Capítulo 23

1K 69 55
                                    

Milan

Escaparnos, que feo suena esa palabra.

Tengo que decir que no estoy de acuerdo en lo absoluto con las travesuras que se le ocurren a mi hermano menor, son peligrosas y nos dan consecuencias, ya me castigaron ayer y mi pobre trasero no está dispuesto a recibir otra tanda de palmadas por nuestro mal comportamiento. Nunca me había metido en problemas tan seguido y algo me dice que nada de esto va a salir bien.

Estoy asustado, es normal estarlo cuando estamos escapándonos y desobedeciendo una orden muy clara que dejó papá antes de salir.

A Miles se le ocurrió pedirle a Parker que nos llevara al bufet del primer piso para comer algo por allá ya que servicio de la habitación era un poco aburrido y no había compañía, él tan inocente aceptó y cumplió nuestro capricho.

—¿Ahora qué? —susurré lo bastante bajito para no ser escuchado por terceros quienes nos seguían atrás.

—Di que quieres ir a un baño, ya lo repasamos....

—Miles...

—Confía en mí.

Según mi hermano es un genio pero yo creo que es un estúpido, ¿Quién en su sano juicio se escapa con un padre que te da un par de azotes por hacer algo malo? Él único a quien no han castigado durante días y ahora se cree un ser inmortal.

Fingí tener mucho dolor de estómago y querer vomitar, fue lo mejor que se me vino a la mente.

—Parker de verdad, el que sea —con una mirada suplicante lo convencimos—. Creo que voy a vomitar —seguí mintiendo.

—¿Tan así, joven? De acuerdo, el de allá está cerca, sígame —caminamos dándonos miradas cómplices por el largo pasillo.

—Gracias, Parker.

—De nada, es mi trabajo, mientras usted esté bien... —asintió y colocó sus manos atrás en la espalda—. Lo esperaré aquí.

Es muy tierno para engañarlo, pobre, se ganará un regaño por nuestra culpa y no quiero que lo despidan. Espero que papá no sea capaz de echarlo por esto.

—Yo también iré, por si me necesita... —la mirada que le dio el guardaespaldas a mi hermano fue de total desconfianza como si supiera que tenemos un plan.

—Quédese, él puede entrar solo, si nos necesita nos llamará.

Mierda.

La mirada que me dio Miles no fue nada disimulada.

—Necesito a mi hermano —me aclaré la garganta intentado sonar convincente.

—Descuide, si tan mal se siente llamaré a su padre —cogió el teléfono móvil de su bolsillo y mi compañero improvisó para evitarlo.

—¡No! Puedo ayudarlo Parker, no molestemos a ese pobre hombre que necesita hacer negocios. Papá nos advirtió que nada de llamadas mientras estaba en la reunión y Lucas entrará con él así que...

—Si tiene sentido, de acuerdo jóvenes, esperaré.

Mucho más aliviado entré con él y nos pusimos a buscar cualquier ventana que nos diera con el exterior para poder huir de este lujoso hotel. Admito que los nervios me están tragando vivo, ahora temo por el trabajo de los demás. ¿Y si Parker necesita el dinero para sobrevivir? ¿Y si se queda en la calle luego de habernos encontrado? ¿Y si tenía un perrito y se queda sin alimento por el resto de su vida por la culpa de unos adolescentes rebeldes?

No, no...

—¿Milan? Hola, tierra llamando a Milan.

—Aquí estoy...

Aventuras de un herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora