•Pasado.•

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Era un día lluvioso, las gotas caían con rapidez y los truenos se oían a kilómetros de distancia. Mientras tanto, el vampiro veía como caían las gotas de lluvia por la ventana, estaba aburrido, mientras que, el dulcero preparaba algo de chocolate caliente.

-No hay nada divertido que hacer.

Dijo Streber en un ligero tonó de queja.

-Aw, no te pongas así, hay muchas cosas que podemos hacer adentro.

Streber no dijo nada, solo cerró sus ojos y dio un gran suspiro. Kevin ya no sabía bien que hacer para levantarle el animo, solo se sentó a su lado sosteniendo dos tazas blancas, le acercó una al vampiro quién abrió los ojos y agarró la taza.

-Ten cuidado por que está...

El dulcero no había tenido tiempo suficiente para advertirle al vampiro, quién ya había tomado un sorbo y se había quemado la lengua.

-¡Ay! ¡Me quemé!

-Hubieras esperado a que se calentara.

-Me duele.

Kevin solo soltó una pequeña risa, pero a Streber no le hacía gracia.

-No es gracioso.

El dulcero solo lo miró y sonrió levemente, agarró una de las mejillas del vampiro y dejo un beso en su labios.

-¿Mejor?

Dijo Kevin sonriendo aún mas, Streber solo asintió ya mas contento. El dulcero abrazo al que estaba al lado de el y empezó a hablar.

-¿Qué te parece esto? Esperamos a que la lluvia ya no este tan fuerte y luego salimos a donde tu quieras.

Al vampiro se le habían abierto un poco mas los ojos con un ligero brillo en ellos.

-¿En serio?

El dulcero asintió y abrazo al vampiro un poco mas fuerte.

-¡Sí!

Kevin solo sonrió y dejo un beso en la mejilla de su pareja, y, antes de que se dieran cuenta, la lluvia ya no estaba tan fuerte. En cuanto el vampiro se dio cuenta, fue directo a su habitación y se vistió con un pantalón color gris, un suéter rojo y un impermeable también rojo. El dulcero fue detrás de el y se vistió con un pantalón de mezclilla y se puso un impermeable azul cielo. Cuando ya estaban listos salieron de su casa y se dirigieron a algún lugar para pasear o comer. Como no tenían ideas de a donde ir decidieron irse al centro comercial, tal vez podrían comer y ver algo que les interesara ahí. Fueron rápido a aquel lugar y empezaron a buscar por todos lados buscando algo que captara su atención. Mientras estaban caminando, el vampiro vio una tienda de dulces, estaba claro lo que quería. Agarró la manga de su novio y la jaló repetidamente hasta captar su atención, cuando al fin lo logró empezó a hablar.

-Kev, ¿me compras unos dulces?

-No.

-¿¡Por qué!?

-Tienes una obsesión con los dulces.

-¿Y? ¿Qué tiene de malo?

Kevin solo lo miro con una mirada seria, en cambio, Streber hizo mas grandes sus ojos haciéndolos muy lindos y tiernos a la vez. El dulcero intentaba mantener su cara seria, pero el rubor que ahora se notaba en sus mejillas lo estaban delatando, el ya no podía estar así, así que termino por rendirse.

-Bien bien, te comprare los que quieras.

-¡Sí!

Dijo el vampiro con su tonó de entusiasmo. Entraron a la tienda y compraron chocolates, paletas, caramelos y algunos malvaviscos. Mientras el los dos iban caminando, el dulcero vio un local que llamó su atención, solo que se aseguró que el vampiro no la viera.

𝕃̲𝕠̲𝕧̲𝕖̲ 𝕆̲𝕗̲ ℂ̲𝕒̲𝕟̲𝕕̲𝕪̲ ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora