La cena terminó pero lejos de que regresáramos a la casa de Chris, nos quedamos conversando con otros socios que había en el lugar, mejor dicho, él conversaba con los demás, yo estaba bastante callada y solo contestaba de manera cortés a las preguntas que hacían.
Chris me presentaba a todos como su novia, cosa que empezaba a irritarme.
No desaprovechaba la ocasión para presumirme con cada persona con la que hablaba, les contaba el maravilloso e impecable trabajo que hacía, lo bien que me iba como decoradora de interiores y que seguramente muy pronto lograría tener mi propia empresa, idea que no me disgustaba.-Al, te quiero presentar a dos de nuestros primeros clientes, confiaron en nosotros, mejor dicho, en mí cuando aún no éramos alguien.
Sonreí y tomé las manos de una pareja de señores de unos 60, tal vez 65 años de edad. La señora me sonrió de manera cálida y amable, mientras que el señor solo me dedicó una sonrisa de lado.
-Chris, querido, me da gusto que hayas salido al mundo y hayas encontrado una linda latina- me sonrió de manera amigable que de verdad agradecí- y muchas felicidades por el bebé. ¿Ya saben si es niño o niña?
-Aún no, la última vez que fuimos a consulta el bebé no se dejó ver muy bien- sonreí acariciando levemente mi vientre.
-Mientras se parezca a ti muchacho
-¿Disculpe?
-Si, bueno, uno nunca sabe, podría resultar que ese niño no sea tuyo, hay muchas interesadas hoy en día que solo buscan el dinero- los ojos del señor se posaron en mí con un leve atisbo de repulsión.
-Me ofende señor, le aseguro que no soy lo que usted insinúa...- el anciano ignoró por completo mi comentario y siguió escupiendo insultos hacía mi persona.
-Christopher, si querías una chica podrías haber buscado a alguien más cercana a tu edad, como nuestra hija, por ejemplo.
-Harold, es suficiente- su esposa lo reprimió y enseguida Chris comenzó a hablar.
-Agradeceré que no vuelva a hablar así de Allison- Chris hablaba tranquilo pero firme. El señor quería seguir hablando, pero Chris al ver sus intenciones, comenzó a enojarse. La mirada que tenía se volvió dura y seria, apretó su mano en un puño, hasta se podía ver como saltaba ligeramente la vena de su cuello- Usted no es digno de pronunciar su nombre y le juro que si alguna vez me entero que ha insultado a MÍ pareja, la madre de MÍ hijo, haré que todo lo que le ayudé a ganar lo pierda en cuestión de segundos.
-No sabes con quién te estás metiendo muchacho
-No, creo que tú no sabes con quién te estás metiendo- los ojos azules de Chris se habían oscurecido debido al enojo del momento. Parecía que saldrían dagas de ellos en cualquier momento que dejarían al tal Harold bien muerto -Nos vamos- tomó suavemente mi mano y me guio hacia la salida dónde ya esperaba el auto.
Apenas entramos a la casa, empezó a disculparse por lo ocurrido.
-No tenía idea de que Harold fuera tan...imbécil
Me senté en el sofá mientras él se quitaba el saco y aflojaba su corbata.
-En verdad lamento lo que dijo, no tienes que darle importancia a toda la mierda que soltó, no eres nada de eso
-Lo sé, sé muy bien lo que soy y lo que no- eso había sonado más golpeado de lo que pensé, pero solo asintió levemente mientras tomaba asiento en el sofá que estaba junto a mi -Pero...no fue solo él...- tomé una respiración profunda antes de continuar -Mientras estuve en el sanitario, unas mujeres entraron y...bueno, también comenzaron a criticarme, dijeron que era una interesada y que...tu no eras precisamente un santo.
ESTÁS LEYENDO
No me digas que me amas
Chick-LitCuando Allison, una decoradora de interiores y Chris, un abogado, se encuentran esa noche en el bar jamás habrían pensado que terminarían unidos de por vida por cosa de un par de horas. ¿Podrá Allison hacer un espacio en su corazón para Chris? ¿Dej...