Lamarck se basaba en dos ideas, cambio adaptativo y herencia de los rasgos adquiridos durante la vida del individuo. Esta última ya formaba parte del pensamiento de otros naturalistas de su época.
Medio siglo más tarde, la selección natural de variaciones aleatorias, introducida por Darwin, aniquiló la idea de la mutación adaptativa. A finales del siglo XIX el alemán August Weismann refutó la herencia de rasgos adquiridos al proponer que los cambios en las células somáticas no afectaban a la herencia, dependiente solo de las células germinales, como el espermatozoide y el óvulo. Así, por mucho que una jirafa estire el cuello, este alargamiento no se transmitirá a su descendencia, ya que no deja huella en su esperma o en sus ovocitos.
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[🍃] Manual de Biología | Apuntes orientados a curso online
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