En el vestíbulo de uno de los más iluminados salones del palacio de los Duques Sangstër se encontraba sentado un joven de piel blanca, cabello obscuro, ojos negros. Su mirada perdida e indescifrable tras un gran ventanal le daban cierto toque de nostalgia y la luz del nadir resaltaban los delicados rasgos de sus facciones en su cara alargada y mentón simétrico.
Frente a él, una imagen un poco más bizarra, su cabello revuelto y vestimenta desprolija eran ridículamente discordantes a lado del peinado perfecto y gala del joven sentado. Su cara era más de trabajo duro y esfuerzo, en pocas palabras era un pintor dando vida a su tela inescrutable. El caballete, los oleos, la paleta los pinceles, todo aquello se podía ver revuelto mientras era manipulado a la mesura del artista, al compás de su creación.
En la mente de Dylan no había existido un momento de paz, recordar esos momentos le hacía estremecer, le daban tanta rabia y al mismo tiempo le confortaban, pesarse ahí, sentado frente al ser que le había robado algo de dentro de sí.
— ¡Pero que hace!... ¿Cómo usted se atrevió?... No... ¿qué?... es usted la persona más...— recordó el aristócrata decir con demasiada confusión y estridencia justo cuando fue interrumpido por Thomas —Más amable y servicial que ha conocido, pero no se preocupe, no tiene ni porque decirlo, el acceder a pintarlo y posponer mi viaje a Italia, no son nada por un caballero que necesite de mi arte con tanta urgencia como usted— Terminaba de decir el noble, mientras sus padres se acercaban, aunó a sus recuerdos el muchacho sentado.
La llegada de los Duques y el querer evitar un escándalo frente a todos los invitados, situación en la que sin duda el también sería juzgado, lo hicieron aceptar ser pintado por Sangstër, en ese momento el ser más despreciable, para él.
Cuando Dylan llegó a su casa, había tantas cosas en su mente que le parecía ilógico pensar que en verdad aquello hubiera pasado, el sínico joven se había despedido de él sin mayor aspaviento, las citas para la elaboración del cuadro se concertaron sin mucho detenimiento y el costo de la obra no sería determinado hasta el término del cuadro. Todo había sido normal, el trato como el de cualquier caballero ingles que arregla un negocio con otro.
Cierto fue que a O'Brien no le quedaron más ganas de reñir, su mente se había transportado a un lugar muy distante en su mente, donde el horror de haber sido besado por otro hombre eran la grabada imagen que le atormentaba. Sentía coraje, frustración, desanimo, dolor, tristeza... sentía que su cuerpo hubiera sido ultrajado, y su alma forzada, pero había algo que le trastornaba mucho más... no sentía asco, no se sentía sucio, era más una sensación de hormigueo, de cosquilleo, de electricidad... sentir esos suaves y cálidos labios rosar los suyos, desmoronaba su concepción de lo que era un beso, porque despertó en él sensaciones ajenas a su conciencia, que no había podido recuperar ni besando a todas las mujeres de la ciudad, tratando de recuperar eso que no tenía pero que ahora necesitaba, eso que le habían robado de su interior.
Tras un mes de sesiones de modelaje, el estar frente a ese rubio desvergonzado ya no era tan insoportable. Más bien empezaba a ser misterioso, más como un juego con el mismo, para entender que es lo que pasaba en su mente, y aunque sus muecas iban de la frustración, el gozo o hasta la cólera, cada momento podía ser distinto, pero era posible ver que existía efusión, habían sentimientos había inspiración.
—Es todo por hoy, ya se puede ir señor— terminó de decir Thomas con la voz cansada y la mirada desorbitada, — ¿Puedo preguntarle algo que me inquieta?— dijo el modelo, —Que extraño que quiera conversar, me parecía más bien que yo era de su completo desagrado, pero pregunte— dijo el autor, — ¿Por qué me sigue tratando de usted?, no soy tan viejo y usted no me parece tan formal— terminó de preguntar Dylan.
—Será porque desde que no me dirijo a usted, más que para lo necesario, no he tenido que soportar sus largos y enfadosos cambios de humor— comentó algo molesto el artista, esas palabras le habían dolido un poco a O'Brien, pero sopeso el momento y continuó —Mire, en ese momento no me sentía tan bien, pero ahora me doy cuenta de mi intransigencia de aquel día...— terminó como dejando palabras en su garganta que no se atrevían a salir, pero en ese momento se dio cuenta de aquello, desde que religiosamente pesaba varias horas a la semana viéndolo trabajar, cierta alegría había brotado de algún lugar que él desconocía en su mente o en su corazón.
—Además ya lo he perdonado por aquella ofensa, que no vale la pena recordar ahora, he comprendido que quizás esa sea una costumbre Francesa o de algún lugar lejano en el mundo que usted ha visitado, haya donde las buenas costumbres y el respeto entre los caballeros es inexistente— aclaró Dylan con cierto tono de comprensión.
—El caso es que usted me perdona... me parece insultante, que después de todo yo sea quien es el disculpado—dijo con algo de amargura en la voz luego continuó —Váyase de mi casa, y hágalo antes de que me niegue a seguir con esto de su dichoso retrato— concluyó Thomas con sorna y amenaza en la voz.
Esta vez la ofensa había sido grande, había sido corrido, como cualquier mendigo, sin embargo había algo de paciencia y alegría inexplicables en el joven letrado, que le impidieron responderle en consecuencia y solamente petrificó su cara y dio media vuelta, pero antes de irse dijo con voz ahogada y casi inaudible, —Lo siento mucho señor Sangstër, sé que me he equivocado y del sacrificio que fue cancelar su viaje por el retrato que yo le he pedido, por todo eso y todas las ofensas que le he causado sin darme cuenta le pido perdón. Con su permiso Duque. — ni el mismo Dylan supo de donde había salido todo aquello, pero decidió caminar rumbo a la salida justo cuando del otro lado del salón se escuchó decir —Te espero mañana puntual Dylan—.
|| WOW! Es viernes y terminamos semana de práctica :D Y cómo hemos acabado y me siento de muy buen humor, les traigo este regalito a nuestros bellos lectores <3 Disfrútenlo y nos leemos pronto
Au revoir~ ||
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¿Por qué TÚ?
FanfictionHubo una época en donde existían las libertades de la actualidad. En donde muchas de las decisiones eran tomadas por los padres, a pesar del disgusto y la inconformidad de los hijos. En donde todo se regía por la aristocracia y la gente con los recu...