Chapter 52

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Charlotte comenzó a reír con Heidi. Dejamos de hablar y nos giramos a verlas. Tina se puso de pie.

- ¿Qué sucede? - preguntó mientras se acercaba a ellas. Nudee y yo la seguimos.

-Marima acaba de arruinar nuestra cena - dijo
Charlotte sin dejar de reír. La miré divertida, se estaba descostillando de la risa.

- ¡No es divertido! - se quejó la rubia. Heidi se restregó los ojos, mientras calmaba su risa.

- No les hagas caso a estas brujas, linda - dijo Patricio y se acercó a Marima, quien apoyó su cabeza sobre su hombro cuando él estiró sus brazos.

- Me dijo bruja - se quejó Charlotte.

Me acerqué a ella y la abracé por la espalda, apoyando mi mentón en su hombro. Mi boca quedó cerca de su oído. Ella colocó sus manos sobre las mías que estaban sobre su vientre.

- Y sí, algo de eso debes ser... porque me tienes hechizada. No puedo dejar de verte, no puedo dejar de pensar en ti, en tus besos, en tu cuerpo - le susurré.

Sonrió levemente y mordió su labio. Giró un poco la cabeza y me miró.

- No puedes contigo, ¿verdad? - preguntó.

- Te lo aseguro... apenas se vayan todos, tú no te salvas de mí - besé su mejilla y volví mi vista a los demás, pero sin dejar de abrazar a Char- Entonces
¿Qué vamos a comer?

- Pidamos unas pizzas - dijo Patricio.

- Perfecto - aseguré y me alejé de Charlotte para ir en busca del número del delivery. Pero detuve mi paso al recordar aquello, me giré a verlos a todos - No podemos.

- ¿Por qué? - dijo confundido Nudee.

- Char no come pizzas - dije.

Ella sonrió y se acercó a mí para acomodar un poco mi cabello.

- Eres un dulce - aseguró.

- Y tú eres lo más hermoso que ha pisado la tierra - murmuré y me incliné para besarla cortamente.

- Pero no se preocupen por mí... pidan la pizza, yo no tengo hambre - les dijo.

Ellos volvieron a lo suyo y le lancé a Tina la tarjeta con el número para que llamara. Volví mi vista a Char. Me senté en el sillón y le hice un gesto para que se sentara a mi lado.

- Es mentira que no tienes hambre. Hace un rato estabas que matabas por un poco de comida.

- No te preocupes, comeré un poco de fruta - me dijo.

-No, ¿sabes qué? Vas a comer una porción de pizza o dejo de llamarme Engfa Waraha.

- Engfa'Calentona' Waraha- dijo divertida.

- Muy graciosa - bufé - Pero la única calentona aquí
eres tú.

- Sí, y me encanta serlo - dijo en descarado coqueteo.

- No me seduzcas aquí... tenemos invitados, amor.
No querrás que haga cosas inapropiadas delante de ellos ¿o sí?

- No te atreverías.

- ¿Quieres averiguarlo? - pregunté.

- No, Engfa , ni se te ocurra - se estaba por poner de pie, pero no la dejé. Me miró fijo a los ojos.

- ¿A dónde crees que vas?

- A... a estar con las chicas.

- Con ellas puedes estar otro día, ahora estás conmigo - le robé un breve beso.

My Pequeña ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora