•La feria del amor.•

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¡Muchas gracias a Real_Men_ por compartir su tema!
Ahora si, comenzamos.

El sol resplandecía e inundaba de luz la habitación donde nuestros dos chicos dormían tranquilamente juntos. El dulcero, como ya era costumbre, fue el primero en levantarse. Se levantó cuidadosamente y fue al baño a lavarse un poco la cara para despertar. Después, fue a la cocina a preparar algo de desayunar para el y su pareja. Mientras tanto con el joven que aún yacía ahí en la cama, empezó a abrir sus ojos y dio un gran bostezo, cuando se iba a levantar, un olor capto su atención, olía a deliciosos waffles. Streber, ya un poco mas despierto, se paro y fue directo a la cocina para después encontrar al dulcero sirviendo el desayuno en los platos y llenando una taza blanca con café. Mientras que Kevin hacia esto, vio a Streber ahí parado frotándose los ojos con su pijama todavía.

- Buenos días Streb.

- Buenos días. Oye, ¿tu hiciste el desayuno?

- Si, ven, síentate, tal vez podamos ir a algún lugar mas tarde.

- Bien.

El vampiro fue corriendo hacía la mesa y se sentó. Agarró un tenedor y agarró un trozo de waffle, cuando se lo metió a la boca y lo empezó a masticar, parecía que había un pequeño brillo en sus ojos.

- ¡Están deliciosos Kevin!

- Jeje, gracias, me alegra que te gusten.

- Cocinas muy bien.

El dulcero, ya con un pequeño color carmesí en sus mejillas le dio una sonrisa nerviosa a su pareja que estaba en frente de el. Mientras que los dos convivían y desayunaban, el teléfono de Kevin empezó a sonar. Ya con solo saber que hora era sabía que era Radford, el dulcero, molesto ya, agarró su teléfono y atendió la llamada.

- Ya ni desayunar en paz dejas.

- Ay, ni es tan temprano amargado.

- Son las 9:15 Rad.

- En fin, ¿tienes algo que hacer hoy?

- No, tal vez solo descansar.

- Bueno, pensaba que podíamos ir Rick, Streber yo y tú a un nuevo parque de atracciones. Oí que hay cosas geniales ahí.

- Bueno, ¿a que hora?

- ¿Qué tal a las 5:00?

- Bien, me pasas la dirección después por mensaje, ¿de acuerdo?

- Claro, bueno, nos vemos después entonces, adiós.

- Adiós.

Al decir esto, el dulcero colgó y empezó a comer otra vez, pero el vampiro empezó a hablar entusiasmado.

- ¡Suena divertido!

- ¿Quieres ir?

- ¡Por su puesto!

Kevin no parecía muy convencido, estaba cansado ese día.

-No lo sé, no me siento con las ganas.

El vampiro parecía decepcionado.

- Aw, ¿por favor? Prometo que nos vamos a divertir.

- No sé, conociendo a Radford, probablemente nos gasté una broma.

- ¡Vamos!

El dulcero lucía cansado e irritable y simplemente siguió comiendo. Pero, el joven colmilludo no se iba a rendir, así que se levantó y fue hacía el dulcero, se puso atrás de el y lo envolvió en sus brazos y empezó a dejar pequeños besos en su cara tratando de convencerlo.

𝕃̲𝕠̲𝕧̲𝕖̲ 𝕆̲𝕗̲ ℂ̲𝕒̲𝕟̲𝕕̲𝕪̲ ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora