Mi ángel (Itanaru)

Capítulo 4

Naruto se acurrucaba en la bolsa de dormir del Uchiha, por lo menos podía dormir calientito, era de madrugada, la puerta del ático se abrió, el pequeño abrió sus ojos con miedo -shhhh soy yo -el rubio asintió más tranquilo -te llevaré a la oficina Hokage, ya le informé al tercero lo que sucede -el pequeño asintió mordiendo los labios, guardó sus cosas, se las entregó al azabache, este sonrió ligero, las guardó en su sello, el rubio lo abrazó con fuerza sorpresivamente -gracias por salvarme y por arriesgarte de esa manera por mí -Itachi lo vio con una ligera sonrisa, lo abrazó un poco más -no podré verte en estos días, mi padre está un poco sobre mí -el rubio negó con una ligera sonrisa -haces demasiado por mí -el Uchiha sonrió, levantó su mano y le regaló un suave poke en la frente sonrojando al rubio, Itachi sonrió al verlo de esa forma…

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-Itachi -el azabache levantó su mirada onix al mayor -tuviste que ver en el escape del niño, ¿no es así? -el azabache regresó su mirada a sus herramientas en la base anbu -te arriesgaste demasiado demonios, debiste consultarme, pudiste poner en riesgo todo -Shisui estaba bastante molesto, el menor lo ignoraba -demonios Itachi -el mayor tomó su rostro con cariño -¿por qué te arriesgas por ese niño?, tío pudo descubrirte y todo se hubiera venido abajo, pudo lastimarte -el azabache mordió sus labios sin saber qué responder -no podía dejar que padre lo asesinara Shisui, está solo, nadie más hubiera metido las manos por él -

El mayor lo observó con preocupación, besó su frente suavemente viéndolo con miedo, Itachi se dejaba hacer disfrutando de su calor, los labios del mayor rozaron suavemente los del azabache, el heredero cerró sus ojos esperando más -te amó, lo sabes ¿no es así? -el menor asintió con una sonrisa ligera, un nuevo beso un poco más firme le dio el mayor en los labios -cuando esto termine, tú y yo estaremos juntos, te lo prometo -Itachi unió su frente a la de su primo, ambos se veían con amor y temor, sabían que llevaban una relación incestuosa y por si fuera poco, gay, pero ellos se amaban. Shisui sentía que abusaba del pequeño al llevarle tres años, pero no pasaban de suaves besos.

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Naruto trataba de cocinar un poco de arroz en casa, el anciano le había colocado un guardia para cuidarlo, podía sentir que estaba cerca, no sabía cómo lo sentía, un tal Inu lo cubría, de ese modo el clan Uchiha ya no podía acercarse o todo se vendría abajo si eran descubiertos, recordó por un momento al azabache, sonrió quedito con sus mejillas rojas, era un chico hermoso, con un gran corazón, continuó preparando sus alimentos observando algo perdido la cazuela, con velocidad terminó su comida y la devoró, tenía demasiado hambre, se levantó a dejar los platos en el lavaplatos, salió corriendo de su departamento con una sonrisa, por un momento tuvo la sensación de sentir a aquel chico que lo salvó, apretó el ceño con duda, con curiosidad caminó entre el bosque, se asomó por un árbol, un azabache mayor que Itachi lo besaba suavemente, sus ojos se habían abierto demasiado, su ceño se marcó de inmediato, se dio la vuelta, continuó corriendo sintiéndose invasor de su privacidad, mordió sus labios al recordar a su guardia, había sido un idiota al llevarlo a ese lugar, aunque el anbu tenía prohibido abrir la boca. Esa escena se repetía una y otra vez en su mente mientras corría, algo lo había molestado bastante, corrió sin detenerse hacia el parque, mordió sus labios al ver al resto de los niños jugar.

Sus gemas perdidas en sus pensamientos observaban el lugar, recordaba ese beso una vez más, apretó sus puñitos -maldita sea -su excelente día se había amargado, caminó sentándose silenciosamente en un columpio observando a los pequeños niños con sus madres, sus ojos mostraban añoranza, levantó su rostro para ver el monte Hokage, ese sujeto a lado del viejo era su padre, sonrió quedito -¿qué haces aquí mocoso?, lárgate -el pequeño abrió sus ojos de golpe al sentir como lo tiraban del columpio. Inu de inmediato bajó del árbol, levantó al pequeño -señora no se meta en problemas -las mujeres comenzaron a gritar -su sola presencia ensucia el ambiente, lárgate mocoso -el peliplata iba a detenerla cuando el pequeño se dio la vuelta saliendo del lugar -maldita vieja gorda -el anbu se colocó a su lado -¿te encuentras bien? -el rubio asintió levemente sin subir su vista, el mayor lo veía con detenimiento -¿arruinaron tu salida? -el pequeño hizo una mueca de molestia -esas tipas no lo arruinaron -Inu lo vio con cuidado recordando el beso entre los Uchihas, se había sentido incómodo de haberlo presenciado, ambos eran sus pequeños kohais, sabía que su amor era algo imposible, recordó que el tercero le contó sobre quién había estado procurando al chico, quién lo había salvado en varias ocasiones, sonrió un poco al entender -¿tal vez estés un poco molesto por ese beso? -el rubio levantó sus gemas viéndolo de lado -mi pequeño kohai es un chico con gran corazón, Shisui también lo es, supongo es un poco imposible su relación -el rubio lo vio con cuidado -no sé de qué hablas -el peliplata negó con una sonrisa de ojo bajo la máscara -¿quieres que te lleve a un parque más adecuado? -el pequeño levantó el rostro con sorpresa, asintió -el anbu levantó al pequeño en brazos, corrió con velocidad entre los árboles. Al llegar lo bajó con cuidado, estaban en la zona de clanes -en está zona no todos son idiotas -el pequeño sonrió quedito, asintió.

Cuando bajó de sus brazos avanzó con cuidado observando a la gente, no había muchos padres en el lugar, eso era extraño, vio a las chicas jugar entre ellas y a un par de chicos, se acercó lentamente con cuidado, tal vez tenía un poco alta la guardia, el chico perezoso abrió unos de sus ojos con flojera, observó al pequeño bastante temeroso acercarse, el llenito continuó con sus papas observando al chico, el rubio rascó su nuca con ansiedad caminando lentamente. Al llegar a su lado movió sus pies uno sobre el otro con ansiedad -¿quisieran jugar conmigo? -el azabache lo vio con pereza -no inventes, muero de sueño, que fastidio -el pequeño bajó el rostro con tristeza, un gran bostezo llamó su atención -siéntate, Choji ¿trajiste dulces?, vamos a comerlos -el chico robusto sacó la bolsa, el rubio abrió sus ojos con sorpresa, sonrió quedito sentándose a su lado -¿cómo te llamas niño? -el rubio sonrió al Akimichi -Uzumaki Naruto -Shikamaru sonrió ligero, sacó un juego de mesa, se los mostró -papá me está enseñando, ¿quieren que les muestre? -el rubio asintió emocionado, comenzaron a jugar el complicado juego entre los tres, el anbu sonrió al ver a Naruto más alegre.