My Pequeña Obsesión

Chapter 59

Una semana pasó más que volando para mí. Pude ver el cambio que se había provocado en mi vida. Y aún no lo puedo creer del todo.

Encontré a mi madre, tengo una hermana, descubrí más cosas sobre mi padre, le dije a otro hombre que lo quería como a mi padre.

Acepté que amo a alguien, le dije que la amaba, ella me lo dijo a mí. Me presenté frente a mis suegros.
Ellos terminaron volviendo a su amor.

Nat y Liang oficializaron, Marima  y Patricio son diabéticamente felices. Tina y Heidi tuvieron su primera pelea y estuvieron unos días distanciadas pero luego se arreglaron con un poco de cursilería.
Y así es como, contra todo pronóstico, estamos en una relación formal.

Y qué decir de Charlotte y yo. Nunca pensé que una relación podía ser tan linda, tan liberal y tan placentera. Ella es fantástica. Una compañera ideal, una amiga que me escucha, que me entiende, que está ahí y no me deja sola.

Thaksin no volvió a aparecer. No sé nada de él desde la última vez que estuvo en casa. Tampoco es que me interesa saberlo.

-¿En qué piensas? -me preguntó Char sentándose en mi regazo.

-Estaba pensando en ti -le dije y coloqué mis brazos
alrededor de su cintura.

Sonrió y se acercó a mí para acariciar mi nariz con la suya.

-Te extrañe en Historia Universal -me dijo.

- ¿Ah si? -dije cerrando los ojos mientras sentía su cercanía.

-Mucho -susurro.

Estábamos en la hora del almuerzo en la universidad y hace dos clases que no nos vemos ya que tenemos horarios distintos.

-¿Puede ser que haya un momento del día en el que no las encontremos juntas? -escuchamos que Nudee hablaba. Charlotte sonrió, me besó cortamente, y se giró a verla.

- ¿Qué pasa, Nudee? ¿Estás celosa de que ahora Waraha solo piensa en mí? -le preguntó ella.

-Mírala a la niña -diio Tina mientras se sentaba -
¿Ahora eres chistosita como tu novia?

-Un poco.

-Por su culpa ahora Engfa no nos da ni la hora - Nudee le dijo a Tina mientras también se sentaba.

-Pues a mí me da mucho más que eso -le dijo
Charlotte . Reí por lo bajo al ver el rostro de mis amigas.

-Por Dios, ya la ha pervertido completamente dijo
Tina sin poder creerlo.

-Pobre Lotte, pobre Lotte -dijo Nudee negando con la cabeza levemente.

-Ya, ya -les dije a ambas - Ella solo está bromeando con ustedes par de tontas.

-Eres una mala novia. Mira lo que le has hecho a la dulce Lotte -me acusó Nuder.

-Es cierto. Todo es tu culpa - me dijo Tina.

Heidi y Marima llegaron a la mesa.

-¿Qué hacían? -preguntó Heidi.

-Escuchábamos las barbaridades que Charlotte  ha aprendido de Engfa -le dijo Tina.

- ¿Acaso ustedes creen que Charlotte lo aprendió de Engfa? No, están equivocadas. Ella siempre fue así. Lo que pasa es que ahora tiene a alguien que la estimula un poco más -dijo Marima.

-Oye -se quejó Char.

Todas reímos y almorzamos entre risas y anécdotas. Sentí la mirada de alguien sobre mí.
Giré mi cabeza para ver a Pichy con una mirada de satisfacción que me confundió.
Sonrió como si supiera que algo pasaría. Les dijo algo a sus amigas y todas rieron.

Negué con la cabeza y dejé de mirarla.

-Mi amor, ¿vamos a caminar un poco? - le dije. Ella me miró y se puso de pie.

-Vamos -dijo y me dio la mano. La tomé y me puse de pie.

- Luego nos vemos, chicas -les dije. Ellas asintieron entonces salimos de allí.

Entrelacé mi mano con la de Char. Ella me miró.
Caminamos en silencio hasta el iardín de la
Universidad. Nos acercamos al viejo árbol y nos sentamos bajo él. Charlotte se sentó entre mis piernas y apoyó su pecho contra mi espalda. Comenzó a jugar con una hoja verde que había en el pasto.

- ¿Qué pasa, amor? -me preguntó.

-Nada, solo quería estar a solas contigo -le dije y acaricié su cabello con mi nariz.

Respiré profundamente su perfume para tener ese olor grabado en mi cabeza. Ella se alejó de mi pecho y giró para acomodarse de frente a mí.

-Te conozco, Engfa. Algo te preocupa - dijo.

Sonreí y me acerqué a su boca para besarla suavemente.

-Te aseguro que no es nada -dije.

Ella asintió y me miró fijo a los ojos.

-¿Estas segura?
-Completamente.

-Bueno, voy a creerte -dijo y me volvió a besar -
¿Has llamado a Plaifa?

-Si, hablé con ella ayer -le conté.

-¿Y cómo esta? -me preguntó con una leve sonrisa.

-No dejó de hablarme de ese tal Billy -dije apretando los dientes.

-Es normal que tu hermana hable de eso -me aseguró -Es una niña y este Billy debe ser su primer amor.

-¿De qué amor me hablas, Char? - Dije sin poder creerlo -Tiene 5 años, no sabe nada del amor.

-No subestimes a los niños, te aseguro que saben más de amor que nosotros los grandes.

-Pues no tiene mi permiso para andar aprendiendo del amor, ni nada de esas. Esa niña primero va a aprender a lavarse los calzones por si sola y luego podrá tener novio. Ni siquiera novio, solo un amigo con derecho a un simple beso.

-Eres tan celosa.

-Hablé con mamá, y dice que quiere que este fin de semana vayamos a pasarlo allí a casa con ellos. Que tienen algunos cuartos de sobra -le conté. Ella sonrió.

-Eso sería genial -dijo asintiendo levemente.

Coloqué uno de mis brazos detrás de mi cabeza mientras que mi otra mano acariciaba y jugaba con el cabello de Char.

Ella acariciaba la base de mi cuello con su uña y aquella sensación era de paz. Luego de varios minutos sentí que la respiración de mi novia se volvía más pausada y lenta. Se había quedado dormida. La acomodé mejor para poder mirarla a la cara. Su rostro curvaba una leve sonrisa. Se veía tan hermosa.

Mi celular comenzó a sonar, me sobresalté y lo busqué rápidamente en mi bolsillo. Gracias a Dios no despertó a Charlotte.

-¿Hola?

- ¿Cómo estas hija? -me preguntó.

- ¿Qué quieres? -le dije sin rodeos.

-Tranquila, no llamo para molestarte -dijo con un tono divertido -Solo quería decirte que necesito que mañana vengas a la fiesta que organiza la comisión de los negocios de Ferrer S.A.

-¿Para qué me necesitas? Yo ya te dije que no quiero tener nada que ver con nada de eso.
Simplemente no -le dije.

-Hay firmas tuyas en alguno de los contratos... solo necesito que hagas acto de presencia. Puedes traer a Charlotte-me dijo.

Arqueé una ceja y miré a Charlotte que seguía dormida sobre mí.

- ¿En serio? -le pregunté algo sorprendida.

-Si, ¿Por qué no?

-Bueno, voy a pensarlo y te llamo luego.

-Necesito que me lo confirmes ahora, por favor.

-Bueno, está bien. Ahí estaremos -dije y colgué.

Volví a mirar a Charlotte. Su rostro aun tenía esa sonrisa de paz. Acaricie su mejilla y besé su frente.
Me acomodé mejor en el sillón y cerré mis ojos para, por fin, dormir un poco.