Jungkook se había puesto el despertador a todo volumen para no quedarse dormido. Cuando sonó se levantó de un sobresalto, se incorporó de inmediato y se estiró para desperezarse. Hoseok siempre se levantaba temprano para salir a correr, así que estaba solo. Miró por la ventana para ver el tiempo que hacía. Adoraba California, siempre había una temperatura agradable. Buscó unos pantalones por el suelo, pero estaba todo limpio. Pensó que Hoseok lo habría ordenado, detestaba que Jungkook dejase todo tirado por el suelo. Miró en su maleta, ya que aún no la había deshecho, pero también estaba vacía, no había ni rastro de su ropa. Buscó bajo la cama, entre las sábanas, pero nada. Abrió el armario con la esperanza de que Hoseok se lo hubiera colocado, y de nuevo estaba vacío, excepto por una camisa y unos pantalones doblados. Jungkook agarró la camisa, era una de esas que solía llevar Jimin y que tanto odiaba Jungkook, solo que aquella era el doble de horrenda, de cuadros marrones y verdes, posiblemente la prenda de vestir más fea que había visto jamás. En el bolsillo había una nota. La desdobló y leyó su interior; "Por cortesía de tu querido Piolín". Jungkook entrecerró los ojos, le había robado toda la ropa y le había dejado únicamente aquella camisa y esos pantalones. No se había fijado, pero los pantalones eran mucho peores, marrones de pana. No sabía de dónde podría haber sacado Jimin algo tan horrible, porque estaba seguro que de él no eran. Pensó enseguida en B.J. No pensaba ponerse tal cosa. Salió al pasillo con sus boxers nuevos, haciendo que todas las miradas se posaran en él. Llamó enérgicamente a la puerta de Jimin, pero no hubo respuesta, así que giró el picaporte para poder entrar. Habían cerrado con llave.
—Qué hijo de puta... —dijo Jungkook para sí.
Volvió a su cuarto y abrió el armario de Hoseok, encontrando que también había sacado su ropa.
—¡Ah! Puto rubio cabrón —maldijo Jungkook.
Miró con recelo la ropa que le había dejado Jimin. No podía seguir faltando a clase. Cogió el pantalón con asco y se lo puso. Le quedaban pesqueros y los calcetines se asomaban por sus tobillos. Intentó que la camisa le quedara lo mejor posible, pero con aquella prenda no podía quedar bien. Buscó sus converses por todos lados, pero tampoco había rastro de ellas, solo de unos feos zapatos de piel, marrones, con cordones. Jungkook al verlos sintió la extrema necesidad de quemarlos, pero necesitaba zapatos para ir a clase. Resopló fuertemente y se los puso. Solo sería la primera hora, después buscaría a B.J para que le devolviera sus cosas, seguramente estarían en la habitación de Jimin. Su mochila tampoco estaba, así que cogió sus libros y salió pitando a clase. Parecía un cerebrito recién salido del club de ciencias, solo le faltaban unas gafas y unos tirantes para parecer Steve Urkel. Caminaba deprisa con el único deseo de meter aquellos zapatos en el culo de Jimin. Entró en clase de francés refunfuñando, cuando se topó de golpe con alguien. Le miró con mala cara.
—¡Mira por donde...! —se calló al reconocer a Jungkook—. Vaya, tú otra vez. A Jungkook le costó recordar quién era, pero aquella expresión creída le hizo acordarse inmediatamente del tipo de la cafetería. Dohyun le miró de arriba a abajo y sonrió ampliamente.
—Perdona, ¿quién eres? —preguntó Jungkook haciéndose el tonto.
—Lo sabes perfectamente —repuso Dohyun de mala gana. Jungkook entrecerró los ojos con gesto pensativo.
—Ah sí... ¡Olhun! ¿Qué tal te va? ¿Lograste hacer solito tu trabajo? — preguntó con una mirada divertida.
—¿De qué coño vas vestido, perdedor? —preguntó ignorándole.
Lo dijo lo más alto que pudo, para que el resto de la clase se fijara en él y así dejarle en evidencia. Jungkook maldijo más que nunca a Jimin, en qué momento había decidido disfrazarle de empollón.
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enemies to lovers II [Jm + Jk]
FanfictionEsta es la segunda parte/temporada de Only 1 step o como esta en mi perfil "enemies to lovers" ESTÁ HISTORIA NO ME PERTENECE todos los derechos a su autora original.