El muérdago se volvió diferente

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Dicen que la planificación es la única manera de asegurar un negocio exitoso. Planificar todo con anticipación puede asegurar que se pueda cerrar un buen trato, puede asegurar que el dinero esté bien invertido. Y varias cosas más.

Para Lena, ser una empresaria exitosa siempre significó planificar sus pasos, sin embargo, lo improbable siempre podía ocurrir.

Un spoiler podría cambiarlo todo.

Y así se encontró Lena, tiempo después de haber estado calculando con Kara la fecha de nacimiento de su futura hija, para la fiesta de Navidad en casa de Eliza en Midvale.

Aún siendo una mujer de negocios, cuando se trataba de Kara, la morena perdió un poco la cabeza y dejó que sus sentimientos afloraran y le quitaran todo, fue así mientras buscaba el regalo de Navidad perfecto para la kryptoniana. Vio la joyería y de repente supo exactamente qué comprar y la caja de terciopelo estaba pesada en el bolsillo de los pantalones de chándal que llevaba puesta esa noche de Navidad.

Como de costumbre, Eliza había obsequiado a sus hijas, nueras y nieta pijamas para pasar la noche juntas. Esme se las había arreglado para ordenar tantas galletas navideñas con la ayuda de Kara y las dos corrían juntas por la sala de estar como si no pudieran romper una multitud de cosas diferentes con los poderes de la rubia.

-Kara, por favor, pueden tirar el árbol de Navidad- suplicó Eliza, por enésima vez.

-Todo está bajo control, mamá- Kara se rió de nuevo, corriendo detrás de su sobrina.

-Esme Danvers Olsen, si derribas el árbol de Navidad, ¿cómo va a dejar Santa tu regalo?- Kelly apeló a esa pequeña frase y vio que ambas se detenían al mismo tiempo.

- Lo siento, mamá, te prometo que seré buena - respondió Esme y tiró de la rubia hacia ella - Tía Kara, continuaremos el juego afuera mañana, ¿de acuerdo?

- Concuerdo- Bromeó con su sobrina.

-No sé quién es el más joven aquí- se quejó Alex.

-Kara, ¿no es obvio? - respondió Eliza divertida.

- ¿Kara? - Lena se rió entre dientes - Tiene un alma de niña preciosa, algún día será una gran madre.

-Tú también, querida -respondió Eliza sin que la morena se lo esperara, con una sonrisa cómplice.

-En serio, ¿quién puso este muérdago aquí?- Kara se quejó cuando vio el objeto sobre ella mientras jugaba a otra cosa con Esme.

-Claro que fue mamá, le encanta meternos en este negocio- se quejó Alex.

-No te vi quejarte la Navidad pasada- bromeó Kelly.

- ¡Kelly! Eww- se quejó Kara, cubriendo los oídos de su sobrina.

-Ahí va el mojigato- Kelly puso los ojos en blanco con diversión.

-¿Qué sucede cuando te subes al muérdago, tía Kara? preguntó Esme con curiosidad.

-Necesitas besar a la persona con la que te enamoraste- explicó Kara y besó las mejillas de la chica con cariño y sonrió cuando sintió que ella besaba las suyas en respuesta.

-Ahora sabes por qué siempre pongo los muérdagos por aquí- explicó Eliza, complacida con la escena y eso pareció darle una gran idea a Lena.

-¿Podemos comer ahora?- preguntó Lena, cambiando el foco de la conversación para no dar pistas sobre su plan.

-Realmente eres lo que comes- señaló Kelly divertida.

-¡KELLY!- gritó Alex, casi demasiado horrorizada.

-¿Quién es el mojigato ahora?- Kara se rió a carcajadas y corrió a la cocina con Esme.

Después de la cena, Lena bebió otra copa de vino para animarse, aprovechó la distracción de Alex, Kelly y Esme con el papel de regalo rojo y le dio un beso a Kara antes de llevarla al lugar exacto donde colgaba el muérdago.

-Parece que hemos caído en el muérdago.- Puntualizó casi demasiado divertida ante esa idea.

-Parece que nos hiciste caer en el muérdago a propósito- Kara rió suavemente.

-Primero, ¿puedes responderme una pregunta?- preguntó Lena en voz baja, como si necesitara más coraje.

-Claro, Lee, ¿qué pasó?- Al darse cuenta del nerviosismo de la otra, Kara agudizó sus propios sentidos, sin darse cuenta de que su familia los estaba observando.

-Nunca pensé que sería tan afortunada de tenerte como mi familia- comenzó Lena suavemente, acariciando el rostro de la rubia y mirando sus majestuosos ojos azules. -Elegirte no fue intencional, pero fue la mejor elección de mi vida. Y suelo ser una empresaria que se replantea cinco veces lo mismo, a menos que se trate de ti, porque siempre quiero más. Entonces, cuando vi esa vitrina, supe que era hora de arriesgarme un poco más. Kara Danvers Zor-El, ¿me harías el honor de casarte conmigo?- Se arrodilló y abrió la caja de terciopelo que una vez había estado en su bolsillo, revelando un pequeño anillo de compromiso de esmeralda.

-Acabas de estropear el muérdago de Navidad- murmuró Alex en voz baja, pero Kara podía oírla.

-Shh, Alex, me están proponiendo, déjame enloquecer en paz- respondió Kara casi automáticamente, arrancando una hermosa risa de Lena por un beso apasionado bajo el muérdago.

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