Capítulo 10

599 35 6
                                    


—Ichijou... kun...

Onodera miró como el chico se alejaba a paso veloz. Tal escena ella ya la había presenciado en recurrentes ocasiones. Y es que él siempre, por alguna u otra razón, terminaba haciendo una y otra vez lo mismo: correr tras ella. Correr a toda prisa para buscar a Chitoge, dejándole a ella atrás. Lo había hecho antes en la excursión escolar, cuando se enteró de su extravío; lo había hecho cuando la obra de teatro estaba a punto de comenzar y necesitaban que Chitoge interpretase a Julieta, junto a él como Romeo; y lo estaba haciendo de nuevo ahora. Salir en su búsqueda, tratando de llegar hasta donde fuese que se hallase. Mientras que ella, por su parte, todo lo que podía hacer era esperar, junto a la promesa de que la traería consigo, por su regreso. Kosaki, mientras miraba la espalda de Raku cada vez más lejos, se puso a pensar en que, quizás, aquella costumbre suya nunca iba a cambiar. Eso la reconfortaba aunque, al mismo tiempo y sin saber por qué, la hacía sentirse un poco triste.

"Lo primero que tengo que hacer es tomar un vuelo a Italia" pensaba Raku en lo que corría a toda prisa rumbo a su casa. "Pero..."

Paró en seco. Se llevó las manos al rostro e hizo una caricaturesca expresión de pavor, frustración e ineptitud, como si ahora mismo se sintiese el mayor de todos los estúpidos.

"¡No tengo ni la menor idea de en qué Parte de Italia se encuentra Chitoge!"

Entró en pánico. Se echó a correr en círculos como perro asustado. Luego de unos momentos logró controlarse y trató de pensar las cosas con más calma:

"Debo encontrar la manera de averiguar en dónde se encuentra Chitoge. Quizás, si le pregunto a mi viejo si él sabe algo... ¡No puedo! Si le digo a mi viejo que tengo planeado viajar a Italia para buscar a Chitoge, no sé si me lo irá a permitir luego de todo lo que él me dijo. Además..."

"Una vez que mis muchachos se enteren que has sido abandonado por tu novia para casarse con otro hombre, ¿tienes una idea de lo que podrían llegar a ser capaces?"

"Aún si logras llegar hasta ella y le cuestionas sobre su decisión hasta saciarte, y descubres que en verdad la señorita quiere esto, ¿qué vas a hacer después? ¿Vas a obligarla a que regrese contigo? ¿Vas a llevar a tus hombres a una confrontación con una de las mafias más temidas de toda Italia por tu capricho?"

"Mi viejo y Paula... tienen razón. No puedo comprometer a mi familia en esto. Si les pido que me ayuden ellos estarán dispuestos a pelear por mí. Si eso ocurre, esto sería tomado como una declaración de guerra. Al final serán mi padre y sus hombres quienes tendrán que responder. No quiero que esto se convierta en una masacre. Lo mejor será que viaje de incógnito y por mi propia cuenta para que nadie más se involucre en esto. El único problema es que no tengo la menor idea de a dónde se llevaron a Chitoge. Eso y que tendría que costear por mí mismo el boleto de ida y vuelta a Italia, la estadía y muchos otros gastos... En otra situación podría pedirle dinero a mi viejo pero no debo permitir que se entere de lo que tengo planeado hacer. ¿A quién le podré pedir ayuda?"

Y de pronto, la iluminación llegó a su mente.

"¡Ya sé quién me puede ayudar!"

0/0/0/0/0/0/0/0/0/0

Sentada junto a una pequeña mesita baja, en el centro de su habitación, estaba la Don de la organización delictiva internacional Char Siu, Yui Kanakura, escuchando atentamente las palabras de su hermano menor Raku, respecto a su problema y la decisión que había tomado. Ella veía en sus ojos lo desesperado e impasible que se hallaba su amigo de la infancia, quien se crió junto a ella como su única familia. Sentía mucha pena por él, comprendía a la perfección sus sentimientos. Sin embargo...

En mi mundo. (Un fic de Nisekoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora