Asentí mientras él decía el lugar. Yo sé perfectamente en donde queda. Cuando era niña me escondía de mi padre en aquel galpón que estaba detrás de la casa.
-Sí, se dónde queda -dije y todos me miraron.
-Bien, enseguida envío el operativo -dijo él.
-No, yo voy -dije y corrí para salir del lugar.
- ¡No, espera! -gritó él.
Salí y encontré el auto de mi madre. Me subí rápidamente a él y comencé a manejar. Tenía que llegar a ese lugar antes de que fuera demasiado tarde. Giré mi cabeza hacia atrás para ver como todos comenzaban a seguirme en sus autos. Unas cuantas patrullas de policía también iban detrás de mí. Aceleré y me pasé varios semáforos en rojo.
Pero nada de eso me importaba ya. Solo necesito llegar a ese lugar y sacarla de allí.Me bajé corriendo del auto mientras todos los demás se detenían detrás de mí. Uno de los policías me agarró del brazo.
-No, es mejor que no entres -me dijo. Lo miré.
-Voy a entrar -aseguré y me solté de él.
- iNo, Engfa! - escuché la voz de mi madre.
Me giré a verla y vi su angustia. Negué con la cabeza y volví a correr para dirigirme a la entrada de aquel viejo galpón.
Llegué y con cuidado abrí la puerta de chapa. Todo se veía oscuro y silencioso. Entré del todo y comencé a caminar por allí.
Todo estaba lleno de cajas y latas de pintura. Había ratas y bichos. Seguí caminando hasta que escuché su voz a lo lejos. Me acerqué más hacia el lugar.
-Pronto todo terminará, Charlotte-le dijo él.
Allí estaba. Parado frente a ella mientras sostenía un arma con la que jugaba sin prestarle atención.
Ella estaba sentada y atada a una silla. Un pañuelo sobre su boca le impedía hablar pero su rostro estaba empapado en lágrimas.-Todo esto es una lástima, ¿sabes? -se detuvo frente a ella y la apuntó con el arma, justo en la cabeza. Charlotte cerró los ojos con fuerza -Todo hubiese sido distinto si solo Engfa me hubiese escuchado. Pero no lo hizo. Está idiotizada por ti y yo no puedo permitir eso. No puedo permitirlo -la miró y sonrió -Abre los ojos querida, quiero que veas -ella abrió los ojos y le sostuvo la mirada - ¿Hay algo que quieras decir antes de morir?
Mi corazón se detuvo y la respiración abandonó mi cuerpo.
Ella asintió levemente, entonces él sonrió y le quitó el trapo de la boca.
-Yo... amo a Engfa-le dijo temblorosa.
Tuve ganas de entrar allí corriendo, pero si lo hago él puede hacerle daño. Tengo que encontrar la forma.
-Todas dicen lo mismo -aseguró él.
-No, no estoy mintiendo. De verdad la amo.
-¿Y si la amas por qué no la dejaste? Tuviste que haberla dejado si la amabas. Pero no, decidiste no hacerlo. Entonces no la amas, querida.
-¿Por qué hace esto? - le preguntó ella.
-Ya se te acabó el tiempo para las preguntas -le dijo y le quitó el seguro al arma. La colocó bien sobre su cabeza. Ella volvió a cerrar los ojos.
- ¡No! -dije y me hice ver. Él se giró a verme.
-Engfa-diio ella temblorosa.
-Todo va a estar bien, cariño. Voy a sacarte de aquí, lo prometo -le dije sin dejar de mirarla. Ella asintió y soltó unas cuantas lágrimas.
ESTÁS LEYENDO
My Pequeña Obsesión
RomantikAunque es un desastre, Engfa Waraha tiene todo lo que a los 19 años se puede desear. Su vida es aparentemente perfecta, y siempre consigue lo que quiere a toda costa. Hasta que la conoce a ella. Tan difícil. Tan hermosa. Tan decidida a no dejarse ca...