El haber recibido aquella carta había sido lo mejor que podía pasarle en el día y pese a la molestia de su padre por no continuar con lo que le correspondía, se marchó. Necesitaba verle, necesitaba desahogarse, necesitaba hablar con alguien sobre lo que estaba aconteciendo en su vida, se había tornado amarga y lo detestaba.
El reloj marcaba la media y estaba seguro que cuando llegase, ya no habría nadie. Pero se equivocó, su dulce pelinegro estaba ahí. Tan elegantemente vestido, como quién se alista para ir a una cita. Eso lo enterneció, sonriendo para sus adentros, aunque seguramente fue un sentimiento fugaz porque de nuevo su situación actual lo agobio y su mueca volvió a su estado de seriedad. El chico le pedía hablar en privado y no teniendo más que hacer, fue con él. Aunque de haber sabido lo que pasaría probablemente nunca hubiese aceptado.
Él, ese joven que también se había convertido en su todo, se le declaró. Pero no se sentía feliz, todo lo contrario. Un amargo sentimiento había embargado su ser. Lo había quebrado por completo, dejando que amargas lágrimas recorrieran su rostro, haciendo que el joven O'Brien malinterpretara la situación. Pero esta vez no lo dejaría irse. No de nuevo. No ahora que lo sabía. Fue tras él y sin importarle el qué, le beso.
Fue un gesto dulce, lleno de ternura de todo lo que había sentido al escuchar cada palabra del chico. Pero también lleno de tristeza, como de quién se está despidiendo para marcharse y no volver. Dylan sintió miedo, ¿qué era aquello?. Acababa de declarar sus sentimientos y ¿primero recibía lágrimas para concluir con un eso? Así que se separó del duque, mirándolo a los ojos, esperando encontrar respuesta en ellos, pero solo podía divisar abatimiento, cansancio, hastío entre muchos otros sentimientos, pero no se atrevería a preguntar. Necesitaba oírle, necesitaba saber qué es lo que pensaba él, acerca de aquello.
El lugar quedo en calma. Solo el viento que movía las ramas en aquel lugar era perceptible. Los segundos parecieron horas y conforme pasaban, los temores de Dylan aumentaban, quizás todo había sido un error y ahora Thomas, solo estaba pensando en cómo rechazarlo de forma diplomática. Sin embargo, antes de que pudiese seguir formulando ideas equívocas en su cabeza, su acompañante habló.
— No eres el único agobiado por esos sentimientos mi querido Dylan — de alguna parte de su ser había sacado la fortaleza para hablar y continuó. — Llevo días preguntándome, si estaría mal o bien, lo que sentía por ti. Puesto que te has convertido en todo para mí. En el sol que ilumina mis amaneceres, en la brisa que apacigua mis atardeceres y en la luna que vela mis anocheceres. En mi inspiración. Y temo decirte, que estas equivocado — esto causo una expresión de duda en el rostro del ojinegro, pero no se atrevió a interrumpirle — No eres uno de tantos. Eres solo tú. El primero. El último. Y con quién quisiera compartirlo todo. Mi felicidad, mis penas, mis agobios, mis tristezas, todo. No hay nadie más en quien piense que no seas tú. Te has convertido en mi musa, en mi mayor inspiración, en ese elemento que me hacía falta. Eso de lo que carecía... — No sabía en qué momento había sido, pero al estar pronunciando aquello, sus manos habían tomaron el rostro del joven O'Brien y ahora lo acariciaba con ternura. Por lo que aprovechando el momento y la situación que se estaba dando lo beso de nuevo, pero esta vez sin el deje de tristeza.
Al separarse de él lo miro. Su mejillas estaban ligeramente sonrojadas y sus ojos estaban llenos de ilusión, de felicidad y de algo que no alcanzo a percibir del todo. Y solo atino a sonreír, pese a que el sentimiento de aflicción comenzaba a surgir nuevamente.
— Eso, es lo que yo siento por usted mi estimado caballero— No cabía de felicidad, aquello era lo mejor que le hubiese podido pasar, interiormente, agradecía a su hermana y a él mismo, por atreverse a declararse de una vez por todas, pero algo no encajaba en aquella perfecta escena. Así que sin precipitarse demasiado y dejarse llevar por sus ya confesas emociones preguntó— ¿Entonces eso era lo que tú también querías decirme?— aquello hizo que el duque saliera de la zona de confort en la que se estaba sumergiendo. Pero no iba a arruinar aquel momento. — No exactamente... — dudo un segundo antes de continuar — Solo quería decirte que las citas para tu retrato tendrán que posponerse un poco, debido a que mi padre ha decidido que debo comenzar a asistir a la guardia... — Mintió. La cierto era que eso tenía algo de verdad, aunque no fuese eso lo que venía a contarle realmente. El muchacho pelinegro sonrió con alivio y lo abrazó — Solo era eso. No te preocupes, entiendo que tengas nuevas obligaciones y no te presionare, cuando hayas resuelto la situación solo avísame para volver a asistir a las sesiones—
Thomas correspondió el abrazo pero una enorme pena arraigo su ser. Qué haría ahora. Se había declarado sin pensar en las consecuencias, claramente había dado paso a las emociones del otro chico y una oportunidad de apegarse a ellas sin temor, ya que ambos sentían lo mismo el uno por el otro. Como si no fuese suficientemente embrollada su vida, ahora la había complicado más.
— Dylan... Yo... — El chico dejó de abrazarle y le observo fijamente, quería decirle la verdad, pero las palabras no salieron. Y en lugar de ello se le presentaron mil y un escenarios en donde el joven dulce y adorable que se encontraba frente a él, lloraba y se hundía en un mar de amargura por culpa suya. Lo que hizo que abandonara su idea principal e hiciera algo diferente. — Te quiero... — las palabras habían sonado sinceras, haciendo que el rostro del chico se enterneciera aún más agregando — Y yo a ti...— concluyendo aquello de nuevo con un beso. Ya habría tiempo de decirle la verdad, pero por el momento no quería que nada ni nadie estropeara ese instante.
No muy lejos de ahí en el jardín contiguo alguien sonreía. Al tiempo de pronunciar — Veo que lo has encontrado...— y dejar salir un poco de humo de una vieja pipa.
|| Wuuuuuuuu!!!! Aquí tienen un nuevo capítulo nuestr@s querid@s lectores(as) y el siguiente cocinándose. Más que nada el punto de vista del dulce Thomas. En fin, hoy no tengo mucho que decir más que invitarlos a leer las otras obras que he escrito, para conocer su punto de vista e ir mejorando cada vez más. Les mandamos un enorme agradecimiento a todos aquellos que nos leen y nos siguen. Esperando que sigan disfrutando de esta historia.
Los veremos la próxima con mucho entusiasmo.
Au revoir~ ||
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¿Por qué TÚ?
FanfictionHubo una época en donde existían las libertades de la actualidad. En donde muchas de las decisiones eran tomadas por los padres, a pesar del disgusto y la inconformidad de los hijos. En donde todo se regía por la aristocracia y la gente con los recu...