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Desperté por las ganas insistentes que tenía de ir al baño, el tener tres meses apenas me empezaba a complicar las noches de sueño, y eso que apenas iniciaba.
Miré la hora, dos cuarenta y cinco de la mañana, Gon me rodeaba con su brazo y con mucho cuidado de no despertarlo logre salir de la cama.

Caminé al baño e hice mis necesidades, al salir, regresé a la cama y vi que él estaba dándome la espalda mientras dormía, me acosté a su lado y cerré los ojos tratando de conciliar el sueño nuevamente cuando escuché murmurar algo a Gon y de repente se dio la vuelta bruscamente, me giré para ver qué pasaba cuando sentí un golpe en la cara, lo suficientemente fuerte como para quejarme de dolor y despertarlo.

- ¡Ahhh, Gon! -lo empujé con una mano mientras trataba de sentarme en la cama. Me había golpeado en toda la mejilla, mi ojo me punzaba horrible y mis lagrimas comenzaron a salir sin control por el golpe.

- Anna, cielo, ¿qué sucede? - dijo adormilado.

- ¡Eres un bruto! - me levanté de la cama con cuidado mientras le aventaba una almohada en la cara.

- ¿Qué sucedió? - dijo encendiendo la luz principal de la habitación. Tomé una sábana y me dirigí a la puerta, necesitaba dormir en un lugar donde no recibiera golpes repentinos en la cara o peor aún, en el vientre - Anna, dime que pasa - me detuvo antes de que saliera, miró mi rostro y su cara de sorpresa me lo decía todo - ¿Fui yo? - se acercó a tocarme.

- Sí, fuiste tú, ahora quítate del camino - le retiré las manos de mi rostro y empecé a caminar fuera de la habitación.

- Anna preciosa, realmente lo siento, no fue con intención, perdóname - me tomó del brazo.

- Que me sueltes, iré a dormir a mi cuarto - liberé mi brazo con brusquedad y salí de la habitación dando un portazo.

Sabía que no lo había hecho consiente, pero no me podía arriesgar a que me golpeara otra vez, o que dañara a mis bebés inconscientemente. El rostro me ardía horrible y lo primero que hice al entrar a mi antigua habitación, fue ir al baño y revisar mi cara.
Tenía el ojo izquierdo hinchado y la mejilla se veía rojiza, el día de mañana se vería peor, no quería ni imaginarlo.
Salí del baño y me acomodé en la cama para tratar de conciliar el sueño por segunda vez. Poco a poco fui quedándome dormida hasta ya no sentir el dolor.

- ¿¡Su majestad la golpeó!? - asentí mientras me revisaba.

- Fue un accidente, él estaba dormido - expliqué - ¿Cree que deba tomar algo? - lo pensó por un momento.

- Si el dolor es muy fuerte por favor dígamelo enseguida y veremos qué hacer considerando el embarazo - respondió.

- Ya no me duele el rostro, solo si toco el lugar del golpe, la cabeza tampoco me duele - asintió.

- ¿Algo diferente que sientas? ¿Algún dolor en el vientre o tirones? - negué - De acuerdo, si no golpeó su vientre y no tiene ningún malestar, no hay problema, no tiene que preocuparse - aseguró.

- Está bien, muchas gracias - sonreí.

- De nada majestad. ¿Me permite hacerle una recomendación? - asentí - El golpe se ve espantoso, por favor, no deje que la vean sin maquillaje, la prensa podría comerse vivo a su majestad, ya sabe cómo son - lo sabía más que bien.

THE QUEEN -A NEW MONARCH- LEE MINHO (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora