Esos habían sido los dos meses más felices de su vida, Dylan O'Brien nunca había experimentado en verdad lo que era la felicidad hasta que había comenzado su extraña relación con Thomas Sangstër se amaban, pero por obvias razones era imposible que lo gritaran al mundo, sin embargo, para el joven de ojos obscuros eso no importaba, se veían en lugares discretos o en el salón donde pasaban horas y horas encerrados, bajo el pretexto de terminar el retrato que los había unido.
Los besos que se daban estaban siempre cargados de tanta pasión y amor, que era imposible olvidar el sabor de los labios de su amado, su olor, su voz, cada detalle de los seres amados se quedaba en la mente como el recuerdo más vivido y la necesidad más imperiosa.
Qué más podía pedirle Dylan a la vida, si el solo hecho de sentirse amado por Tom era suficiente como para ser el más feliz de Londres. Mientras caminaba hacia la mansión del duque, recordó su plática del día anterior.
Sentados en el suelo, Dylan trajo a su mente la visión de estar recargado sobre las cortinas de la ventana del salón de pintura, tomando el abdomen de Thomas mientras este último se dejaba recostar sobre su pecho, como quien se recuesta para dormir —Sabes, nunca me había sentido tan vivo, estar contigo es lo mejor de mi mundo— decía susurrándole en el oído, — ¿por qué lo dices?, si eres el más brillante y exitoso de los jóvenes en Londres, estar precisamente conmigo no debe de ser nada tan especial— replicó el rubio en su evocación, —Como puedes decir eso, te quedan dudas de que eres mi existencia entera, pero además quiero que sepas, que estar contigo ha sido la única decisión que he tomado yo, sin la manipulación de mi madre o de mi padre, idolatrarte hasta la demencia es lo único en mi vida que es mío— recordó quedarse pensativo un momento y después continuo con la voz tímida —espero que esto sea lo correcto, y no haberme equivocado en elegirte, porque ese día... seguramente moriría.— terminó de hablar con demasiada contundencia, según venia la imagen a su mente.
Sin darse cuenta, ya estaba llamando a la puerta de los duques, en cuanto llegó con Thomas y los dejaron solos, corrió y lo tomó del brazo con fuerza atrayéndolo hacia su cuerpo, cuando estuvieron frente a frete sus ojos se extasiaron y en lugar de besarlo, este lo abrazó con fuerza y susurró —te voy a extrañar— con demasiado miedo en sus pensamientos el rubio se atrevió a preguntarle — ¿de qué hablas?, ¿por qué?, ¿Qué suced...— antes de terminar su última pregunta Dylan lo besó con fuerza, cuando terminó agregó —nunca me canso del sabor de tus labios— miró su cara de sorpresa y luego continuó —no te asustes, tu padre me ha enviado a la finca, es necesario que comience a conocer directamente el trabajo que se realiza allá, como sé que no podrías acompañarme, no te he invitado, pero solo será por tres días.
— ¿Verdad que me vas a extrañar?— le preguntó el ojinegro con voz infantil, — Nunca habrá nadie que extrañe más como yo te extrañaré a ti— y después lo tomó de la mano, —pero antes de que me prive de su presencia joven O'Brien es necesario que me deje usted pintarlo, porque estamos muy retrasados, ¿le parece la idea?— Dylan asintió y comento —como lo ordene señor pintor, porque me muero por ver cómo es que he quedado inmortalizado por tus manos de artista— finalmente le besó las manos al terminar la frase.
La sesión en esta ocasión si fue dedicada solamente a la creación del retrato, cuando ya la noche estaba muy avanzada, el joven administrador se tuvo que retirar, no sin antes darle un beso apasionado a su pintor favorito y decirle que lo esperaba despierto a las siete de la mañana para despedirse ya que utilizaría el carruaje de los Sangstër para trasladarse.
En la mañana del día siguiente, como estaba planeado, Dylan llegó muy temprano a la mansión del Duque para poder despedirse del heredero a solas. Al momento de dar la hora de salida, el joven de ojos obscuros y cabello negro se marchó dejando tras de sí, solo la imagen de Thomas diciendo adiós.
Para su sorpresa, el cartero había llegado unos minutos antes de partir, y le había dado un sobre muy elegante, estaba dirigido para él, sin que nadie lo notara, dentro de este se encontraban un paquete, al abrirlo, se dio cuenta de que eran invitaciones, en ellas estaba escrito:
Familia O'Brien se les invita, a asistir a la fiesta de compromiso de Thomas, Duque de Sangstër e Isabella...
Dejó de leer, su mirada se paralizó y todo su ser se petrificó.
|| Lo prometido es deuda. Aquí el siguiente capítulo para su deleite. Y pues como el señor Ian ya se fue a dormir, creo que lo mejor será que yo también me vaya, para que mañana continuemos con el desarrollo de la trama :D Hasta mañana y muy buenos días, tardes o noches, según el lugar en donde se encuentren.
Au revoir~ ||
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¿Por qué TÚ?
FanficHubo una época en donde existían las libertades de la actualidad. En donde muchas de las decisiones eran tomadas por los padres, a pesar del disgusto y la inconformidad de los hijos. En donde todo se regía por la aristocracia y la gente con los recu...