El Revólver Fantasma ©

EPÍLOGO

EPÍLOGO

En un lugar tenebroso de la naturaleza,

En donde se encuentran las entrañas de la tierra, sólo se escucha el gruñido de criaturas exóticas, haciendo eco, rebotando en las paredes en un bucle sin fin. Un lugar tétrico donde el sentido de la vista no es suficiente para percibir la magnitud del lugar, hostil a la presencia humana, el constante zumbido te deja sordo hasta el punto que quisieras arrancarte los oídos, y el sentido del gusto y el olfato te hace digerir un aroma absolutamente asqueroso.

En dicho lugar, atiborrado de insectos y animales de todo tipo, reina la oscuridad y no hay fuente de luz suficiente que pueda alumbrar las paredes.

Este paraje se ha mantenido intacto en la naturaleza, y en él la intervención humana es casi inexistente, para bien o para mal.

Casi.

Allí acuden quienes se empeñan en profanar lo divino, para que el mal pueda resurgir, como la mala hierba, que aunque se corta, rebrota como siempre en los lugares más insospechados.

Diana estaba en su oficina de Caracas, como cualquier otro día en la Central Internacional de Noticias (INC por sus siglas en inglés), tomando un café y leyendo la prensa a la preciosa vista del ventanal de su oficina.

Una secretaria la interrumpe y llega con una cinta de video en sus manos.

- Señorita Rosas, tiene que ver esto.

- ¿Tenemos donde reproducir estas cosas?

- Debería haber un reproductor en el depósito, se lo traigo de inmediato.

- ¿Quién trajo esto?

- Apareció en la postal de correo, sin remitente. Con el título "sólo para Diana Rosas".

Diana conectó el viejo VHS y pidió privacidad para ver la cinta.

"¡Bienvenidos!. Les acompañará en este viaje, mi colega Paige Williams. Perdonen nuestro mal español, ¡We're only tourists!"

La cinta es una grabación de aficionado, de una pareja extranjera en medio de la selva, en medio de una tormentosa lluvia, haciendo turismo de aventura. El comienzo de la misma tiene muchos cortes no editados, y partes donde el deterioro de la cinta impide ver o escuchar algo. Entre otras cosas, es de corta duración, quienes lo graban se adentran en una cueva oscura luego de avistar especies únicas de fauna.

Ambos, se encuentran con unas escrituras rupestres, pintadas en rojo sangre, en un idioma antiguo. Apenas se distinguen formas o colores, con la precaria iluminación de las antorchas.

- "No sé qué carajos dice aquí, pero lo voy a dejar grabado" dijo Gabriel al ver la misteriosa escritura.

Diana escribió en un papel lo que decía la pared, lo poco que entendió, y se lo entregó a su secretaria.

- Llévaselo a Kashi, ella es buena en idiomas aborígenes, y lenguas muertas.

Continuaron analizando el video, y entonces en él se escucha un gruñido bestial ensordecedor.

"¿Qué es eso? Vino de allá abajo el sonido.

- ¿A dónde vas Gabriel?, no entres. Vámonos.

Gabriel sostuvo la cámara y descendió más profundo en la cueva, dejando atrás a Paige.

Quien grababa se encontró de frente con algo desconocido. Aterrado, corrió por su vida... inútilmente, para ser devorado por la criatura. Dejó caer la cámara y la chica la recogió a trompicones, tratando de ponerse a salvo, sin apagar la grabación se le vio desesperada por lograr su supervivencia.

- "¡Te dije que no entráramos! ¡Nooooo!"

"Hay algo, hay algo en la cueva, algo malo. Algo malo se acaba de llevar a Gabriel, es algo horrible, horrible, por favor, si alguien ve este video, que por favor me ayude. Ayuda, ¡AUXILIOOOOOO!"

En el video, la mujer logra salir de la cueva cayendo al suelo poco después. Luego, se ve el acercamiento de varias siluetas humanas, de gran altura, entre ellos había de estirpe masculina y femenina, todos rodearon a la mujer, y uno de ellos apagó la cámara.

- Retrocede el video un momento. Quiero ver algo.

Al rebobinar la cinta, pudo apreciar el rostro de quien apagó la cámara. A primera vista, se trata de un indígena aborigen, de entre varios que rodearon a Paige. En el fondo, aunque la calidad de la imagen es burda y borrosa, se cuentan no menos de 20 individuos entre mujeres y hombres aborígenes, de gran estatura.

"Ven con nosotros, no te haremos daño"

El video termina abruptamente con esas palabras.

Hay una nota adherida al reverso del video, que dice...

"Ven."

10°10′18″N 63°33′14″O