La miré fijo a los ojos y sentí una pequeña presión en mi pecho.
- Creo que sí - le dije.
-¿Crees?
- Mamá, la verdad es que nunca me pasó algo así.
Yo..- Oh ya veo... has sido una total desordenada - me acusó con indignación.
- Sí, puede ser...
- ¿Con cuántas chicas has estado? - me preguntó.Sentí repentinamente toda la sangre de mi cuerpo subir a mis mejillas. Oh Dios.
-Mamá, ¿no crees que...?
- Contéstame, Engfa - sentenció con firmeza.
Sonreí ante su enojo. Siempre quise que mi madre me regañara.
- No lo sé - contesté con una mirada de disculpa.
- ¿Cómo que no lo sabes?
- No, no lo sé. Nunca me puse a contarlas.
-Oh, eres una desconsiderada. No puedo creerlo.
- Mami, ya no me regañes. Sabes que solo soy tuya
- le dije poniendo mi mejor cara de niña buena.Ella me miró bien y sus ojos se humedecieron.
Sonrió y volvió a abrazarme.- Aún consigues comprarme - dijo sin soltarme. Se alejó y me miró - Pero creo que eso ahora no es así... porque he visto cómo la miras.
-Ella no solo es hermosa por fuera, también lo es por dentro.
- Sí, se nota y mucho.
- Te extrañé tanto - le dije.
- Y yo a ti, cielo - me dijo y se puso de pie entregándome su mano - Vamos afuera.
Tomé su mano y caminamos hasta la parte trasera de la casa. Salimos y detuvimos nuestros pasos al ver cómo Char y Plaifa reían y jugaban con las muñecas.
Sentí un cosquilleo en mi estómago. Ella era tan bella, y tan dulce. Ambas se giraron a vernos.
Plaifa se puso de pie y corrió hasta nosotras.- Tu novia es muy linda, hermanita - me dijo sonriente.
-¿Qué es eso de 'hermanita', eh pequeña? Aquí la hermanita eres tú - le dije.
- No, yo soy toda una mujer grande como tú. Sino pregúntale a mamá, ya me maquillo - dijo y colocó sus dos pequeñas manos sobre su cintura parándose coquetamente.
- ¿Y acaso tú permites que se maquille? - le dije a mi madre.
- Oh, no me digas que vas a ponerte igual de insoportable que Arun con ese tema. Ella es una niña y a todas las niñas les gusta maquillarse y jugar a ser grandes. Tú lo hacías todo el tiempo, cielo - me dijo mi madre.
Charlotte se acercó a nosotras y tuve muchas ganas de besarla, pero no podía hacerlo delante de mi hermana y mi madre.
- Estábamos divirtiéndonos un poco - nos dijo la morena mientras le sonreía a Plaifa.
Mi madre se acercó a ella y la abrazó. Un tanto confundida, Charlotte le devolvió el gesto.
- Muchas gracias, Charlotte ... Engfa me contó que tú conseguiste el número. De verdad no sé cómo voy a hacer para agradecerte esto - le dijo alejándose de ella.
- Primero que nada, Feliz cumpleaños, señora
Khamsi- dijo ella.- Ya no me digas señora. Dime Araya, linda. Nada de formalidades conmigo, al fin y al cabo eres la chica que me devolvió a mi hija.
- ¡Oigan, vamos a comer! - nos llamó Ben.
Mi madre y mi hermana comenzaron a caminar hacia él, Charlotte estaba por ir tras ellas pero la tomé del brazo y la jalé hacia mí para mirarla a los ojos.
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My Pequeña Obsesión
RomanceAunque es un desastre, Engfa Waraha tiene todo lo que a los 19 años se puede desear. Su vida es aparentemente perfecta, y siempre consigue lo que quiere a toda costa. Hasta que la conoce a ella. Tan difícil. Tan hermosa. Tan decidida a no dejarse ca...