•Confesión.•

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Había pasado un par de semanas después de que el dulcero y el vampiro habían salido juntos, pero, ninguno había podido concentrarse bien en sus responsabilidades y trabajos, pero mas que nada el dulcero. "¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?" Se preguntaba, pero era mas que obvio que le pasaba, estaba enamorado. "¿Qué hago?" Pensaba, Kevin no era bastante confiado, para nada. ¿Qué podía hacer? No sabía bien que debía hacer.

Kevin: Mejor iré con Radford.

Se dijo, de todos modos era domingo, ninguno de ellos estaba trabajando esa tarde. Kevin se puso una ropa algo informal para ya ir a ver a su amigo de lentes. Después de estar 15 minutos caminando llego a la casa de su amigo, llamó a la puerta y después de unos 2 minutos haciéndolo Radford al fin había abierto la puerta, estaba vestido con una pijama y una camisa que decía "I Hate My Life" Kevin hizo lo posible para no reírse de ello.

Radford: ¡Oh! Hola Kev, ¿qué pasa?

Kevin: Hola Radford, oye ¿puedo pasar?

Radford: Claro.

Después de que Kevin había entrado Radford le volvió a preguntar algo.

Radford: Y, ¿qué haces aquí? ¿Paso algo?

Kevin: Em, pues... Te quería preguntar algo.

Radford: Bueno, ¿qué es?

Kevin: E-Em, bueno no es algo tan fácil de decir.

Radford solo se quedó con los brazos cruzados viendo a su amigo, pero ya se imaginaba que iba a decir.

Kevin: Ta-Talvez, me gusta un poco Streber.

Radford: Ya sabía.

Kevin solo se quedó en silencio con los ojos en blanco por lo que había dicho su amigo. Hasta qué le gritó.

Kevin: ¡¿Como que ya sabías?!

Radford: Wow wow, cálmate.

Kevin: ¡Entonces respóndeme!

Radford: ¿Qué querías que te dijera? Amigo, se te nota de pies a cabeza.

Kevin solo se quedó en silencio, ¿tan obvio era?

Kevin: Bueno, pero vine por otra cosa.

Radford: Te le quieres declarar.

Kevin: ¡¿Tan obvio es?!

Radford: *Riendo* Algo así.

Kevin: Bien, ¿qué hago entonces?

Radford: Bueno, conozco mas a Streber, así que te voy a ayudar. Llévale dulces, le encantan, en especial los chocolates. Vayan a algún lugar lindo, ¿de acuerdo? Si lo arruinas me burlare de ti toda la vida.

Kevin: Bien, supongo que ya me voy. Gracias por tu ayuda, Radford.

Radford: Para eso están los amigos, adiós Kev.

Kevin se dirigió a la entrada para ya irse, ya saliendo se dirigió a una tienda de dulces cercana para comprar unos dulces, chocolates para ser precisos.

Al día siguiente...

Eran las 6:00 de la mañana, el dulcero ya se tenía que levantar para ir a su trabajo, se dio una ducha rápida y se vistió. Agarró los chocolates que había comprado y se fue a su trabajo, tenía la esperanza de que Streber apareciera ese día. Pero al parecer no iba a venir, después de todo ya eran las 9:57 de la tarde, solo quedaban tres minutos para cerrar, Kevin ya había perdido la esperanza de que Streber viniera, pero la suerte estaba de su lado ese día. Después de 1 minuto, Streber había cruzado esa puerta que estaba en frente del dulcero.

𝕃̲𝕠̲𝕧̲𝕖̲ 𝕆̲𝕗̲ ℂ̲𝕒̲𝕟̲𝕕̲𝕪̲ ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora