Chris
En los últimos días Ally había estado demasiado incómoda, bebé no la dejaba dormir muy bien, se movía demasiado y en un par de ocasiones había pateado con tanta fuerza haciendo que la pobre perdiera el aire por un momento.
A causa de los movimientos nocturnos de bebé y su constante crecimiento, Ally ya no encontraba una buena posición en la cama, en ocasiones me tomaba de almohada, solo para que a los cinco segundos me desechara y prácticamente me empujara de mi cama.
Para que ella pudiera dormir mejor, mejor dicho, para que ambos pudiéramos dormir compramos una almohada para embarazada, el problema fue que ella ya no quería ni tocarme, esa maldita almohada me había quitado mi lugar y ella solo me "usaba" cuando necesitaba satisfacerse, cosa que no me molestaba, pero extrañaba que me abrazara por las noches.
Sus cambios de humor parecían un sube y baja. Desde el inicio del embarazo había sido así, pero parecía que ahora se habían acrecentado. Había días en los que no quería ni verme, se enojaba a penas si respiraba cerca de ella o si hacia ruido al caminar. Hubo una vez en especial que dejó de hablarme durante todo el día porque había hecho mucho ruido al cepillarme los dientes y hoy parecía que no iba a ser la excepción a su mal humor.
-¿Podrías no sorber el café? Se supone que se bebe- la vi rodar los ojos para después darle una gran mordida al sándwich que le había preparado.
-Amor, solo lo bebí- separé la taza de mis labios para darle una mirada inocente.
-No es cierto, hiciste ese ruido, te escuché
Preferí no seguir con la discusión porque sabía que terminaría mal, ella estaría irritada, intentaría disculparme pero no serviría de nada y dejaría de hablarme por un rato.
-Iré a tomar mi café en el salón- hice amago de tomar la taza junto con el plato que contenía mi desayuno pero me detuvo tomando suavemente mi mano.
-No, amor, perdón, son...los cambios de humor- suspiró -No quiero que te vayas- hizo esa cara que me derrite y terminé haciendo lo que ella me pidió.
Cuando quiere algo siempre bate sus largas pestañas un par de veces, pareciera que sus ojos se hacen más grandes, como los ojos del gato con botas en la película de Shrek; y después hace esa cosa con el labio inferior haciendo un pequeño puchero haciendo que caiga rendido a sus pies.Terminé de desayunar y subí a la habitación para cambiarme para ir a trabajar, tenía una junta importante y no podía llegar tarde. Mientras abotonaba mi camisa sentí un par de delicadas manos sobre mi pecho acariciándome lentamente intentando abrir la camisa.
-Me gustas más sin esto- por el tono de su voz sabía perfectamente que era lo que quería. Su voz suave y dulce parecía ronronear haciendo que el vello de mi cuerpo se erizara.
Sonreí de lado y giré para verla. Era pequeña y eso me encantaba, acuné su rostro entre mis manos mientras observaba el brillo en sus ojos, había días en los que era más intenso, mi madre decía que una mujer embarazada siempre brilla, y no estaba equivocada.
-¿Qué pasa?- una sonrisa nerviosa adornó su rostro. Solía ponerse nerviosa cuando la miraba con detenimiento.
-Nada, solo me gusta verte- sonreí para después besarla lentamente.
Enredó sus dedos en el cabello de mi nuca mientras mis manos recorrían su cuerpo con delicadeza. El beso se iba intensificando, Ally mordió suavemente mi labio haciéndome jadear.
-Preciosa...- hablé entre besos -Tengo que irme...- no quería dejarla, pero no podía llegar tarde con mi cliente.
-No, no te vayas- continuaba besándome al mismo tiempo que intentaba desabotonar mi camisa -No me puedes dejar así
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No me digas que me amas
ChickLitCuando Allison, una decoradora de interiores y Chris, un abogado, se encuentran esa noche en el bar jamás habrían pensado que terminarían unidos de por vida por cosa de un par de horas. ¿Podrá Allison hacer un espacio en su corazón para Chris? ¿Dej...