Capítulo 28

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Alexander

Al día siguiente tuve que planear una nueva actividad para realizar con mis hijos, no tenía muy buenas opciones porque las motos acuáticas, paseos, kayak y todas las demás se agotaron porque ni loco vuelvo a llevarlos al mar a menos que puedan estar bajo mi completa supervisión.

Se supone que les iba a cumplir el capricho de ir a un parque de diversiones, ya tengo las entradas listas y los horarios coordinados, pero estoy dudando realmente si hacerlo porque Miles está delicado y dejarlo abajo y que todos suban a excepción de él sería crueldad y excluirlo de algo que le encanta. Aunque podría subirlo al carrusel de niños y nada le pasaría, sin embargo, ya puedo imaginar el berrinche exagerado que haría solamente porque lo trataría como un bebé, cosa que no es, sino un niño "grande".

No puedo aceptar que mis niños crezcan tan rápido, Milan le lleva un año a Miles y su actitud es mucho más infantil que la de su hermano, aunque ambos parecen de la misma edad, a decir verdad, son unos berrinchudos pero buenos niños. Espero que no me den mucho trabajo hoy, se supone que son vacaciones, pero cuando uno viaja con niños no lo son, lo puedo asegurar. Me preocupo más de que no le pase a nada a ninguno de los dos que disfrutar.

—Tres minutos —dicté al ver a uno de ellos aún en pijama paseándose por la sala de estar—, y veinte segundos para verlos listos y a punto de salir.

—¿Ah? Se te salió un tornillo, pa —me contestó el mayor y elevé las cejas.

—¿Cómo, jovencito?

—Es imposible, además Miles está ocupando el baño.

—¿Y no tienen 4 en el pent-house?

—Pues no hay agua caliente en los tres y el único grande y espacioso es ocupado por mi queridísimo hermanito —suspiró y se dejó caer en el sillón.

—Esto es inaceptable —me levanté de la silla del comedor—. Llamaré para que arreglen ese semejante problema.

—¿Puedes retrasar la salida unos dos minutitos entonces?

—No, Milan, te bañarás con agua helada —dije con sarcasmo y su cara de indignación fue precisa para un retrato.

—¡Nooo! ¡Miles sal del baño!

—Cariño, no te dejaría que hicieras eso —carcajeé y soltó un suspiro—. Sube y elige la ropa, las cosas que llevarás.

—¿Dónde iremos?

—Sorpresa —bufó y con una mueca subió las escaleras—­. ¡Avísale a tu hermano que no se demore más de lo debido!

—¡Se lo diré! —se alejó y me dediqué a ver mi bandeja del correo electrónico.

Por la mañana Lucas se acercó para indicarme que hubo un pequeño problema con la empresa y requerían de mi presencia, tuve que decirles que tenían que arreglar todo sin mí ya que estaba de vacaciones con mi familia lo cual era más importante. Considero que deben respetar mi tiempo libre y yo aprender a relajarme así que dejé en claro que como soy el dueño y jefe eso debe estar solucionado para cuando yo llegue a mi empresa.

—Señor Alexander —Parker apareció y me sonrió.

—Buenos días, Parker —moví la cabeza—, ¿Pasó algo?

—Si señor, los planes que nos indicó el día de ayer para realizarlos hoy se van a tener que cancelar. El parque de diversiones está en mantenimiento y canceló absolutamente todas las entradas de la semana. Nos acabamos de enterar.

—Maldición...

—Conseguimos más actividades, mire —me entregó una lista—. De todas formas, el auto está listo y los guardaespaldas también, usted decida y apenas nos informe estaremos preparados para la ocasión.

Aventuras de un herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora