Capítulo 13

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Raku terminó de empacar la última prenda que le cupo a su modesta maleta de viaje. La cerró con un poco de dificultad y la levantó. Debía apurarse si es que quería llegar a tiempo al aeropuerto. En las afueras de su domicilio ya se encontraban esperándole todos y cada uno de los Yakuza que vivían bajo el mismo techo que él, listos para despedirlo y desearle la mejor de las suertes en su viaje. Él les había mentido diciéndoles que solamente iría a tomarse unas vacaciones en la isla de Okinawa. Ellos, creyendo que su señorito lo hacía como una especie de 'terapia para sanar las heridas del corazón', no pusieron ninguna objeción a su decisión y lo apoyaron. La única que sabía la verdad era su hermana Yui, quien le había ayudado, con suma discreción y rapidez, a conseguir toda la documentación necesaria para viajar al extranjero.

Su padre, el señor Ichijou, líder del clan, se acercó a él de entre la muchedumbre.

-Esperaremos ansiosos por tu regreso, muchacho -le dijo de forma afectuosa, dándole una palmadita en el hombro-. Espero que te diviertas.

-No te preocupes, viejo. Estaré de vuelta antes de que terminen las vacaciones.

Ryuu y los demás Yakuza no paraban de mirarlo con borbotones de lágrimas escurriendo por sus inconsolables rostros. 'Cuídese mucho, Bocchan' decían casi al unísono. Raku sonreía nervioso y se despedía de todos ellos alzando y aireando la mano mientras se alejaba.

-¡Espera, Raku-chan! -Yui, quien acababa de salir de la residencia, corrió hasta alcanzar a su 'hermano menor'. Éste, al reconocer su voz, se detuvo y volteó hacia atrás.

-Yui-nee...

-Raku-chan, cuídate mucho -le pidió con cariño-. Y no te preocupes, que no le voy a decir a nadie. Pero... -Se llevó la mano al pecho-, tienes que prometerme que no vas a hacer nada demasiado arriesgado.

-No tienes por qué preocuparte, Nee-san -le respondió, lentamente y desviando la mirada al piso-, voy a estar bien. Ya te lo dije, sólo quiero hablar con Chitoge. No tengo intenciones de provocar nada que sea peligroso.

-Raku-chan -Yui posó su mano en el hombro de aquel a quien consideraba como su última familia-, sé que te dije que no iba a intervenir en este conflicto. Pero... si te llegase a pasar algo, ten por seguro que ya no me voy quedar de brazos cruzados.

La forma tan seria en que ella había sentenciado estas palabras, hizo a Raku ponerse un poco nervioso. Por alguna razón, hasta su piel se había erizado. Y es que por unos instantes, vislumbró que en lo más profundo de la mirada de su hermana, se había asomado una parte de ella que aún era desconocida para él: ¿una fiera que se ocultaba tras esa máscara de amabilidad y dulzura? Una vez más, le aseguró que hacer algo imprudente no estaba en sus planes, por lo que no tenía nada por qué preocuparse. Yui suspiró, sonrió de nuevo y lo despidió con un afectuoso beso en la mejilla, el cual hizo que Raku se pusiese rojo y gritara de los nervios. Yui, al ver esa cómica reacción, se tapó la boca y soltó una risilla.

-Suerte, Raku-chan. Estaré esperando que regreses.

-Sí. ¡Espera por mí, Nee-san!

El joven Raku Ichijou continuó su andar. Minutos más tarde paró un Taxi en una esquina. Tenía que estar en el aeropuerto de Bonyari para antes del medio día si es que quería alcanzar el vuelo rumbo a Italia.

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A mitad del océano Atlántico, surcando el cielo a toda velocidad, se hallaba un lujoso jet privado dirigiéndose a la ciudad de Berlín.

En mi mundo. (Un fic de Nisekoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora