•Buscando.•

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- ¿Streber?

Dijo el dulcero adormilado. Buscó con la luz tenue de una linterna al vampiro, pero no había rastro de el. "¿Dónde carajos esta?" Pensó con miedo, trató de calmarse y buscarle una explicación a esto, tal vez solo se trataba de una broma, pensó. Salió de la pequeña casita de campaña y volvió a prender la linterna.

- ¡Si se trata de una broma juró que te mató!

Gritó, tratando de llamar la atención de su pareja, pero no hubo respuesta alguna. Todo esto ya empezaba a preocupar, intento conservar la calma, pero era algo casi inútil. ¿Acaso algo le había pasado? Trataba de no pensar lo peor, respiro hondo y siguió su camino hacía el bosque, el denso bosque. Caminaba despacio, con miedo de aquel lugar inmenso, tal vez había todo tipo de peligros ahí, osos, lobos, y demás cosas. Camino con terror, hasta que piso una rama que allí había, se sobresalto, oyó un aullido que se oía por lo menos unos 3 kilómetros de distancia. Pasaron los minutos hasta convertirse en un par de horas, tenía miedo, mucho miedo. Escuchaba cosas detrás de los arbustos, pero solo se trataba de ardillas o conejos, pero la luna estaba llegando a su punto mas alto. La linterna del dulcero empezaba a parpadear.

- Mierda, tuve que haber traído otro cambio de baterías.

Pero las palabras no servían. Poco a poco, la linterna parpadeaba mas y mas, hasta que ya no prendió.

- ¡Mierda!

Gritó con enojo y lanzó la linterna al suelo, la recogió con unas lagrimas amenazando salir, Kevin se acercó a un árbol, se sentó en el piso y recostó su espalda en el árbol. Empezó a llorar y llorar, cubriendo sus ojos mientras jalaba su cabello en modo de frustración. Se envolvió así mismo y cerró los ojos, pensando en el. Su sonrisa, sus ojos, su cabello, algo que tal vez jamás volvería a ver. Suspiro, se había rendido.

...

O eso pensó.

A lo lejos, empezó a escuchar unos débiles gemidos, corrió con toda la fuerza que le quedaba con la esperanza de que su novio estuviera ahí. Los sonidos se intensificaban, parecía que alguien estaba herido, llegó hasta un árbol, había algo en su rama, la poca luz que había no era lo suficientemente intensa, pero lo logro ver. Era sangre. Tenía el corazón latiendo a mil por hora, lagrimas en los ojos que se caían mientras corría, hasta que llegó.

- H-Hola Kev.

Era su voz, su dulce voz pensaba en dulcero, pero se dio cuenta de que estaba tartamudeando. El vampiro se volteó, cubriendo su brazo, pero no podía cubrir la gran herida que ahí yacía. El dulcero miro con horror lo que estaba el el brazo de su pareja. Era una herida de unos 20 centímetros, sangrando, se veía como el musculo sobresalía un poco.

- Oh Dios, oh mierda. ¿Cómo te paso esto?

- E-Em, yo...

Su voz se debilito hasta que ya no se escucho nada, cerró sus ojos y su respiración se empezó a hacer mas y mas baja. El dulcero se asusto mas.

- ¡No, no, no! Streb, no me hagas esto ahora.

Pero estaba pasando, el dulcero entre sollozos, cargo al vampiro hasta el pequeño campamento que habían echo. El vampiro empezó a abrir lentamente sus ojos, solo lograba ver borrosamente. Kevin lo metió a la casita de campaña y sacó un botiquín que había comprado. Sacó un pañuelo limpio para parar el sangrado, después desinfecto la herida para después vendarla. Después de unos 30 minutos, el vampiro despertó, miró hacía todos lados, buscando al dulcero. Lo encontró recostado, tomando su mano. Lo sacudió, intentando despertarlo, lo hizo casi de inmediato.

- Hola caramelo.

- S-Streber.

- Estoy bien.

- ¡Gracias a Dios! Me asustaste mucho.

- Perdón.

- ¿Po-Por que te fuiste?

- Hm déjame recordar...

1 hora antes...

Streber se despertó, sacudió su cabeza, estaba un poco mareado. Pero escucho algo afuera, parecían pasos, se oía como algunas ramas crujían. Se asustó, pero tenía que ver que era, agarró una linterna y la prendió. Salió de su pequeña campaña y fue por donde escucho los ruidos. Después de unos minutos caminando, escucho un ruido en los arbustos. Se acercó con miedo, y mientras mas se acercaba se empezaba a mover mas ese arbusto. Pero de pronto solo salió un conejo, el vampiro suspiro aliviado y acaricio al pequeño conejo. De repente se escucho algo, pero se oía mas feroz, Streber empezó a hiperventilar, sentía como su corazón latía. Sintió terror y empezó a correr. Corrió todo lo que pudo, miró atrás, viendo si algo lo estaba persiguiendo, pero no debió hacerlo. La rama de un árbol que estaba ahí rasguño el brazo del vampiro, se cayó y rodó. Cubriendo su brazo empapado de sangre, se arrastró hacía un árbol para poder descansar. Respiraba con dificultad y soltaba jadeos llenos de dolor. Después de varios minutos el dulcero llegó.

- Y, em, eso paso.

- Maldita sea, ¿por que te fuiste sin mi?

- Oye, no necesito a nadie que me cuide.

- No me importa, me importas mucho, no sabes cuanto, así que, mientras yo este aquí voy a procurar que estes bien.

Las palabras como una flecha atravesaron el corazón del chico, haciendo que se sonrojara.

- Tú... Siempre sabes que decir.

Conmovido, el dulcero se acercó a el y dejo un beso en sus labios.

- Solo... No quiero que te pasé nada.

- Yo tampoco, caramelo. Ven, vamos a dormir.

Kevin asintió, se recostó junto a el y lo abrazo ligeramente. En cambio, Streber se acurrucó con el y escondió su rostro en su pecho.

- Streb, no deberías hacer eso cuando estas lastimado.

- Shh, este es mi lugar seguro, ahora cállate y dame un beso.

Kevin sonrió y beso la frente de el vampiro y empezó a acariciar el pelo de su pequeño murciélago.

~🍭~

Ayuda, tengo sobredosis de cafeína.

En fin, lamento mucho no haber subido capítulo la semana pasada, PERO ME QUEDÉ HASTA LAS 5 DE LA MAÑANA TOMANDO CUATRO TAZAS DE CAFÉ. Pero, igual también es mi culpa por haberlo echo temprano, y también lamento que el capítulo no sea tan largo, pero espero que les haya gustado. Y si no, traigo algo que los hará reír ( tal vez )

VANDALIZE UN BAÑO.
En fin, CandyBats canon mis panas.

𝕃̲𝕠̲𝕧̲𝕖̲ 𝕆̲𝕗̲ ℂ̲𝕒̲𝕟̲𝕕̲𝕪̲ ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora