23. Duelo.

114 3 4
                                    

Kate no se privó en llorar. Sabía lo emocional que podía ser. De hecho, era una de las razones por las que había intentado saltar en mi presente original; su sensibilidad no podía con la mierda de adolescentes que tenía Blackwell como estudiantes. En especial dos muy rompe ovarios. Nathan y Victoria definitivamente se llevaban el premio a los adolescentes más idiotas. Y sí, no volvería a meter las manos al fuego por ninguno. ¡Si, aprendí mi lección, destino! No necesito que me mandes más pruebas, gracias.

― ¡Max, cariño... te extrañé tanto! ―Kate había largado todo lo que estaba haciendo de inmediato y vino casi corriendo hacia mí.― ¡Llegué a pensar que no despertarías!

Reanudó con más brío su llanto y se lanzó a mis brazos en un impulso mientras sendas lágrimas rodaban por sus mejillas, salpicando de paso las mías. Mi cuerpo estaba entumecido. El recuerdo del dolor se había quedado precisamente en eso. Más bien me sentía debilitada, pude jurar que me sentía como si me hubiera mandado una maratón, pero sin haberlo hecho por supuesto. Jamás lo haría, pues apestaba en deportes. Además de todo aquello, una especie de lasitud se deslizaba cautelosa, para asentarse en lo profundo de mis fibras musculares.

Oh, es verdad. Lo había pasado por alto todo este tiempo... Kate, mi novia; se muestra muy cariñosa conmigo cuando estamos solas.

El abrazo se estaba prolongando bastante y no tenía las fuerzas o ganas para hacer algo por acortarlo. Sobre todo, la primera. Sentí una languidez inusual, supuse que mi cuerpo no se había recuperado del todo después de haberle exigido tanto. Tuve, por tanto, suficiente tiempo para empezar sentirme mal de no haber podido mantener la promesa que hicimos. No la contacté cuando pude... además de otras cuestiones que, aun bajo la excusa de sobrevivir, no me enorgullecían. Y ahora, lejos de ese punto de inflexión, parecían una completa locura.

Mi memoria se encontraba casi en su mejor forma, así que podía recordar lo que había pasado en la cabaña y algunos recuerdos de esos tres meses compartidos con Kate que gradualmente se ajustaban tras el salto. Ciertas memorias me apenaban, generando malestar e incomodidad, por lo que consideré mejor callarlos.

Esa culpa lenta y sigilosa comenzaba a acumularse si más les daba vueltas a los recuerdos. Pero rechacé la idea de hundirme en pensamientos negativos. Estuve a punto de terminar el abrazo cuando, de pronto, sentí que se aferraba con más fuerza a mí, como si estuviera aterrada de algo. Quizá verdaderamente había acariciado la posibilidad de perderme. En cierto modo, tenía razón. Después de tanto...apenas podía creer que estuviera viva.

―¡Auch!―Expresé dolorosamente.―Por favor, Kate, ten piedad de mí. Parece que un camión me hubiera pasado encima.

Como si no lo hubiera pensado durante la explosión de alegría, Kate se sorprendió de haberme estrujado tanto. La escuché soltar un suspiro aliviada y gradualmente se fue soltando. Acto seguido, arrimó una silla junto a la camilla y se sentó a mi lado.

―Oh, lo siento tanto, querida Max; ―se disculpó entre sollozos―pero estoy tan feliz que no pude evitarlo. Te ruego me perdones. Ahora empiezo a sentirme como una tonta por haber siquiera pensado que... Ya sabes, el peor de los casos. ¿Es muy estúpido preguntar cómo te sientes?

Negué con la cabeza mientras esbozaba una tenue sonrisa de lado, que más bien enmascaraba la tristeza que pesaba en mi corazón. Mi mente estaba preparada para preguntar incluso si no quería escuchar las respuestas. Tenía que indagar los hechos, aunque, muy en el fondo, ya sospechaba parte de lo que Kate me iba a comunicar. No podía permanecer más en la cómoda ignorancia, necesitaba ese golpe de realidad.

―No necesitas disculparte. Era comprensible debido a mi delicada condición. ¿Cuál fue mi diagnóstico?, ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

Una Kate más sosegada, se secó las mejillas humedecidas con un pañuelo y se apresuró a responder lo que había preguntado.

[Life is Strange] Mi última esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora