Capítulo 1

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Caminaba por un enorme pasillo. Se encontraba solo, no sabía dónde estaba toda la gente. Esa sensación de estar en el lugar equivocado, de estar alejado de los demás, aislado, le invadió. Se sentía desorientado, necesitaba encontrar una salida, encontrar a todo el mundo. Miró a su alrededor. A cada uno de sus lados se encontraban las fotografías de todas las generaciones que habían jugado en el equipo de la universidad de Downton, los Warriors. Se apresuró hasta la última, corrió hacia el marco del final, que mostraba a los jugadores de aquel año. Jimin llegó hasta ella, y cuando la vio, su preocupación fue en aumento. No estaba entre los jugadores. Una gran puerta apareció ante él, caminó hacia ella y la empujó fuertemente. En el interior había varias personas, chicos y chicas, con chaquetas, camisetas y gorras de la universidad de Downton. Le aterraban, ninguno tenía rostro. Aun así sabía que le observaban, sus vacías caras se dirigían hacia él.

—Eres diferente —sonó una voz. Jimin abrió los ojos como platos.

—No eres como nosotros —volvió a decir la voz. Dio un paso atrás, necesitaba salir de allí.

Se agitaba en la cama alterado cuando se despertó de golpe entre fríos sudores. Abrió los ojos al mismo tiempo que se incorporaba asustado en la cama. Al percatarse de que tan solo era un sueño, tomó ligeras bocanadas de aire. Se sentó en la cama y se masajeó el cuello. Su cabeza había dado vueltas alrededor de ese tema cada noche, pero aquella le perjudicó más de lo que pensaba. Estaba más cerca que nunca del día en el que por fin iría a Downton. Observó las numerosas cajas que ocupaban el espacio libre de su habitación. Había empaquetado todo la noche anterior, sus zapatillas, su portátil y la ropa que no le entraba en la maleta. Aquellas cosas le recordaron que aquel sería su último día en aquella casa. Se marchaba a la universidad. Era el momento de los cambios, de madurar y crearse un futuro. El estruendo que provocó la puerta al abrirse de golpe le sacó de sus cavilaciones.

—¡Buenos días, señor Universitario! —gritó Sana con su chillona voz.

—¡Cállate! —contestó Jimin lanzándole una almohada y cubriéndose con la manta.

Sana la esquivó a tiempo. Se acercó rápida a la cama y tiró fuertemente de la manta.

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo por lo de mañana? —le preguntó con una malvada sonrisa.

—¡¿Miedo?! ¡Por favor! —exclamó saliendo de la cama y picando en la provocación de su hermana—. ¡Solo me cabrea que me hayas despertado, niñata!

—Ya claro... —contestó Sana poniendo los ojos en blanco mientras Jimin buscaba por su revuelta habitación una camiseta para bajar a desayunar—. No hubiera entrado en tu apestosa habitación por nada... — comenzó a decir Sana mientras se dirigía a la puerta, al llegar se paró junto al marco, se dio la vuelta y miró a Jimin sonriendo—. Hay un chico al teléfono esperando a que contestes.

Jimin dejó inmediatamente su búsqueda de lado y fijó los ojos en Sana.

—¿Jungkook? —preguntó ansioso inconscientemente. 

Sana no contestó, se limitó a reír y salió corriendo.

—Será estúpida... —susurró Jimin para sí y salió disparado hacia el teléfono.

Bajó las escaleras tan veloz que casi se rompe la crisma al llegar al último peldaño. Vio a Sana apoyada en la encimera de la cocina con una mirada pícara dirigida a él mientras sostenía el teléfono.

—Sí, ya está aquí, ha bajado las escaleras tan rápido que casi se mata... y solo para hablar contigo... —dijo de manera divertida al llamante.

Jimin la fulminó con la mirada y se acercó con paso furioso hasta ella. Cogió bruscamente el teléfono y miró a Sana de manera significativa para que se largara de una vez. Sana enmudeció y se alejó unos cuantos pasos.

enemies to lovers II [Jm + Jk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora