreír.

—Tranquilo, vaquero.– Bromeé. Incliné un poco mi cuerpo, dejando un beso sobre sus labios, y luego me levanté para dirigirme hacia mi ventana.

Él bostezó y se levantó también, poniéndose detrás de mí, viendo el silencioso vecindario de nuestra comunidad.

—¿Qué crees que esté sucediendo?– Pregunté con preocupación. Carl me miró haciendo una mueca, ninguno se atrevía a contestar la pregunta que hice.

A lo lejos ví una figura femenina entrar por las puertas, cuando la reconocí, una sonrisa se formó en mi rostro de inmediato.

—... ¡Maggie!– Grité emocionada.— ¡Vamos, es Maggie!– Le dije a mi novio. Ambos bajamos con rapidez.

Salí por las puertas de la casa, y, corriendo torpemente, llegué hacia donde estaba mi hermana.

—¿Estás bien? ¿Qué sucedió?– Pregunté una vez con ella.

—Todo está bien.– Me contestó. Intentó sonreír, pero en cambio solo hizo una mueca.— Necesito hablar con Michonne, te prometo que podremos hablar luego.

Asentí con rapidez, ella se fue directo con Michonne y comenzaron a hablar apresuradamente. En cuanto terminaron de charlar, Maggie se acercó a mí nuevamente. Me tomó por los hombros con fuerza, y comenzó a hablar.

—Necesito que me escuches con claridad, Astrid. Todo está bien, estamos bien, pero esto aún no ha acabado.– Asentí nuevamente.— Volveré a Hilltop, pero mientras tanto necesito que te quedes aquí, si Hilltop está en riesgo, no quiero que seas parte de ello.

—Maggie, por favor, necesito ayudarte...– Supliqué preocupada por ella.— Tú eres la que está embarazada, yo no.

—Pero prefiero que yo salga herida antes que perderte.

Antes de que pudiera hablar, me rodeó en sus brazos, abrazándome con fuerza. En poco tiempo, se fue otra vez, dejándome parada junto a las puertas de Alexandria.

Me volteé algo confusa, pero a la vez angustiada. Michonne estaba allí, parada detrás de mí. Ella me abrazó tiernamente mientras intentaba sonreír, yo hice una mueca.

—Tranquila, cariño, todo pasará pronto.– Me dijo a modo de consuelo. Yo suspiré algo cansada y ella dejó un beso en mi frente.

—Eso espero.– Murmuré para luego separarme de su abrazo.

Ella se alejó, yendo hacia Judith, y yo simplemente volví a mi casa.
Carl estaba allí, sentado y jugando con un pedazo de papel.

—¿A dónde vas?– Me preguntó cuando vió que tomé un bolso y guardé algunas botellas de agua.

—Vuelvo en un rato.– Contesté y rasqué mi nariz.

Me fui de la casa lo antes posible para que no haga más preguntas, aunque pareció estar complacido con mi respuesta.
No había nadie cerca, así que salí con cuidado por la puerta principal de mi comunidad.

(. . .)

No me alejé mucho, pues cualquier cosa o persona podía llegar a Alexandria. Me senté sobre el césped repleto de hojas de diferentes colores, inhalé y exhalé el frío aire para luego observar el pequeño lago que había frente a mí.

𝗪𝗼𝗻𝗱𝗲𝗿𝘄𝗮𝗹𝗹 ;; 𝘊𝘢𝘳𝘭 𝘎𝘳𝘪𝘮𝘦𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora