Capítulo 11

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Allison

Mientras veía a Chris jugar con mis sobrinos, mi hermana tomó asiento junto a mí.

-Se ve que tiene ángel con los niños- sonrió mi hermana a la vez que me acercaba una rebanada de pastel de chocolate que me hizo agua la boca en cuanto lo vi.

-Si- sonreí demasiado embelesada al ver a aquel castaño de ojos azules jugando a la hora del té con Emily, mi hermana lo notó y sonrió de manera burlona -Bueno, es que tus hijos no ayudan, son unos encantadores diablillos.

Debo admitir que el ver a Chris jugando con mi sobrina me hizo pensar en cómo sería nuestro bebé, si tendría sus ojos, si se parecería a él o a mí o si sería una mezcla de ambos, además de pensar que sería un buen padre.

-Él es bueno Ally, además, puedo ver qué hay cierto aprecio por parte de los dos- Ana lo dice sonriendo al mismo tiempo que mueve las cejas de arriba a abajo haciéndome soltar un bufido.

-Claro que no, no hay nada de lo que dices- en el fondo de mi corazón quería que eso que decía mi hermana fuera cierto, no puedo negar que si había algo de afecto, hasta un poco de cariño hacia Chris, pero no podría decir que sus sentimientos fueran los mismos hacia mi persona.

-Como digas- me dió una pequeña sonrisa para después verme con detenimiento -No pienso juzgarte y no voy a hacerlo pero, cómo pasó? Sabes que no me puedes mentir, no cómo a papá.

-No te voy a dar detalles sucios si es lo que quieres- bromeo un poco ganandome una mirada molesta de su parte, suelto un suspiro acomodándome en la silla -No sé, jamás había pensado en enredarme con alguien mucho más grande que yo, fue...cosa de una noche, no quería volver a verlo, no porque haya pasado un mal momento con él, sino por...

-¿Por... él?- asentí suavemente sin dejar de ver a Chris y mi sobrina.

-No sé, esto me asusta, por favor, podemos hablar de otra cosa?- mi hermana asintió y cambiamos de tema.

Lo que restaba de la tarde la pasamos entre juegos con los niños, charlas con Sebastian y mi hermana y un par de consejos de maternidad por parte de mi mamá y abuela.

Por la tarde-noche Chris y yo empezamos a despedirnos, pues el camino de regreso a Boston era largo. Mis sobrinos no querían dejar ir a Chris, rogaban porque se quedará un poco más para seguir jugando a los superhéroes, le habían dado el papel del Capitán América.

Entre abrazos, besos y felicitaciones nos despedimos de mi familia. Cuándo le dije adiós a Ana, me abrazó y me dijo al oído "No te sabotees a ti misma".

Llevábamos poco de recorrido en la carretera, Chris me estaba contando lo mucho que se había divertido con mis sobrinos pero no supe en qué momento me quedé dormida, creí que solo habían sido un par de minutos, pero cuando volví a abrir los ojos ya estábamos llegando a la casa de Chris.

Salimos del auto y llevamos las maletas a la habitación y mientras Chris las guardaba aproveché para ponerme el pijama y tumbarme en la cama, solo un par de minutos después, él hizo lo mismo.

Se acostó sobre su lado derecho para poder mirarme, se le veía cansado, podía ver el sueño en sus hermosos ojos azules pero aún con todo el cansancio que tenía, no cerraba sus ojos.

-Perdón por quedarme dormida en el auto- sonreí sin quitarle los ojos de encima.

-Descuida, estabas cansada- aún somnoliento se veía tan bonito, sus ojos tardaban un poco más en abrirse cada vez que parpadeaba.

De manera inconsciente llevé mi mano a su cabello, peinándolo suave y lentamente mientras enredaba mis dedos en su cabello en el proceso. Poco a poco bajé mis caricias hacía su rostro acariciando suavemente su mejilla y la poca barba que adornaba el lugar, ganándome un suspiro como respuesta.

-Se siente muy bien- respondió mientras me veía fijamente y acariciaba mi mano, que aún se encontraba sobre su mejilla haciéndome sonreír.

Me moví ligeramente para acomodarme en la cama, provocando que la camiseta que usaba para dormir se alzara ligeramente, dejando a la vista una pequeña parte de mi vientre.

Chris lo notó y de inmediato me miró, sabía que me quería decir algo, pero no estaba muy segura de lo que era, tomó un par de respiraciones y lo soltó.

-¿Puedo?

Asentí lentamente con la cabeza entendiendo qué era lo que quería.
Con cuidado levantó un poco más mi camiseta, dejando completamente al descubierto mi vientre. Lo vi apoyarse sobre su codo y acto seguido me acarició con la yema de sus dedos.

Su caricia fue suave, casi como si tuviera miedo de hacerme daño. Después de que jugara un poco con sus dedos sobre mi vientre, dejó su mano extendida sobre el lugar moviendo ligeramente su pulgar dejando pequeñas caricias.

Lo que pasó a continuación hizo que mi corazón latiera desbocado dentro de mi pecho. Se agachó un poco acercándose a mi vientre para después depositar un pequeño y suave beso en aquella zona dónde segundos antes había estado su mano. Fue un beso corto y enseguida volvió a cubrirme con mi camiseta.

No me había dado cuenta que había estado aguantando la respiración durante sus caricias, solté un suspiro cuando él regreso su cabeza a la almohada y me sonrió de una manera tan bonita.

Estaba embelesada con su sonrisa y mi cerebro aún intentaba procesar lo que había pasado unos segundos atrás, estaba tan absorta en mis pensamientos que no me percaté de que él se estaba acercando lentamente a mi.

Mis ojos fueron a sus labios, quería besarlo, sentía que mis labios ardían por la necesidad de tener un beso suyo, entreabrí levemente mis labios y justo cuando creí que me iba a besar, dejó un casto beso sobre mi coronilla.

Me sentí la persona más tonta de la tierra por pensar que quería besarme, podría jurar que mis mejillas estaban encendidas, por el bochornoso momento, seguramente Chris lo notó, pero no dijo ni una sola palabra, se limitó a darme las buenas noches y acomodarse boca arriba en la cama.

Atiné a darle las buenas noches aún con mi corazón latiendo a mil. Imité su posición intentando conciliar el sueño, pero las palabras que mi hermana me dijo antes de salir de casa, retumbaban en mi cabeza.

Giré mi cabeza para ver a Chris mientras un montón de preguntas rondaban por mi mente.

¿Comenzaba a quererlo? No lo sé

¿Le tenía afecto? Un poco

¿Me estoy saboteando a mi misma? Es muy seguro que sí

¿Me atrevería a ir un poco más allá? Sí

Me acerqué más hacía él recostándome sobre mi lado izquierdo y rodeé su torso con mi brazo. Sentí su brazo rodearme y acariciar suavemente mi cabello, mordí mi labio a manera de reprimir una sonrisa y con todas esas emociones cerré los ojos quedándome profundamente dormida.

No me digas que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora