Caminé un poco más rápido de lo que realmente debía, pero es que no podía tolerar aquello. ¿En qué momento pasó que se me fue de las manos?
¿En qué momento Charlotte se había vuelto a cruzar con Shay y habían comenzado a hablar y hablar... hasta que la charla las llevó a arreglar una cita para el viernes en la noche? i¿En qué maldito momento?!La divisé sentada hablando con Marima y Heidi. Me acerqué a ellas. Las tres se giraron a verme.
-Déjennos solas, por favor -les dije. Marima arqueó una ceja.
-¿Perdón?
-¡Que nos dejen solas! -perdiendo los nervios, elevé un poco mi voz sin dejar de mirar a Charlotte.
Ellas dos se pusieron de pie y se fueron sin decir nada. Charlotte tampoco dijo nada, solo me miraba esperando a que yo dijera algo. Volvió su vista al frente y comenzó a hacer un poco de ruido con sus uñas al golpearlas levemente contra la mesa.
-¿Qué quieres? -me preguntó al fin después de un largo silencio. Me senté frente a ella, encontrando su mirada con la mía.
- ¿Así que saldrás con Shay Mitchell el viernes por la noche? -le dije en tono molesto.
No, no tenía que demostrarle que estaba molesta.
Pero es que no...-Si, ¿Cuál es el problema? -me contestó con toda la calma del mundo.
-Que apenas la conoces -dije apretando los dientes.
-A ti también apenas te conocía y aun así me acosté contigo -dijo mientras clavaba sus ojos chocolates
en los míos.-No, no, nosotras si nos conocemos. Es más antes de... que pasara nos conocimos más aún.
-¿Sabes cuánto tiempo pasó hasta la primera vez que lo hice con Becky? -preguntó.
-No -le dije negando con la cabeza.
-Un año -sentenció y sonrió irónica - Me siento una sucia al decirlo, pero... tú lo conseguiste en un mes.
Soy una cualquiera ahora, así que aceptar la invitación a cenar de una chica desconocida va no es malo para mí. Además de que Shay es una excelente persona, es una dama, no solo cuando lleva un vestido elegante, que de paso sea dicho, tampoco lo eras realmente...-No, tú no eres una cualquiera.
-Así me siento Engfa, me siento sucia, una entregada, una regalada, una cualquiera...
-Pero eso no es así...
-¿Ah no? ¿Y cómo es? ¿Cómo me ves tú? -me preguntó.
-Lo único que voy a decir, es que no voy a permitir que salgas con Shay -le dije mirándola fijo.
-¿No? ¿No vas a permitirlo? ¿Pero quién te crees?
¿Wattana? ¿Por qué no puedo salir con ella? Que yo sepa, no tengo nada con nadie. No le debo nada a nadie y soy totalmente libre de hacer lo que se me dé la gana.Se puso de pie y yo también lo hice, rápidamente me acerqué a ella y la tomé de la cintura acercándola a mí. Mi respiración era algo agitada, la miré fijo a los ojos.
-¿Sabes porque no puedes? Porque no lo tolero, no lo soporto. No me cabe la idea de que alguien que no sea yo te toque, te mire, te bese. No soporto pensar que otra persona pueda acariciarte, que tú acaricies a otra que no sea yo. No lo aguanto
¿entiendes? -le dije desesperada.-¿Y qué tengo que hacer yo con todo eso? ¿Esperar a que se te pase y después quedarme sola como un hongo cuando eso suceda? Engfa, lo que pasó entre nosotras fue un error... no debió pasar y recuerdo cada palabra que te dije. Lo recuerdo todo, me dijiste que sabías que me iba a arrepentir y te dije que mi orgullo estaba ebrio para pensar en eso. Tú eres una debilidad, Lauren, sin importar si es un chico o una chica, nadie puede resistirse a ti mucho tiempo. En algún momento va a terminar cayendo y yo ya caí-
ESTÁS LEYENDO
My Pequeña Obsesión
RomanceAunque es un desastre, Engfa Waraha tiene todo lo que a los 19 años se puede desear. Su vida es aparentemente perfecta, y siempre consigue lo que quiere a toda costa. Hasta que la conoce a ella. Tan difícil. Tan hermosa. Tan decidida a no dejarse ca...