V
EL VIAJE
La tarde envejecía durante la puesta de sol, en una muy solitaria Valencia. Thomas, impacientaba de un lado a otro, en la Posada Cuatro Caminos, esperando la llamada de su amigo. En una mecedora, Doña Eda, la dueña del lugar, le hacía compañía a duras penas.
- Carajo, ese Eduardo no ha llamado. ¿Será que no ha encontrado nada del revólver?
- Mire, usted ¿será que me puede hacer un favor? Tengo un terrible dolor de cabeza y voy a recostarme a ver si puedo relajarme con estos calmantes que me tomé. Aquí están las llaves. Sólo procure no quedarse dormido hasta que todos los huéspedes lleguen, ¿oyó?
- Fino, pues. Vaya a acostarse. "Esta es mi oportunidad. Espero que se duerma, y ahí veré si es verdad eso del fantasma atormentador"
Entonces, Thomas decide levantarse y seguir a hurtadillas a la mujer, que se había ido a la cocina. Estaba tomando un vaso de agua, cuando...
- "¡Carajo! Es cierto..."
Un espectro irreconocible le pisaba los talones. Thomas esperó que la mujer se acostara, para luego entrar sigilosamente en el cuarto, que por las cortinas cerradas no dejaba pasar un rayo de luz.
- (se le eriza la piel del brazo) En esta habitación hay más de dos presencias, no me cabe duda...
Luego, decidió correr un poco la cortina, para tener un poco de claridad. Haciendo esto, parte del espectro se hizo visible a Thomas.
- (Thomas frunce el ceño)...
El espectro se le lanzó encima, ahorcándolo con sus brazos y azotándolo a la pared. Al levantar la vista, ya no estaba. Con tanto ruido, y objetos cayendo al suelo la mujer se despertó.
- ¡ATREVIDO! ¡¡¿¿Qué hace usted aquí en mi habitación??!!
Con tanto alboroto, Thomas decidió salir de la habitación y refugiarse en la suya. El espectro arrastraba los brazos hasta el suelo, pues los tenía más largos que su propio cuerpo, se acercó a la puerta de la habitación, pero no entró a hacerle daño. Sólo se escuchó un murmullo en voz gruesa, y audible:
- No vine por ella... vine por ti...
Thomas no se atrevió a emitir ningún sonido, ni a encarar al espectro. Agitado, se sentó tras la puerta. Perdió la cordura y el control sobre sí, cuando miró su mano tenía el viejo revólver en las manos sin darse cuenta.
Un golpe se escuchó en la puerta. Luego dos, después tres. Cada uno más fuerte que el otro.
- Oiga, usted ¡Hey!
¡LEVÁNTESE!
Thomas se levanta, va al baño. Nota que el sol está saliendo.
- ¡Hay alguien en la entrada preguntando por usted!
- ¿Cuánto tiempo llevo dormido?
- ¿Conque crudo, ¿eh? ¿Estuvo buena la rumba de anoche?
Eduardo Valbuena estaba en su puerta. Traía en sus manos un importante expediente directo desde la policía. Eran las investigaciones inconclusas del caso del revólver.
Juntos, se dispusieron a indagar en las viejas investigaciones...
- No creerás lo difícil que fue conseguir este expediente. Por cierto, el comisario me amenazó con hundirme si seguía con esto del caso tuyo.
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El Revólver Fantasma ©
ParanormalUn largo viaje a un mundo real y desconocido, donde la línea que separa lo cotidiano de lo sobrenatural es muy delgada y teñida de sangre. Vive la insufrible travesía de un hombre normal en búsqueda de la verdad para contar su historia, repleta de e...