Mi Alfa//Omegaverse//Katsudeku

Celos/Conociéndose (1)

El lugar estaba oscuro, a simple vista se veía que no había nada, como si se tratase de un adolescente llegando a su casa después de escaparse a alguna fiesta. La puerta de la entrada principal fue abierta, mostrando a la figura del Omega peliverde.

El rechinido de la puerta se escuchó, acompañado de una mueca del peliverde. -Wow, mi mamá, tiene alarma ecologica-. Susurro con risa el peliverde, cerrando dicha puerta con el cuidado más delicado posible, ya que esa puerta sonaba peor que cuando quieren atrapar un 🐷.

-Bonito el besote que le diste al rubio-.

Se escuchó una voz, muy conocida, demaciado conocida para el pecoso, seguido se encendió la luz de la lámpara cerca del sillon, dónde se encontraba nada más ni nada menos que su madre.

-Ma-ma, que haces despierta a esta hora -. Evadió según el correctamente la pregunta de su madre, valla mentira.

-No me cambies el tema-. Respondió su madre diriguiendote una mirada, entre enojada, contenta, alegre, etc. -Quien es?-.

-Ah, es un amigo.........si eso, un amigo -.

-Hasta dónde yo sé, a los "amigos", no se les da besos, en la mejilla, pasan, pero en su boquita, no-.

(...)

Ya eran casi las 11:30 de la noche, me Izuku, me dijo que saldría a comer con unos amigos, Kota estaba dormido, así que hize lo que toda abuela hace cuando está su nieto. Tejer y ver novelas, me senté en mi sillón favorito, ese que está casi enfrente del televisor. El sueño me estaba empezando a vencer, y así hubiera sido, de no ser por los faros de algún asunto que se estacionó a las afueras del departamento. Como toda vecina atenta, me asome por la ventana, verificando que no hubiera algo sospechoso, a decir verdad, creí que aquel auto por equivocacion se había estacionado o confundido de lugar, al ser un carro del años, da muchos comentarios que dar.

Observe por un momento, aquel auto, y no bajaba nadie ni nada, cuendo estaba por cerrar completamente la cortina, una cabellera se me hizo conocida, mi Izu, bajo del auto, me sorprendió verlo en algo así, pero lo que más me sorprendió fue el apuesto rubio alto, que bajo minutos después, y que le planto un enorme beso, que beso, eso parecía canibalismo tratándose de comer los labios del contrario.

(...)

--Y bien?........Que son?-.

-Ah?, De que-. Pregunto el Omega con "normalidad".

-................Izu, solo juega bien tus cartas, no quiero que pase los mismos, no sé cuánto tiempo llevan conociéndose, y no me voy a meter en tu vida, cuídate.......ya me voy a dormir, me da mucho gusto que ya llegaste, no le diré a Kota, espero que encuentres el momento, descansa-. Se despidió la peliverde, dirigiéndose a su recámara.

Un Grand suspiro por parte del peliverde se escuchó, al igual que su madre se dirigió a su habitación, no sin antes despedir a su hijo, bueno despedir es un sinónimo del tierno beso en su frente que le dió. -Descansa cielo-. Susurro saliendo de la habitación del menor.

(...)
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-Rayito-. Susurro el pelirrojo, con una enorme pisca de sueño. Al ser ya casi la 1 de mañana, el sueño se apoderaba de su ser, seguiría durmiendo como cualquier persona a esa hora, pero las ganas de tomar agua y su garganta más seca que un desierto, lo hicieron levantarse de la cómoda cama de su pareja. No hubo respuesta del contrario, con la simple acción de dejar de abrazarlo, fue suficiente, aquel rubio parecía una sanguijuela. Con pesadez se levantó, diriguiendote a la cocina, tranquilamente se sirvió un beso lleno de agua, todo normal, hasta que el sonido de la puerta principal fue abierta.