11.2 Pruebas de la evolución

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La teoría evolutiva se apoya en cuatro pruebas de diferente valor demostrativo: la anatomía comparada, la embriología, el registro fósil y el parentesco genético.
Sin duda, es el argumento más visible. Los paleontólogos suelen referirse a los tetrápodos –animales de cuatro extremidades: anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos– que evolucionaron a partir de un grupo particular de peces de aletas lobuladas. Es uno de los muchos ejemplos que muestran la evolución a partir de la comparación anatómica de las especies.

Todos los vertebrados se desarrollan a partir de formas embrionarias notablemente similares en las primeras fases de la gestación. En El origen de las especies, Darwin define esta homología como “la relación entre las partes, resultante del desarrollo de las partes embrionarias correspondientes”. A modo de ejemplo, los embriones de los seres humanos y de otros vertebrados no acuáticos muestran, en la piel de la garganta, pliegues en forma de hendiduras, de agallas que nunca van a utilizar.

Existen fósiles catalogados de 250.000 especies, y en dicho catálogo rara vez se reflejan las innumerables formas de transición que Darwin supuso. Más bien parece que la evolución da grandes saltos, como ha puesto de manifiesto Stephen Jay Gould. Desde el punto de vista paleontológico, el estado habitual de las especies es la estasis y la súbita aparición y desaparición, no el cambio gradual.

Si los argumentos anteriores no son definitivos, se piensa que los aportados por la biología molecular y la genética sí lo son. El hecho de que las transformaciones químicas de las células sigan los mismos mecanismos metabólicos habla claramente de un origen común: una protocélula con el código genético que ha llegado hasta la actualidad, integrado por las cuatro bases nitrogenadas que se combinan en la molécula de ADN.
Cuando una población se encuentra en equilibrio Hardy-Weinberg para un gen, esta no evoluciona y las frecuencias alélicas permanecerán iguales durante generaciones.

Hay cinco supuestos Hardy-Weinberg básicos: no hay mutación, el apareamiento es aleatorio, no hay flujo de genes, el tamaño de la población es infinito y no hay selección.
Si los supuestos no se cumplen para un gen, la población puede evolucionar para ese gen (esto es, las frecuencias alélicas de ese gen pueden cambiar).

Los mecanismos de la evolución son violaciones de los distintos supuestos Hardy-Weinberg: mutación, apareamiento no aleatorio, flujo genético, tamaño poblacional finito (deriva génica) y selección natural.

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