❝Playa❞

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La mañana del martes era cálida, sin ninguna prohibición para ir a la playa.

A Leonella no le gustaba demasiado ir a la playa, menos usar trajes de baño y ese tipo de cosas, así que optó por unos shorts de color negro, y sus converse rojos y un pequeño top de mezclilla y su cabello turquesa recogido en una coleta.

(...)

Por casualidad, Antonella también asistiría a la playa, le pareció un buen día para hacerlo, ella, al contrario de Leonella, se vistió con un traje de baño color amarillo y unos shorts para ocultar sus piernas, por que realmente no le gustaba mostrarlas.

Al acercarse a la orilla del mar, a lo lejos divisó una cabellera turquesa, una chica sostenía un cigarrillo entre sus labios y daba una que otra calada, para después expulsar el humo de una manera un tanto despreocupada, se acercó a ella y se sentó a su lado en la arena, sobre su propia manta.

"Hola, rubia", saludó la oji-azul, para seguir mirando al mar, las olas que iban y venían, pero, sin prestarle la atención suficiente a la chica.

"Hola", sonrió y acomodó su sombrero, el cual tapaba el sol e impedía que éste pegara contra su rostro.

Si bien no lo pensó, lo hizo unos minutos antes, tomó la mano de la pequeña rubia y guiñó el ojo, haciendo que ésta última se sonrojara, caminó dentro del mar, aún el agua no las cubría por completo, se sentaron en la orilla del mar, el agua pegaba contra sus piernas y las pequeñas olas llegaban hasta la mitad de sus piernas, Antonella soltó su mano, y por un momento, se sintió vacía.

"No sé ni si quiera como te llamas, y siento que te conozco de toda la vida", susurró, el rubor en las mejillas de la rubia, " Me llamo Antonella"; la rubia contestó mirando cabizbaja el agua que venía y se iba entre sus piernas.

"Leonella".

No importó la hora, no importó el lugar, se habían conocido y sus nombres rimaban, ambos terminaban con "ella", la playa ahora le agradaba.

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