Chapter 6

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Dejé escapar el humo de mi boca, estaba exasperada de todo. Miré a mí alrededor. Estaba sola, sentada bajo el viejo árbol del jardín de la Universidad. El recuerdo de mi madre aun no salía de mi cabeza, y no parecía querer dejarme en paz.

"-Te juro que voy a matarla si no haces lo que te digo. A tu madre se la tengo jurada..."

Sus palabras llenaron mi cabeza. Él era un cobarde, un canalla. ¡Y maldita sea! Me tenía atada de manos. Sacudí mi cabeza para tratar de pensar en otra cosa y volví a absorber el humo de mi cigarrillo. Esta vez me había ausentado de la clase de historia de la sociedad americana. Nudee y Tina habían decidido quedarse ya que les gustaba el profesor. Un tipo de unos treinta años que estaba como quería. Pero juro que hoy no tenía ganas de babearme como esas dos. Miré mi reloj mientras apagaba el cigarrillo contra el césped. Faltaban quince minutos para que la hora terminara y el receso del almuerzo comenzara. Tenía hambre...

- ¡Ya no sé qué es lo que quieres, papá! -escuché como hablaba nerviosa. Me incliné y la vi parada a unos metros hablando por teléfono. - iVine a la maldita Universidad que querías! Estoy haciendo las malditas cosas que quieres que haga! i¿Qué más quieres?! - Preguntó histérica - iSabes donde puedes meterte el dinero! ¿Verdad? iVete al demonio! - le gritó y colgó.

Tiró el celular con fuerza hacia mi dirección.
Antes de que me viera volví a mi posición normal tomé el aparato que, a pesar de la fuerza con la que fue arrojado, no sufrió ningún daño. Me puse de pie y salí detrás del árbol. Ella me miró sorprendida. Me acerqué y estiré mi mano para entregarle su teléfono.

- ¿Qué haces aquí? -me preguntó y tomó su celular.

-Fumaba y me escapaba de la clase de Historia de la sociedad americana -le dije.

Una silenciosa lágrima cayó por su mejilla.
Rápidamente levantó su mano y la secó para no mostrar debilidad delante de mí. Tomé su mentón con mi mano e hice que me mirara. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, que no estaban dispuestas a salir.

-¿Y tú? -le pregunté.

-Lo mismo... menos fumar, no fumo -dijo rapidamente.

-Perdona si soy entrometida, pero ¿Con quién discutías? -pregunté.

Ya sabía que estaba discutiendo con su padre, pero quería escucharla.

-Con mi padre -dijo en un susurro - Pero no tiene importancia, ya está.

- ¿Te estaba amenazando con que iba a desheredarte, si no haces lo que él quiere? -le pregunté.

Sus ojos se clavaron en los míos. Aun sostenía su mentón con mi mano.

-Si -musitó apenas. -Siempre es lo mismo.

-Te entiendo, a mí también me pasa -le dije.

Qué buena forma de llegar a ella para así poder ir más allá de un simple beso. Una parte de mí rió por dentro al sentirse ganadora de unos quinientos dólares. Que mejor que comprender sus problemas, sus vivencias y luego curar sus angustias con un poco de sexo. Sentí como se alejaba de mi agarre y me concentré en mirarla.

-¿No tienes demasiadas faltas, como para estar aquí? -me preguntó.

-No me preocupo por ello, cuando haya un examen estudio -dije y comencé a caminar a su lado.

-Que fácil que es la vida para ti -dijo y miró la pantalla de su teléfono para cerciorarse de que no tenía ningún daño a causa de la caída.

-No diría fácil, trato de no hacerla complicada -le contesté.

-Ojalá yo pudiera pensar igual que tú.

-Pensamos muy parecido, cariño.
Me miró de costado entregándome una mirada asesina ante mi forma de decirle. Sonreí y enfrenté su despectiva mirada.

My Pequeña ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora