2. Un reencuentro distinto.

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Escuché el inconfundible sonido que hace mi antigua Polaroid al tomar una instantánea e identifiqué de inmediato aquella imagen a la que ya estaba tan acostumbrada y era tan entrañable para mí. La observé unos instantes,  recargué el cuerpo en la pared del último cubículo de baño y me deslicé lentamente hasta alcanzar el suelo. Todo esto, mientras la seguía observando y unas furtivas lágrimas volvían a rodar por mis mejillas. El tiempo, aquel a quien una vez consideré un gran  aliado, tuvo compasión de mi desgracia y hasta pareció detenerse en consideración a nuestra estrecha relación. La atmósfera se me antojaba tan pesada que pareció aplastarme.

Estaba allí, pues, sentada, sollozando y dudando en hacer lo que debía. Mis dedos estaban colocados sobre el borde superior de la fotografía, listos para proceder con su ruptura, pero, éstos temblaban tanto que me impedían hacerlo. Entonces, un sucio artilugio de mi débil resolución trajo a mi mete una serie de recuerdos; todos ellos de mis memorias más felices que tenía junto a Chloe. ¿Era justo eso? No: definitivamente no lo era. Dejé la foto a un lado, abracé mis rodillas mientras lloraba sin moderación y me abandoné a la inmensa tristeza y nostalgia que me provocaron los recuerdos. Uno en especial se repetía sin piedad: nuestro primer beso, el más reciente.

Bueno, en realidad había sido el segundo, pero  la experiencia fue completamente distinta que me hizo estremecer. El primero pasó cuando Chloe me retó a besarla y si digo que fue malo, estaría mintiendo. Pero  fue  solo una travesura, un juego entre amigas y nada más.

-¡Estúpida Chloe! ¿Cómo esperas que realice esta tarea tan difícil? ¿Cómo esperas que te deje morir para jamás  volverte a ver? ¡No te hagas la maldita fuerte conmigo cuando  sé que en el fondo eres una niña demasiado sentimental que no sabe controlar sus emociones!—grité mis sentimientos protegida por la confidencia de aquellas cuatro paredes.—Me sobrestimaste demasiado. ¿Creíste que era capaz de dejarte morir y simplemente continuar viviendo? ¿Sin ti? ¿Sin ver tu boba sonrisa de nuevo? No me pidas esto, es lo único con lo que no puedo lidiar.

Dije sollozando mientras  me aferraba aún más a mis rodillas.

Apenas trataba, no sin dificultad, de  incorporarme para volver a tomar la imagen, cuando sentí brillar en mi mente y en mi alma una pequeña esperanza. Aún había algo que debía intentar. Algo que apenas se podía clasificar como un desesperado intento de escapar de una vida sin mi amiga; sin mi preciosa Chloe. La idea completa apenas si empezaba a tomar forma, pero merecía la pena intentarlo.

¿Por qué no en vez de sacrificar a Chloe, trataba de salvarla por mis propios medios en vez de mis poderes? Rompería la foto, para no tener la tentativa de volver a alterar inconscientemente el tiempo y juré, allí mismo, no volver a utilizarlos jamás. Podría funcionar. Sólo tenía que arreglar todo sin alterar el tiempo a mi paso cada vez que la cagaba en algo. Limpié mi rostro de las lágrimas con la creciente euforia apoderarse de mi. Mi corazón latía como loco al ritmo de la esperanza . Entonces escuché un sonido en la puerta que me sacó de mis cavilaciones para devolverme la serenidad que suele caracterizar. Era el momento de enfocarme, determinada a cumplir con mis objetivos.

Entonces escuché entrar a Nathan quien mantenía un nervioso monólogo consigo hasta que a los pocos segundos irrumpió también en el cuarto Chloe. Ella se pasó por todos los cubículos comprobando su desuso y luego caminó hasta confrontar de frente a Nathan, resuelta a extorsionarlo.

-Será mejor que no te metas conmigo. Déjame en paz maldita pesada- en ese momento pateé intencionalmente un balde metálico y vacío que se encontraba cerca de mí y éste rodo hasta chocar con la pared en la que estaban los lavabos.

-¡¿Quién demonios está allí?!-gritó bastante alterado el chico neurótico.

-Tranquilo. No quería interrumpir, pero me puse nerviosa y choqué con el bote.-Dije con un tono bastante calmado y saliendo lentamente de mi escondite.

[Life is Strange] Mi última esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora