Un largo viaje a un mundo real y desconocido, donde la línea que separa lo cotidiano de lo sobrenatural es muy delgada y teñida de sangre. Vive la insufrible travesía de un hombre normal en búsqueda de la verdad para contar su historia, repleta de e...
A Dios, amado Padre, que no se rinde jamás conmigo.
A mi esposa y mi hijo, mis más grandes tesoros por los cuales me siento la persona más bendecida del mundo.
A mi padre y mi madre, por confiar en mí desde el principio y hasta el final.
Por creer en lo posible.
A ti, que me lees,
Gracias totales.
PRÓLOGO
La historia que está a punto de comenzar es una clara mezcla de lo real y lo sobrenatural. De los parajes exóticos, de las ciudades y los recorridos, es posible que encuentres serias similitudes con la vida real, sin embargo todo es producto de una absoluta coincidencia.
Sobre la historia, cabe mencionar que todos, en algún momento, vivimos algún hecho que nos heló la sangre y erizó la piel. De esos acontecimientos, de los que no se tiene aún explicación, y resultan increíbles al contarlos a otras personas, de esas historias que parecen sacadas de una película de terror, de ellas hay testimonios en cada pueblo y ciudad de este país caribeño ubicado al norte del sur. Cada pueblo tiene sus leyendas, mitos e historias, contadas de generación en generación, intrigando a propios y extraños sin que ninguno se atreva a desmentirlas.
Pero de la historia que sigue a continuación, estoy completamente seguro, que no la has escuchado jamás.
Un relato donde la línea que separa la imaginación de la alucinación, es muy delgada, dibujada en un mundo real donde para algunos, lo extraño y sobrenatural es cotidiano, y el coraje es necesario para hacerle frente al mal que constantemente trabaja en su cometido.
Los que la sufrieron, desearían que jamás hubiese sucedido. Algunos no vivieron para poder contarla.
Descubre el misterio y conoce la verdad sobre
El Revólver Fantasma.
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ACTO PRELIMINAR
Un errante de la muerte.
Un hombre joven, conduce a toda velocidad por la larga carretera que conduce a Morón, sobre su Ford Mustang clásico color azul.
A esta carretera se le conoce popularmente como "el camino a la felicidad". Eran las seis y cuarenta de la tarde y el sol estaba poniéndose en el horizonte caribeño. Se hizo la noche y un cigarrillo iluminó el oscuro interior del bólido. En el tablero se ven un par de fotografías, en las que se veía a sí mismo, mucho más joven, acompañado de su mujer. El hombre profesaba insultos y maledicencias, gritándole al viento, en aras de desahogar la profunda pena que aún tenía fresca en el pecho.
