enemies to lovers II [Jm + Jk]

Capítulo 18

El último día de clase Jungkook llevó a Junghwa muchas de las letras que ya había terminado. Estaba bastante impresionada, no se imaginaba que aquel chico fuera un compositor de tal talento. Sus letras no eran tontas rimas que hablaban sobre un tema trivial, eran mucho más que eso. Ahora que leía las canciones, se moría de interés por escucharlas con música.

—¿Podrías traerme una de tus cintas? Me gustaría escucharlas —le pidió ella cuando terminaron de ver todas.

Jungkook sonrió y se le escapó una risa.

—Le puedo traer CDs. Creo que las cintas son algo anticuadas para mí — respondió intentando no reír más.

—¿Me estás llamando vieja, Jeon? —respondió con una ceja levantada, pero con una sonrisa en los labios.

—Solo poco renovada —contestó con una sonrisa encantadora.

—Muy bien, pues dame lo que tengas —dijo levantándose y devolviéndole a Jungkook sus letras. Éste las comenzó a guardar en su mochila—. Y si están tan bien como las letras, me gustaría proponerte algo.

—¿Proponerme algo? —preguntó levantando la vista—. ¿El qué?

—Aún no he escuchado tu música, Jeon. No te impacientes —dijo con una sonrisa llena de ternura.

—Muy bien, pues... no la veré hasta después de vacaciones, ¿verdad?

—Bueno, yo siempre ando por aquí, así que si me ves, no dudes en dármelo.

—Vale, pero por si no la veo, que tenga unas buenas Navidades, señora Junghwa —se despidió antes de salir de la clase.

Aquella conversación le había animado bastante, sobre todo porque estaba acostumbrado a que todo lo referente a su vida académica fuera un auténtico chasco. Puede que la universidad no fuera tan mala después de todo, pensó Jungkook. Pero aquel pequeño rayo de luz no eclipsaba la oscuridad que sentía en general. Otra vez volvían a atormentarle sus sentimientos por Jimin, y después de haberse dejado llevar, veía que lo que sentía por él, que había conseguido ocultar en un rincón de su pecho, comenzaba a aflorar del todo, sin ningún control. Verle era una auténtica tortura, por lo que solo le consolaba que durante las vacaciones de Navidad tendría un descanso del horrible hecho que le suponía ver todos los días a Park Jimin, y no poder decirle lo que le necesitaba.

Caminó feliz hasta su habitación porque por fin estaba de vacaciones. El día que publicaron las notas, Jimin estaba de los nervios, pero en cuanto las vio, se relajó totalmente. Tenía todo aprobado, incluso Historia, que a pesar de la jugada de Jungkook, consiguió una buena media. La temporada no podía ir mejor, habían bajado a segunda posición, pero remontarían al final de las vacaciones, además seguía siendo la estrella de aquel año, por lo que quitando unas cosas y otras, todo le iba a la perfección. Iba caminando con Hoseok hacia los estudios de fotografía de la facultad de Arte, ya que tenían que hacerse una sesión para el equipo, y así ayudar a recaudar fondos para no sé qué hospital, una verdadera lata para Jimin, si no fuera porque le encantaba la atención, tanto del público, como de las cámaras. Entraron en una sala llena de focos y material fotográfico.

—Por fin, solo faltáis vosotros —les gritó la señora Junghwa al verles—. Señor Park, usted vaya a esa habitación, mi fotógrafa ya está esperando.

—Muy bien —Jimin entró en una sala que había a su derecha, del mismo tamaño que la anterior y con los mismos utensilios.

—Ya era hora de que apareciera mi modelo —dijo una vocecilla saliendo de un cuarto. Era Jihyo, que llevaba una cámara en la mano y sus extravagantes vestimentas de siempre.