Bloque oeste

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Algo acarició mi mejilla, causándome cosquillas y haciéndome despertar.

Nezumi...

El ratoncito movió sus bigotes contra mi cara y puso una de sus patas sobre mi nariz.

Eres tú, Cravat.

Sonreí mientras soltaba un bostezo. Algo se revolvió a mi lado, elevé mis ojos encontrándome con el rostro dormido de Nezumi. Cuando dormía, su entrecejo que casi siempre estaba fruncido se suavizaba y su sonrisa sarcástica se desvanecía en unos labios semiabiertos respirando con tranquilidad; su bien definida y atractiva cara tomaba un aspecto andrógino y dulce. Mi corazón latió con rapidez cuando los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente, y el sentimiento de felicidad, miedo y vergüenza me invadieron. Esta felicidad era una felicidad diferente, una felicidad que no era producida por simple satisfacción, sino una que te hacía sentir pleno y agradecido de estar vivo. Me sentí en un sueño, nunca me había imaginado que una persona pudiera llenarme por completo e hiciera que la mañana se volviera hermosa y llena de colores. No podía borrar la sonrisa de mi rostro, sentía que mis mejillas comenzaban a doler. Llevé mis dedos a su cara apartando un mechón de cabello que cubría sus ojos cerrados.

Quería besarlo de nuevo, tocarlo, despertar junto a él y desearle buenos días mientras besaba su frente. Pero por ahora no podía. Safu estaba en problemas y no podía abandonarla.

Ayer planeaba ir a buscarla después de la cena con Nezumi, pero aquello ocurrió y ya no tuve la oportunidad de irme, ni tampoco me arrepentía de haberme quedado con él, pero un sentimiento de culpa llegaba a mi corazón opacando mi felicidad. Mientras que yo había vivido el momento más feliz de mi vida hasta ahora, ella se encontraba en una situación peligrosa, y pensar es ello borró la sonrisa de mi rostro.

Siempre pensé en Safu como mi preciada amiga. La amaba, pero era diferente a un amor romántico, la amaba como parte de mi familia. No podía quedarme de brazos cruzados al saber que había sido arrestada. Pero necesitaba un plan, como había dicho Nezumi, no iría ahí solo para que me arrestaran.

Me levanté de la cama silenciosamente para no despertar a Nezumi. Miré su rostro y sus ojos seguían cerrados. Fui al cuarto de baño y tomé mi celular, lavando mi cara con agua limpia y poniéndome algo de ropa. Cuando prendí mi celular, las notificaciones de Inukashi llenaron la pantalla, la mayoría de mensajes eran imágenes. Me sorprendí cuando en una de esas imágenes el humo se esparcía sobre el cielo de kronos, como era una ciudad amurallada no se distinguía de donde salía exactamente, pero como antiguo residente, pude deducir que era de la zona de No.6

Shion, envié a un perro guía, síguelo, él te traerá a mi hotel

Estaba escrito en el mensaje.

Ayer, después de enterarme por Nezumi que Safu había sido secuestrada, me comuniqué con Inukashi en secreto, y le pedí que investigara sobre lo que estaba pasando con No.6 y como podría infiltrarme en la ciudad, así que hoy iría a su hotel y depende la información que me diera, desarrollaría un plan de rescate.

Salí del baño, la habitación seguía en silencio, Nezumi continuaba dormido. Cravat se acercó a mí y le hice una señal de silencio, a lo que el pequeño ratón solo se encogió. Pasé por la cama y vi el apacible rostro de Nezumi sintiendo un vuelco en el corazón.

Nezumi... hay algo que tengo que hacer, sé que este no es tu problema así que no puedo involucrarte... pero volveré a tu lado.

Salí de la habitación subterránea, subí las escaleras y la luz encandiló mis ojos, el cielo estaba azul y despejado. Había un perro sentado que en cuanto me vio, se levantó de un brincó y recargó sus patas delanteras sobre mi cuerpo, tenía un sobre en la boca en la que estaba dibujado un croquis. El perro comenzó a caminar y me miraba como si estuviera diciendo que lo siguiera.

No.6 (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora