La Reina de Luz (Terror Resplandeciente) [ 2 ]

Cap.12 ( Encantos de seducción )

ENCANTOS DE SEDUCCIÓN

Advertencia:

Este capítulo contiene escenas +18, si te disgusta este tipo de escenas puedes dejar de leer cuando este signo aparezca (☆ ) y nuevamente puedes retomar la lectura cuando vuelva aparecer .

Persefoné ( Ceren ) :

Acabábamos de llegar al inframundo, Hades me vió con algo que identifiqué fue molestia.

No me quería dar la cara ahora que sabía que yo recordaba todo.

Es un estúpido cobarde.

Rodé los ojos fastidiada y fui hacia mí habitación, me bañe y me puse mi albornoz mientras me rebatia sobre si ejecutar mi plan ahora.

Estaba nerviosa y no podían culparme.

Tenía seis años sin follar, ya empiezo a creer que mi himen se reconstruyo y soy virgen de nuevo.

¿Eso podía ser posible?

Sacudí la cabeza en un intento de apartar los estúpidos pensamientos.

Ok, me tengo que calmar, joder de verdad lo iba a hacer.

Sin pensar más y dejando de lado las inseguridades me puse un corset negro sin tirantes con una falda blanca y medias de red con botas.

Bien, me veía sexi y muy provocativa.

Más que todo para darme seguridad a mi misma, a Hades se le paraba hasta con verme sudando.

Reí por eso último.

Solté mi cabello y lo peine dejándolo suelto y me maquille sencilla.

Carajo, Carajo, Carajo.

Me vi en el espejo y dios, parecía otra.

Alise mi falda y respiré varias veces.

Que sea lo que Dios quiera.

Caminé hacia la oficina de Hades y vi como muchas miradas se fijaban en mí, y tal vez eso me hizo creerme las palabras de Marcos.

Yo puedo.

Llegué en poco tiempo a la oficina de Hades y toqué.

Ni siquiera sabia porque mierda tocaba, casi siempre pasaba como perro por su casa.

Escuché que Hades Mascullo un "Adelante" y pasé.

Mis botas resonaron por el sitio y esperé a que Hades levantara la mirada de sus informes.

— Tenemos que hablar. — Logré decir y el por fin levantó fijo sus ojos en mí.

Pude ver como recorrió mi cuerpo lentamente y como su mandíbula se apretaba y su cuerpo se tensaba, se removia Inquieto y sus ojos adquirieron un brillo extraño.

— ¿De que? — Preguntó. Y su voz, joder, su voz estaba ronca y salió como un susurro entre sus labios.

— De lo que pasó — Alcancé a decir .

El sonrió con burla y luego se puso de pie y pronto se empezó a acercar a mi.

Trague saliva y fingi que su acercamiento no me afectaba como lo hacía.

Sentí mis pliegues humedecerse y apreté mis piernas en un vago intento por aliviar esa presión.

— ¿Quieres hablar de como ya recordabas y sin embargo no me dijiste, me mentiste y me viste la cara de imbecil estos últimos días y lo seguirías haciendo sino fuera porque te encontré en una cena con tu familia y amigos a quienes recordabas justo como a mí y lo ocultaste? ¿A eso te refieres?. — Preguntó con ironía.