(Punto de vista de Curtis, única narración en la historia).
Había hecho mal en mentirle a Leonella, pero era la única escapatoria que tenía de la faz de la tierra, y en realidad lo vi necesario, no me encontraba en estado para bromear y aún así lo hice, con algo tan delicado como lo es la muerte.
Al llegar a mi lugar de residencia, visualicé una pila de cartas, e imaginé de quién serían, su amiga pelirroja, Leonella.
Su respuesta fue un simple dibujo de un signo de más y un cerebro, quería hacerle pensar a la chica, y sabía que lo lograría, su desaparición fue inédita y algo confusa para todos, sin excepción, las autoridades dejaron el caso sin concluir, diciendo que, como no había heridas, no fue asesinato, y todo indicaba que había sido una muerte por naturaleza, por el cáncer, y realmente hice mal, si, lo sé.
Cuando Leonella estaba a mi lado se le veía tan feliz, llena de vida y de alegría, de algún modo le afectó mi partida, me dediqué a mirarla cautelosamente por las horas del instituto, la veía por la ventana, en el receso, y junto con una chica rubia las últimas semanas, le vi llorar hace unos días, pero me volví impotente y cobarde, ¿iba a decirle que fingí mi muerte y ella se había vuelto así por culpa de una broma? Yo le dejé que se convirtiera así, no le dije que aún vivía, por miedo a lo que ella opinara, en cierto punto le daba algo de miedo la nueva Leonella.
(Fin de la única narración de Curtis en la historia).
Jugaba a las escondidillas, y no respondía las cartas desde aquella vez.
No se preocupó más e inventó su nuevo plan, el plan que no tenía nombre, porque no lo había pensado, aún, primero tenía que hacer que Antonella se le uniera, aunque seguramente ella no quisiera, era pacifista y lo había notado, en los días que se había quedado en su casa.
Amigos como correspondencia, pensó primero, bueno, enemigos por correspondencia, porque en realidad no buscaba ser su amiga, si no su enemiga, oh, sí.La tarde se basó en Leonella llamando a Antonella y sonriendo demasiadas veces, discutiendo sobre lo que planeaba y que sí, efectivamente, Antonella se le uniría.
Ahora era un plan contra el otro, el egoísmo contra el cariño, el anaranjado contra el castaño.