¿Por qué TÚ?

CAPÍTULO 43

Las hojas se iban leyendo tan rápidamente que le resultaba a Peter imposible separarse del libro, estaba abstraído completamente, leía pero no comprendía todo lo que se decía, no era un diario común, sus ojos estaba irritados, las letras se tornaban borrosas pero ni el cansancio le hacían privarse de seguir descubriendo los secretos de Dylan O'Brien.

Estaba aterrado, asqueado y sorprendido, pero había algo que lo asombraba, era lo desconcertante de lo que se leía, eran dos personas las que firmaba, eran dos mentalidades diferentes los que descargaban su furia en las páginas, el nombre de Hidden le resultó ahora más familiar, ya que de él salían despotricados pensamientos siempre llenos de ira, frustración y perversión. Mientras que Dylan estaba destruido y desgarrado, dolido, pero siempre añorando a su amado Tom y odiando a Thomas.

Al final de todo, Peter comenzó a asustarse por lo que se leía, Dylan y Hidden luchaban, era una pelea, el primero quería evitar algo que el segundo deseaba hacer vehementemente, las letras se distorsionaban en algunos momentos al grado de ser ilegibles, las hojas se maltrataban por las marcas de la pluma y la mano del redactor, tras intentar en varias ocasiones de entender lo que decía el diario logró descifrar lo que las letras torcidas querían decir, lamentablemente fue muy tarde.

Julia y su hermano habían platicado de tantas cosas, que la horas habían transcurrido sin que ellos lo notaran, cuando iban entrando a la casona que se encontraba totalmente a obscuras, Hidden decidió deshacerse de lo único que estorbaba entre él y Peter —Julia te tengo una terrible noticia— dijo el hombre que veía con crueldad a la señorita — ¿de qué hablas?— cuestionó ella con algo de temor —No te permitiré que te quedes con algo que deseo, con algo que me pertenece, Peter será mío y tú no me estorbarás como lo hizo Isabella con Dylan— con mucho más que terror la hermana alcanzó a gritar antes de salir corriendo —de que hablas... hermano... Dylan entra en razón— él simplemente se abalanzó sobre ella tratando de tomar su cuello diciendo —yo no soy Dylan, soy Hidden.

El forcejeo de la hermana le permitió liberarse de su captor, y corrió rumbo a su cuarto, en el segundo piso el enloquecido joven la alcanzó y la derribó, los tacones y el vestido le estorbaban para poder liberarse, pero de igual manera eran un obstáculo para su atacante, con mucha fuerza lanzó una patada a su hermano y escapó rumbo a su cuarto, los gritos de Julia se escuchaban por todos los pasillos, pero nadie fue en su auxilio, antes de que ella entrara a su cuarto el hombre la interceptó, y por unos momentos la logro tomar fuertemente del cuello, cuando iba a liquidarla, ella le propinó un codazo en el abdomen lo que evito que la desnucara, pero no propicio su liberación, los dos trastabillaron y llegaron al borde el barandal de uno de los pasillos, desde ahí se veía el salón central, estaban a varios metros de altura.

El forcejeo y los ruidos se hicieron más apabullantes, en ese momento Peter terminó de leer y descubrió el propósito de Hidden, corrió de inmediato hasta la salida, escuchó lo gritos de su amada y se dirigió hacia ellos lo más rápido que pudo, pero al entrar al recibidor del salón principal lo único que pudo ver fue le cuerpo de Julia O'Brien cayendo desde el barandal del segundo piso, después solo escuchó el golpe que produjo el cuerpo impactando con el suelo.

De inmediato Peter corrió hasta donde estaba la joven, de sus oídos salía sangre y muchas contusiones lesionaban su cuerpo, su respirar era cada vez más lento y su latidos disminuían conforme la sangre brotaba a raudales por su cabeza, el joven solo pudo llorar, estaba desesperado, no quería moverla, gritaba por ayuda, pero nadie acudía, desde arriba Hidden se reía, pese a los rasgos sanguinolentos que tenía en la cara.

—Nadie va a venir, la hacienda esta vacía y así se quedará, hasta mañana en la mañana, ahora ya no habrá nada que nos impida estar juntos, seremos solo tú y yo, ves te dije que me encargaría de la confusión que tenías— decía Hidden desde el cuerpo de Dylan, para Peter lo único que importaba era salvarla, la cargó entre sus brazos y salió en busca de ayuda, encontró las casas de algunos de los sirvientes y les suplicó que la ayudaran, después corrió hacia la casa grande y buscó a Dylan por todas partes, finalmente lo encontró en su despacho viendo con incredulidad su cajón vacío.