CAPÍTULO 44

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Dylan O'Brien salió lentamente del lugar lóbrego, no tomó nada, ni el abrigo de Peter, ni reparó en el hombre que le suplicaba que lo dejara ver a Julia —No te soltaré hasta que Thomas este muerto— dijo el hombre que caminaba como privado de la realidad —No puedes matar al Duque, tú lo amas, no entiendo que dices, desátame, tenemos que salvar a Julia, por qué no lo entiendes— mientras el cuerpo se perdía por la penumbra del lugar se escuchó a lo lejos —No mataré a mi Tom, me desharé de quien nos separa, Thomas, el maldito de Thomas...

Dylan subió rápidamente a un carruaje y exigió que lo llevaran a Londres, el viaje fue ajetreado pero rápido, solicitó que lo dejarán en la mansión del Duque, al arribar dejó el carruaje, y caminado aun como privado de la conciencia tocó a la puerta y solicitó ver a su amado, las personas de servicio, estaban consternadas, por la hora y el modo de hablar del hombre que parecía privado del alma.

Extrañado Thomas bajó de su cuarto y lo recibió, ya a solas, el rubio hombre se extrañó por su aspecto pero antes de preguntar cualquier cosa abrazó con desmedida fuerza a su amado pelinegro, Dylan no se inmutó simplemente permaneció estático y dijo —Veo que eres Tom, eso me alegra, aún hay muchas cosas que debemos de arreglar pero antes hay algo importante que tengo que hacer, y lamento que tenga que hacer esto pero no hay otra opción, de su pantalón sacó la pistola cargada y disparó en las piernas al rubio desprevenido.

El dolor del hombre fue desgarrador, su cuerpo colapso y la sangre comenzó a fluir por el suelo, sin expresión alguna el agresor caminó hacia afuera y comenzó a entrar y salir de cada una de las habitaciones del palacio, cuando terminó de recorrerlas, recorrió los pasillos y finalmente entro al despacho, ahí encontró finalmente a Thomas.

—Mira donde te vengo a encontrar Thomas, que curioso no lo crees, aquí mismo se derramó la sangre de uno de los Sangstër que obstaculizaba mi amor con Tom, ahora tu que te empeñas en impedir nuestro amor, también morirás aquí mismo— exclamó el jubiloso desquiciado que apuntaba directo a la cabeza del pequeño bebé.

La nana del pequeño, que había buscado refugio de los disparos, había colocado al bebe en uno de los sillones, mientras se ocultaba detrás de un gran estante, la obscuridad la ocultaba por completo de la vista de Dylan, por lo que antes de que el victimario liquidara al infante, tomó un pesado candelabro y con vigor lo golpeo en el brazo, el dolor se derramó en todo el cuerpo del hombre, mientras algo de sangre brotaba de su extremidad.

Con audacia, la mujer tomó al pequeño y corrió hacia el único cuarto que estaba abierto, entro y colocó el cerrojo, cuando observó el cuadro, pudo ver al duque tirado en el suelo, con heridas que drenaban con rapidez su sangre, colocó al niño en la cama, y cortando pedazos de tela hizo unos torniquetes antes de las heridas.

Poco después, un golpe seco despertó al pequeño y este comenzó a llorar, después se escuchó la voz demencial de O'Brien —Denme a Thomas, él es al único que quiero, cuando lo mate, Tom y yo podremos estar juntos, Thomas siempre se ha interpuesto en nuestro amor, pero ahora ya no lo hará, ya nada va importar vida mía, nos podremos ir como lo habíamos deseado siempre, entrégame a Thomas, y terminaremos con esto de una vez por todas.

Golpes provenientes de una fuerza desconocida entreabrían con facilidad la puerta, la mujer trato de impedirle el paso, pero tras un par de golpes más la entrada del desquiciado fue inminente, ella trató de enfrentársele, pero fue inútil, con un golpe directo, ella cayó inconsciente al piso. Con lentitud caminó hasta donde se encontraba él bebe recostado, apuntó con el arma y un instante antes de que el gatillo fuera jalado las palabras de un destrozado padre lo inmovilizaron.

—Mátame a mí, no tienes que desquitarte con él, es tan solo un niño inocente, un bebé que no tiene la culpa de nada, nuestros errores los deberemos pagar nosotros mismo, y yo estoy aquí para responder por todo lo que te hice, por todo el daño que te causé, créeme que nunca lo quise así, no pensé que todo acabaría así, solo quise cumplir con todos, quise complacerlos antes de mí mismo, pero ahora veo que tratando de hacer lo correcto herí a la gente que amaba. Mi padre, Isabella, mi familia y sobre todo a ti... sé que nunca debí haber tocado a Isabella de ser así...— el sonido del arma en el suelo interrumpió al duque al grado de enmudecerlo.

Después un sonido sepulcral salió de la boca de Dylan —¿Por qué dices que tu embarazaste a Isabella?, ese fue Thomas, tu no fuiste, fue este maldito ser el que hizo que tuvieras que casarte con ella, él me hubiera corrido de tu lado cuando tu padre murió, fue este ser desalmado el que me dijo que ya no me amaba, él es el que te obligó a herirme diciendo que cumplirías las promesas de Isabella, a dejarme moribundo entre la lluvia, el que canceló nuestro huida, el que me mató una y otra vez...— el pelinegro se interrumpió así mismo por el llanto descontrolado que emanaba de sus ojos, la voz destrozada de Tom salió con delicadeza y precaución —Dylan tienes que comprender, él bebe no tiene la culpa, él es inocente...— nuevamente el joven ojinegro lo interrumpió pero con una voz calmada y algo fingida —Claro, él no podría ser el padre de... eso quiere decir...— una pausa enfrió el lugar para después dar lugar a unos gritos que hicieron que él bebe llorara con más fuerza —eso quiere decir QUE FUISTE TU SIEMPRE, TU ESTUVISTE EN CADA MOMENTO, ¿Cómo no me di cuenta?, tú me mataste, una y otra vez aun cuando te dije que mi vida solo tenía sentido por ti, ¿Cómo pudiste ser tan cruel?, siempre fuiste tú... no puede ser, no lo puedo entender... pero tú no podías herirme... dijiste que me amabas...— un llanto seco lleno de balbuceos y gritos lo interrumpió por varios minutos.

De súbito, la poca cordura que quedaba en O'Brien se esfumó, comenzó a patear todo, a golpearse con objetos, azotarse en contra de los muros, con sus uñas arañaba su rostro y con sus dientes mordía sus manos hasta sangrarlas, Thomas trataba de detenerlo, pero sus piernas se lo impedían, después cuando ya muy poco de su cuerpo era funcional tomó el arma y la apuntó a su cabeza pero antes de oprimir el gatillo se acercó al joven duque y dijo —he de morir esta noche, pero no me iré solo, te llevaré conmigo para que ardamos en el infierno juntos, como siempre lo quisimos, pero antes tu hijo le hará compañía a su madre.

Con sangre escurriendo por la cacha del arma, Dylan apuntó en dirección del rubio niño y se escuchó un disparo, los gritos de todos se oyeron en el lugar y la sangre de Dylan comenzó a salir de su cuerpo inconsciente, tirado en el suelo, a causa de un balazo en el lado derecho del pecho.

Varios policías se encontraban en la puerta de la habitación, Peter los acompañaba; este se acercó al niño y lo tomó, y Thomas antes de perder la conciencia añadió —Gracias, Peter...—

|| Y..... Esa es la sorpresa del día de hoy. No se me alebresten mis queridos lectores, todo tiene un por qué ya verán y no no es una historia de terror aunque a veces así lo parezca. Y cómo siempre agradezco a todos y todas sus comentarios :) Nos sentimos motivados para continuarlo al saber que les gusta. Ahora he de irme deseándoles buenas noches y deseando mañana traerles otra sorpresa con un nuevo capítulo.

Au revoir~ ||

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