¿Por qué TÚ?

CAPÍTULO 19

En el jardín de la mansión Sangstër mientras se llevaba a cabo la recepción por el compromiso ya por más mencionado, en una esquina sombría se encontraban Dylan y Thomas hablando — ¿Ya está todo listo Dyl?— preguntó el comprometido duque  —Por supuesto, con quien crees que hablas, ¿Qué no soy el amor de tu vida?, además del más inteligente de todos en esta pomposa fiesta— terminó como luciéndose frente a su amado.

De detrás de ellos apareció una sombra que asustó a los dos, era Patrick — ¿qué es lo que están haciendo?, señor duque si mi hijo ya perdió totalmente la razón, pido cordura de su parte, no es posible que pretendan irse ahora, usted se acaba de comprometer con esa linda niña, usted no puede hace...— Dylan lo interrumpió con desdén —si ya terminaste de moralizar con nosotros te pido que te vayas, y que recuerdes muy bien lo que vas a hacer para que el duque no piense que he abandonado el trabajo de la finca, allá el capataz ya está enterado y te enviará lo que necesitas— terminó el joven de cabello negro.

— Yo sé lo que pasará si siguen...—decía el mayor de los O'Brien cuando fue tenebrosamente cayado por la voz de un hombre mayor, era el mayordomo del Duque — ¿Qué es lo que pasará señor?— preguntó perspicazmente — nada de su incumbencia— respondió el padre de Dylan, se acomodó la solapa y se retiró rumbo al salón de la fiesta.

Thomas solicitó que los dejarán solos, cuando estuvo seguro de eso dijo —Dyl, es muy peligroso que nos vean juntos...— el otro joven le contestó —Lo sé, pero vale todo la pena si estoy contigo, además nos vamos por un buen tiempo— el de cabello rubio prosiguió — ¿Cómo es que tu padre va a ayudarnos?— el pelinegro le respondió —ya te lo he dicho, el hará hasta lo imposible para preservar el buen nombre de los O'Brien, pero tienes razón en algo, ya es tiempo que nos separemos, porque debo ir por mi equipaje y a tratar algunos asuntos con Julia, te espero donde acordamos.

Al llegar la hora de salir, los hermanos O'Brien estaban listos para despedirse, ella lo abrazó y le pidió que se cuidara, y que le mantuviera enterada de todo, —se prudente, pero sobre todo disfruta lo más que puedas y ten mucha calma, te quiero y siempre voy a estar para ayudarte, no lo olvides— después de eso se abrazaron. —¿y si no viene?, si me deja aquí solo... no podrí...— decía entre balbuceos Dylan —Ya no pienses en eso, el llegará, te lo ha prometido.

Después de unos minutos para alegría del joven, a la distancia se veía el relucir del cabello dorado de Tom entre la penumbra, llevaba su equipaje, al estar frente a frente se tomaron las manos y le agradecieron a Julia, los dos abordaron  justo al momento adecuado para salir sin un rumbo específico hacía su felicidad.

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