27. Chivo expiatorio

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La anhelada reunión con la mariposa del destino la esperaba en sus memorias, aguardando por ella, con el fin de saldar toda la historia que cargaban. No obstante, Max se preguntaba: ¿cómo distinguiría si era el lugar y momento correcto para poner en marcha sus objetivos? No lo sabía. Pensando en las opciones de aterrizaje que tenía a su disposición, la viajera fijó como coordenada el salto que hizo después de la tormenta con la intención de sellar sus poderes y dejar que el curso regular de los acontecimientos siguiera. Precisamente a ese instante de duda cuando la lucha interna entre el deber y sus sentimientos no tenía un claro ganador. Ese había sido el principio del origen de la distorsión. La tibieza de sus acciones y su debilidad habían provocado eso y estaba dispuesta a enmendarlo como un primer paso en su plan.

Max enfocó su mente en aquel recuerdo y en su intenso deseo de salvar a sus amigas.

Sus poderes no tardaron en activarse y volver todo tan nítido como si lo estuviera viviendo. Pudo sentir la humedad del baño, el frío azulejo atravesando la tela de su pantalón y las lágrimas respaldando por su mejillas cuando lloraba por la idea de una vida sin Chloe. Su frecuencia cardíaca iba aumentando y la distorsión auditiva no tardó en aparecer. Lo siguiente que saludó a los sentidos de Max fue la humedad de la mezclilla a la altura de las rodillas. Se encontró a sí misma sentada en el espacio vacío que servía de almacén en el baño de mujeres de Blackwell mientras se abrazaba con fuerza a sus rodillas.

Recodó ese momento. Era, sin duda, el instante preciso que evocó en su mente. Le sorprendió ver la notable mejoría de sus saltos. Las únicas pruebas de que había saltado, era una ligera elevación a la frecuencia cardíaca y una tenue sensación de mareo. Nada grave. Eso le facilitaba las cosas aún si fallaba, ¿no? No obstante, ese no era su plan. Debía ser más eficiente y usar sus poderes con sabiduría.

En teoría, la primera fase de su plan era preservar la fotografía original. Recordaba que cuando estuvo ahí por primera vez, con un plan improvisado y la esperanza de reencontrarse con Chloe, fueron esos los factores que temporalmente le habían nublado el juicio. Y sí, cualquiera podría argumentar que estaba siguiendo sus emociones al igual que entonces, es decir, el mismo patrón de acciones. Sin embargo, eso era una realidad a medias. La palabra clave en esa ocasión era el balance. Si no había dudas como la primera vez, entonces era poco probable que la fotografía terminara destruida o, peor aún, posteriormente reconstruida.

Pese a eso, aún era su deber asegurarse y deshacer sus errores antes de siquiera pensar en buscar la línea en donde encontraría a Rachel.

No había tiempo que perder. Sus acciones deberían ser certeras y enfocadas únicamente en conservar la fotografía sin cambios. Cualquier cosa que intentara tenía que ser pronto pues Nathan y Chloe no tardarían en aparecer. Y, después de una rápida evaluación de sus opciones, se puso en marcha. Buscó en su mochila un bolígrafo y puso una nota en el reverso de la instantánea. "Recordatorio: no la pierdas o destruyas. Nunca debes olvidar tu origen porque siempre podrás volver a él." ¿Era lo suficientemente claro y poderoso, no? Esas palabras deberían establecer un cambio significativo.

El siguiente movimiento estratégico de Max fue la confrontación directa. Así que como cualquier persona que usa los baños para lo que fueron planeados, se dirigió al lavabo y aseó sus manos mientras esperaba tranquilamente la aparición de las personas faltantes. Supo que estaban cerca cuando pasos ansiosos sonaron en el pasillo cerca de la entrada. La viajera, inhaló hondo y exhaló lentamente, preparándose para acabar con su problema de raíz. Bueno, el primero de muchos en la lista.

Nathan entró tan impetuoso como esperaba. Se notaba nervioso, tal y como debía estarlo si la memoria no le fallaba a esas alturas. Él no pudo seguir con su extraño rito de introspección al espejo tras comprobar que no era el único en el baño. Se quedó paralizado al encontrarse de frente con la viajera; un obstáculo molesto, pero no del todo inesperado. Y giró la cabeza para comprobar si no había más estudiantes allí. De pronto, la presencia de Chloe también irrumpió en el lugar.

[Life is Strange] Mi última esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora