One, two, three

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El olor a condimentos entró por su nariz y el aroma de comida se esparcía por el aire. Pimienta, ajo, romero... También huele dulce, a mantequilla... sintió como la saliva llenaba su boca y el adormecimiento de sus sentidos comenzaba a disiparse. 

Sus ojos grises se abrieron y se adaptaron a la luz del cuarto, dio un bostezo y miró a su lado, pero no encontró al chico que había dormido junto a él o, mejor dicho, sobre de él. Se levantó de la cama y caminó hacia la cocina, la cual solo quedaba a unos pocos pasos, sabía que lo que buscaba estaría allí, y así fue. 

Vio a Shion frente a la estufa eléctrica, moviendo un cucharon de madera y echando sal en una olla.

—Despertaste —Lo saludó con una sonrisa, la frescura y serenidad de su rostro habían vuelto—. Estoy preparando sopa, también hice algo de pan, ya está en el horno.

Nezumi tomó una botella de agua y la bebió, sentándose en la barra del comedor.

—¿Es tu redención?

—... —La sonrisa de Shion cambió a una expresión de vergüenza.

—O tal vez seas el tipo de borracho que olvida el teatrito que hizo la noche anterior.

—Lo recuerdo. Lo siento por todo, en verdad, estoy bastante apenado por mi comportamiento de anoche...

—Fue bastante divertido, eres todo un personaje, pero definitivamente no serías mi compañero de tragos. Tal vez si se lo pides, Rikiya podría enseñarte a soportar más de tres copas; aunque me preocupa que cuando te vuelva a ver ya te hayas convertido en su seguidor, incluso podrías heredar su gran barriga.

Shion solo se encogió de hombros, tratando de evitar el tema mientras seguía revolviendo la sopa.

—Por cierto, ayer no pude preguntarte bien, ¿qué clase de evento era ese? —preguntó refiriéndose a la noche anterior, tenía un breve recuerdo de haberlo preguntado antes.

—Un baile —contestó con tranquilidad, tomando el periódico que estaba a un lado.

—¿¡Un baile!?

Un poco de la sopa caliente salpicó en su mano por mover el cucharon con brusquedad. Maldijo y chupó la herida, Nezumi solo soltó una risita burlona.

—Si, fue un evento por parte de los patrocinadores del teatro. Ya sabes, donde las personas disfrutan pavonearse con trajes y vestidos caros, y al final se cierra con un baile de máscaras.

—¡No lo digas como si fuera la cosa menos importante del mundo! —. Shion se volteó para mirarlo por completo.

—¿Por qué luces tan alterado? Era solo un baile...

—Nezumi... eres un mentiroso.

—¿Qué dijiste? —arqueó una ceja levantando su vista.

—¡No seas indulgente conmigo!

—No sé de qué me hablas —los brazos de Nezumi se cruzaron y en su entrecejo ya había una arruga.

Los puños de Shion se apretaron y sus ojos miraron al suelo con tristeza.

—Tú me invitaste a una cita. A pesar de que debiste estar muy ocupado, pensaste en mí. Si no fuera importante, no me habrías hecho ir, ya que sabes que ese tipo de lugares no van conmigo, pero me pediste que fuera, fuiste egoísta y me citaste ahí porque eso era lo que querías.

—¿C-cita?... Solo pensé que sería bueno tenerte ahí todo alterado por tener dos pies izquierdos —soltó un bufido —, no me hagas sonar como un adolescente emocionado por su primera cita. Además, fue mi culpa por retrasarme. Solo olvídalo —sacudió su mano, restándole importancia.

No.6 (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora