XVII EL RECUERDO DE BLANCA

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XVII

EL RECUERDO DE BLANCA

Diana Rosas conducía despavorida el mustang de Thomas. Un sueño de pastillas lo mantenía somnoliento. Diana estaba decidida a dejarlo descansar, sin embargo, algo más pasaba por su mente al ir a su casa, inhabitada por su familia quién estaba de viaje. Una llamada llegó a su teléfono.

- ¿Hola?

- Caramba Señorita... ¡se escucha tu voz!

- Paco, no es por ser odiosa, pero no puedo hablar ahora mismo.

- El único día en que decido llamarte y no quieres hablarme... ¿qué te pasa conmigo, pues?

- Ay, después te cuento, ¿sí? Si quieres, pasa por la casa que voy camino para allá en la tarde, ya estoy en Maracaibo.

- Bueno como quieras...a ver si me dices de una vez por todas cómo te fue con el asunto de la investigación. Estoy genuinamente preocupado por vos, vi las noticias y ¡son una locura!. Lo que pasó en el Puente nadie lo puede explicar, incluso hablan de un "demonio alado".

- ¿Es verdad que estás con ese sujeto?

- No puedo hablar más, voy conduciendo.

- ¿Conduciendo qué, si Starfoxx está aquí?

Adiós Paco, hablamos luego.

Diana no podía sacar de su mente la dura advertencia que le hizo Victoria. Finalizó la llamada y siguió conduciendo.

"Ya he comenzado este reportaje. No puedo dejarlo ahora que está en su punto más interesante. Pero tampoco puedo divulgar la vida de este hombre y los hechos horribles que lo han rodeado, así nada más. Pero por algo dejé mi trabajo, mis amistades y todo atrás...por este imposible..."

Thomas despertó, aunque venía sin decir una palabra, se encerró en sí mismo y en su mente sólo podía pensar en una cosa: a su mente vino una interrogante crucial, que lo acompañaría por el resto de sus días...

"Por qué Señor, si veo espectros todo el tiempo, veo fantasmas, veo cosas horribles a diario, ¿por qué no puedo verte, Blanca, por qué no me sonríes de nuevo, por qué no apareces a mi lado, por las noches, ¿por qué si veo demonios, no puedo ver al ángel que más amé en mi vida, así sea por última vez?"

Esa es una pregunta interesante. Quizá hallaré la respuesta pronto, quizá jamás lo sepa.

Diana condujo el mustang hasta su casa. Thomas bajó a desembarcar el equipaje de ella.

- ¿Por qué esta casa está tan sola, pues?

- Aquí no hay ni un alma, Thomas, somos solos tú y yo.

Thomas se la quedó mirando fijamente, confundido.

- Eso sonó muy mal. Mira, ya te dije que es mejor que yo me vaya, no pienso quedarme acá.

- Quise decir, que nadie te molestará mientras descanses. ¡Quédate!

- No sabía que tu casa era una quinta de este calibre. Entraré a dejar tus cosas y luego me iré.

La Quinta Rosas es la casa materna de Diana. Es una quinta con todos los lujos, patio engramado tipo colina, rociadores de agua, estatuas podadas, fuente de agua, portón electrificado y cerca de 3 metros de altura. Al menos, había 5 vehículos de distintos tamaños aparcados en el garaje. Al entrar, encontraron una nota:

El Revólver Fantasma ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora