*CAPÍTULO EXTRA (20)*

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En Lugano la situación se había tornado peligrosa. El clima era lo bastante frio como para hacerlo usar más de una prenda al anochecer. No conforme con el calor que le ofrecía el otro muchacho al dormirse abrazados toda la noche.

— Me sorprende que seas un londinense tan friolento Dylan...— decía un rubio a la luz de una sola vela que iluminaba su habitación — Bueno, es que a diferencia de usted yo no soy de hielo joven Sangstër— sonreía triunfal el pelinegro que se hallaba en la cama.

Pero aquello no era el final de la discusión, no. Era el inició de algo que probablemente O'Brien se arrepentiría o quizás no.

— Tiene usted razón mi dulce acompañante, soy un ser de hielo en busca del calor que me derrita y me haga sentir vivo y temo para su desgracia que esa fuente que necesito... es usted— sonreía ladino el rubio mientras comenzaba a desabotonar uno de los botones de su pijama.

— E... Estás mal de la cabeza Tom... — balbuceaba un ya sonrojado pelinegro.

— Puede que tenga razón, he perdido la cabeza. Y lo culpo a usted por ello, así que acepte su culpa y hágase responsable... — el semblante del duque había cambiado. Ya no era más un joven serio y tímido sino un artista embelesado, un pintor con el deseo en los ojos por poder crear algo magnifico. Así que sin esperar la reacción del moreno, comenzó a acercarse a él. Caminando lenta y provocativamente, relamiéndose los labios sin dejar de mirarle fijamente.

— Thomas... Qué... — sus palabras fuero acalladas por un tierno beso — Solo déjate llevar Dyl... — pronunciaba el otro chico antes de comenzar a besar suave y tortuosamente el cuello del menor. Dylan respiraba con dificultad, su corazón se había acelerado y ahora no solo sufría por exceso de calor, sino por otro pequeño pero no tan insignificante detalle.

Estaba tan ensimismado en aquel pensamiento que no se percató en que momento había quedado sin la parte superior de su pijama, sino hasta que sintió los labios y la lengua de aquel joven recorriendo su pecho. Entreteniéndose brevemente en explorar cada uno de su sonrosados pezones. Mientras sus manos lo recorrían habilidosamente, quitando toda prenda a su paso.

— T...om... — decía un excitado joven O'Brien. Pero el otro chico no lo escucho y continúo con su al parecer exitosa labor. Besando y mordiendo levemente el abdomen de su amante mientras sus manos comenzaban a bajar sus pantalones, dejando notar que cierta parte en él estaba despierta.

— Espera... — pronunció el de ojos oscuros con el sonrojo inundando su rostro por completo — Qué sucede... Dyl...— lo miró Thomas, con una excitación igual a la del joven — Es solo que yo... Nunca... — respiraba entrecortadamente mientas la pena inundaba su ser— Tranquilo... — lo acallo Thomas, quedando nuevamente a su altura, besándolo. Acto que el menor aprovecho para tratar de quitar la camisola del joven Sangstër sin mucho éxito.

Sonrió ante aquello y en compensación a su esfuerzo, la retiro; dejando ver el vaivén en su pecho y unas cuantas gotas de sudor que corrían por su espalda.

— ¿Puedo?... — preguntaba un ansioso duque, mientras su acompañante asentía, recostándose nuevamente.

Así pues el rubio continuo con su tarea, bajando de nueva cuenta, besando todos los rincones del cuerpo de chico, llegando al extremo de sus pantalones, los cuales tomo con cuidado y comenzó a bajar lentamente junto con la ropa interior dejando ver su ya erecto miembro.

Cubrió su rostro, mordió sus labios y cerró los ojos. Estaba avergonzado y no sabía cómo reaccionar ante aquella situación, pero su preocupación y nerviosismo desapareció cuando las manos del joven comenzaron a tocar su glande, haciéndolo gemir casi inaudiblemente.

Era algo completamente nuevo, extraño y excitante. O lo era hasta que sintió la húmeda boca del joven devorando todo su falo.

— Thomas...— gimió en voz alta, mientras el rubio sonreía con satisfacción con aquella reacción. Pero no se detuvo ahí, mientras su lengua lamia lentamente y su boca se movía de arriba hacia abajo, sus manos acariciaban el cuerpo desnudo del pelinegro.

Sujeto al colchón, con la respiración entre cortada, gemidos completamente audibles y movimientos fuera de control Dylan termino en la boca del mayor.

Satisfecho y sin decir más, el joven duque volvió a vestirle, lo tomo entre sus brazos, le beso la frente y lo insto a dormirse. Cosa que el menor no discutió en absoluto, aunque aún reinaba la sorpresa, la vergüenza y el rubor en sus mejillas.

Aquello había sido su primera vez. Independientemente que no se haya consumado el acto como tal, ahora existía algo más que le pertenecía solo a él.

|| Muy buenos días a todos nuestros queridos(as) lectores(as), el día de hoy les traigo dos capítulos nuevos, con bueno... Ustedes ya lo habrán leído , espero que ahora que nuestros dos niños tienen un momento de paz y felicidad le agrade todo lo que pase. En fin, vuelvo a pedirles que si encuentran alguna congruencia en alguna parte, háganmelo saber, para poder corregirlo.

Y ¿Por qué francés?, bueno no se, creo que es un idioma romántico ♥

 En fin, pues nosotros acá continuamos escribiendo para nuestro y su deleite. Los veo/leo muy próximamente.

Au revoir~||

¿Por qué TÚ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora