-¿Crees que deberíamos hacer la prueba?
A penas entramos a la casa, Chris me ayudó a sentarme en el sofá sentándose junto a mí.
-No lo sé... - me encogí de hombros, me sentía frustrada -No sé cómo fue que todo esto pasó, todo había estado bien en los controles anteriores- mis ojos se cristalizaron nuevamente y unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos.
-Descuida, no tenemos que decidir ahora, podemos pensarlo- Chris acarició mis mejillas secando mis lágrimas mientras me sonreía para intentar tranquilizarme -Todo va a estar bien.
Me atrajo a su cuerpo pasando su brazo por mis hombros para abrazarme mientras dejaba un beso sobre mi cabeza.
No podía dejar de llorar, tenía mucho miedo, pero estar entre los brazos de Chris y el tenerlo a mi lado me hacía sentir segura, sabía que tomaríamos la mejor decisión para bebé.
Por la noche, cuando ambos estábamos en la cama, no podía dormir. Mi mente solo se ocupaba en recordarme ese pequeño punto blanco en el corazón de mi bebé, esa pequeña cosita que podía cambiar nuestras vidas por completo.
Quería investigar más sobre el foco ecogénico, pero tenía miedo de lo que podría encontrar.
¿Y si mi bebé nace mal? ¿Podría tener alguna necesidad especial? ¿Seríamos capaces de cuidar de un niño con capacidades especiales?
Todas esas preguntas no me dejaron dormir y fue aún peor cuando Chris fue a trabajar. Él quería quedarse para estar conmigo pero su secretaria lo llamó diciendo que era importante que estuviera en la oficina.
Quería ir a trabajar para despejar mi cabeza, pero seguramente Leyla me acusaría con Chris y él terminaría yendo a la oficina para regresarme a casa.
Esos dos habían hecho equipo contra mí y se empeñaban en tenerme en la casa para evitar el estrés del trabajo.
Estaba mirando un poco de televisión, en realidad solo la había encendido para tener un poco de ruido en casa y así no sentirme tan sola, cuando apareció un comercial de pañales. El bebé del anuncio se veía tan lindo gateando por ahí y de pronto pensé en mi bebé. De nueva cuenta la imagen de la ecografía me acechaba, sabía que no podría sacar la idea de hacer la prueba de mi cabeza.
Necesitaba quitarme la duda y estar segura de que no pasaría nada malo con bebé y si algo estuviera mal tendríamos tiempo para planear cosas, buscar doctores, estar consientes de lo que implica el tener un bebé con capacidades especiales.
Llamé un taxi y fui al despacho de Chris.
Su secretaria me pasó a su oficina y lo esperé hasta que su junta terminó.
Abrió la puerta y sonrió al verme ahí sentada.
-Creí que estarías en casa, de saber que me extrañarías demasiado habría salido antes del trabajo
No prestaba mucha atención a sus bromas porque no sabía cómo decirle que quería hacer la prueba.
-Al, ¿está todo bien?- borró su sonrisa y se arrodilló frente a mí tomando mis manos entre las suyas.
-Quiero hacer la prueba, en realidad lo necesito, no puedo ignorar la posibilidad de que nuestro bebé puede tener algún mal genético- sonrió ante la desesperación con la que salieron mis palabras.
-De hecho, estaba deseando que lo dijeras- sonrió levemente -Descuida, todo va a salir bien, es algo que hacen todo el tiempo, sé que puede ser riesgoso, pero lo superaremos juntos, ¿De acuerdo?.
Sonreí asintiendo para después abrazarlo con fuerza.
Llamamos a nuestras familias para explicarles lo que estábamos a punto de hacer, y, aunque varios de ellos se opusieron, al final entendieron que ambos lo queríamos y que estábamos bastante consientes de las consecuencias.
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No me digas que me amas
Romanzi rosa / ChickLitCuando Allison, una decoradora de interiores y Chris, un abogado, se encuentran esa noche en el bar jamás habrían pensado que terminarían unidos de por vida por cosa de un par de horas. ¿Podrá Allison hacer un espacio en su corazón para Chris? ¿Dej...