[Life is Strange] Mi última esperanza.

5. Accidente en la piscina.

La hora llegó. Esa noche resaltaba un aire pacífico en el pueblo de Arcadia Bay mientras que sus ciudadanos eran completamente ignorantes de ciertas particularidades que lo enturbiaban. Estábamos, pues, Chloe y yo en las cercanías del edificio principal de la Academia Blackwell. Habíamos repasado el plan de acción una y otra vez, el cual consistía en separarnos y buscar a Kate por todo el lugar. Cualquiera que la encontrase primero debería permanecer con ella a toda costa y evitar tomar bebidas que no estuviéramos seguras de su procedencia, hasta reencontrarnos con la otra. Sonaba sencillo. ¿Qué podría salir mal? No obstante,  dadas las experiencias pasadas, empezaba a limitarme a no hacerme esas preguntas retóricas. Mejor era tener las expectativas bajas y estar siempre atento.

En fin, entramos juntas por la entrada principal de la escuela y tuvimos que rodear por el lado opuesto del pasillo porque, a diferencia de aquella vez que me escabullí ahí con Chloe, ahora la entrada de los vestidores estaba cerrada. Al parecer los del Club Vortex no se complican mucho en la cuestión de «organización» de fiestas; el ambiente lucía similar a la otra fiesta que había asistido, cuando el profesor Jefferson anunció el ganador del concurso Héroes Cotidianos y, de paso, nos tendió una trampa a Chloe y a mí.

Maldito bastardo. Lo maldije en mis pensamientos.

Habíamos pasado el modesto puesto de "control", vigilado por mi compañera de clase Stella y unas cuantas personas más,  rápido y sin ningún contratiempo. Supongo que era verdad eso de que la entrada general estaba permitida para todo aquel que desease asistir.

Al lado izquierdo, siempre tomando como referencia la entrada pública—y que, a su vez, sólo consistía en una parca cortina oscura que separaba el puesto de vigilancia con el resto de la fiesta—, estaba ubicado el puesto de bebidas.  En el lado derecho, estaba un compartimento especial montado con un montón de lonas y cortinas oscuras, el importantísimo recinto VIP (maldita élite adolescente); justo en frente, tras abrirse paso a través de la cortina, se encontraba el trampolín de la piscina y muchas personas se lanzaban de él bulliciosamente; en el lado opuesto del trampolín, el DJ hacía sus mezclas de audio acompañado de enormes bocinas y poderosas lámparas multicolores; no importaba cuántas veces lo viera, era demasiado dinero invertido. Derroche total, en mi opinión. Un espectáculo innecesario.

Miré en todas direcciones tratando de localizar a Kate con una inspección rápida del lugar, pero fue inútil. No logré divisarla por ningún lado.

—¡Wow! Hace tiempo que no estaba en una de éstas. —Anunció Chole emocionada y luchando por hacerse escuchar por encima del ruido.— No alcanzo a ver a tu amiga. Me dirigiré a la barra para conseguir una bebida y, de paso, preguntaré por ella en ese lado. Tú cubre el contrario, Max.

—De acuerdo. Sólo recuerda vigilar muy bien lo que consumes.

—Lo sé, genio. No nací ayer, tengo más experiencia en este tipo de cosas que tú. Mejor aplícate a ti misma tu consejo—me dedicó una amplia sonrisa mientras se despedía y se dirigía a la barra.

¿Y ahora qué? A simple vista podía asegurar que Kate Marsh no se encontraba en el pequeño cúmulo de gente sentada a espaldas del DJ. El ruido debía de ser endemoniadamente superior en ese lado, se me hacía poco probable que a la tranquila Kate le gustase sentarse ahí porque no parecía de las personas que toleraran los sonidos muy altos. Así que finalmente me decidí por indagar, dentro de mis posibilidades, en el lado VIP. Para mi sorpresa, en el trayecto me encontré a Taylor y Courtney, las secuaces de Victoria, ellas estaban bailando y tomando solas cerca de la piscina. Me pareció un poco inusual, pero no lo suficiente como para despejar mi curiosidad. En ese momento, la prioridad era localizar a Kate. Al poco tiempo, alcancé el puesto de control de la zona VIP y para mi fortuna, la persona encargada de controlar y registrar las entradas y salidas era Juliet Watson, una de mis tantas compañeras de cuarto en los dormitorios escolares.