Reencuentro

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Mientras caminaba por las calles oscuras del distrito bajo mis botas hacían ruido al pasar sobre los charcos. Como había llovido en la tarde, las calles hechas de tierra se inundaban y enlodaban con facilidad, incluso los drenajes se tapaban y el mal olor a aguas negras era algo común que teníamos que soportar las personas de Lost Town. Y no podíamos quejarnos de este tipo de situaciones con nadie, la mayoría de los impuestos iban a Kronos al ser considerada la ciudad que más ganancias generaba al estado. La ciudad que daba oportunidad de trabajo a las personas como yo.

Si tenías alguna queja, escribías una carta al ayuntamiento, pero nunca obtenías respuesta, así que las personas simplemente se resignaban a vivir así.

Tuve que hacer horas extras en el trabajo y ya pasaban de las once de la noche. Este día había tardado más de lo normal en terminar de programar los robots debido a que seguía pensando en aquel mensaje de hace unas semanas. Era la primera vez que estaba tan tarde fuera de mi casa. Las calles estaban poco iluminadas y la afluencia de personas era nula. Sentí un poco de miedo al estar caminando solo a estas horas de la noche, aunque tomara el metro todavía tenía que hacer 30 minutos para llegar al área donde vivía. A comparación de ciudades como Kronos, el distrito bajo contaba con poca seguridad y el índice de crímenes era mayor, por lo que las personas preferían no salir después de las diez; no es como si no ignorara mi seguridad, pero tampoco me ponía a pensar mucho en ella.

"¿Todos los de la élite son unos inconscientes?"

Recordé la pregunta de hace cuatro años y no pude evitar sentirme avergonzado. ¿Por qué había decidido regresar caminando? ¿Por qué no tomé un taxi? El pasaje definitivamente habría sido caro, pero considerando la hora y el lugar donde vivía hubiera sido lo más sensato. Pero cuando salí del metro mis pies se movieron y sin poner mucha atención ya estaba entrando a Lost Town.

Faltaban dos kilómetros para llegar a la zona donde vivía, ahora estaba caminando por un camino de terracería rodeado de árboles, parecido a una brecha.

—Hey, cariño, ven aquí.

Aquella voz masculina me sacó de mis pensamientos, estaba muy oscuro por lo que no vi que cerca de donde pasaba estaban dos hombres recargados en un coche gris estacionado. Como no había nadie más, noté que me estaban hablando a mí.

Ah, así que solo me está confundiendo con una chica...

Estaba haciendo frio, así que llevaba un abrigo grande y un gorro que dejaba un poco expuesto mi cabello marrón, ver a una chica con cabello corto y con pantalones era común, incluso Safu era esa clase de chica. La seguridad regreso a mí, solo tenía que actuar normal.

—Buenas noches —dije inclinando ligeramente mi cabeza y sonriendo con nerviosismo mientras seguía caminando.

No es que mi voz fuera precisamente grave, pero era la voz de un hombre que fácilmente se podía diferenciar de la de una mujer.

—Te dije que vinieras, cariño volvió a decir, esta vez poniéndose frente a mí.

 Al principio no entendí por qué aquel señor que se veía en sus treintas me estaba llamando "cariño". ¿Me estaba confundiendo con alguien más? Intenté rodearlo, pero cada que intentaba dar un paso él bloqueaba mi camino.

—Señor, soy un chico.

—Y uno muy lindo.

El aire se atoró en mi garganta. Aquel hombre se acercó hasta quedar frente a mí, pude notar el intensó olor a alcohol que venía de él. El otro sujeto parecía no prestar atención a esto. Su mano fría y rasposa tocó los mechones de cabello que cubrían mi cara hasta bajar a mi cuello. Sentí escalofríos y el sudor frio bajó por mi espalda, me sorprendí tanto que comencé a dar pequeños pasos hacia atrás, pero el camino de terracería jugó en contra mía y me tropecé cayendo sobre mi cadera. El tintineo de un cinturón siendo desabrochado hizo que mis ojos se adaptaran más a la oscuridad, aquel sujeto se estaba aflojando los pantalones.

No.6 (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora